El pasado 25 de abril, Elon Musk llegó a un acuerdo para comprar Twitter por 44,000 millones de dólares. Sin embargo, la adquisición cada vez parece más lejos de concretarse. Un informe de The Washington Post señala que el equipo del multimillonario “concluyó que las cifras de Twitter sobre cuentas de spam no son verificables”.
El medio cita declaraciones de tres personas cercanas a las negociaciones, quienes afirman que Musk ya no está participando en las discusiones sobre la compra. Incluso se han enfriado las negociaciones con potenciales inversionistas, luego de que el magnate suspendiera “temporalmente” la adquisición a mediados de mayo.
Uno de los principales cambios que planeaba el CEO de Tesla, era eliminar las cuentas falsas o bots. Parag Agrawal, CEO de Twitter, asegura que éstas representan solo un 5% del total de la comunidad, pero Elon dice que, según sus cálculos, serían cerca del 20%.
En un esfuerzo por salvar el acuerdo, Twitter le dio al empresario acceso a su API y a su “manguera contra incendios”. Se trata de una base de datos con más de 500 millones de tweets publicados cada día en tiempo real, así como los dispositivos y las cuentas desde las que tuitean. Aún así, los asesores de Musk señalan que no tienen “suficiente información para evaluar las perspectivas de Twitter como negocio”.
Una de las fuentes consultadas dijo que se espera que Musk “tome medidas potencialmente drásticas” y que haya “un cambio en la dirección del equipo”. Aunque no especificaron cuál sería ese cambio.
En este punto, no solo las cuentas de bots y spam son un problema. Cuando se cerró el convenio de compra, las acciones de Twitter valían 51.70 dólares. Desde entonces han caído hasta los 37 dólares, según datos de Yahoo! Finance.
En ese entonces, Elon Musk ofreció pagar 54.20 dólares por acción, un monto que ya estaba por encima de su precio en la bolsa. Esta diferencia le da la impresión de que está pagando de más por la compañía, justo cuando está haciendo recortes en sus otras empresas para sortear la crisis económica y la pronosticada recesión.
Se especula que esta caída en las acciones de Twitter podría ayudarle al multimillonario a renegociar el trato por un precio más bajo.
Su bien el hombre más rico del mundo ha amenazado con cancelar la adquisición, Twitter ha manifestado su deseo de concretarla. “Tenemos la intención de cerrar la transacción y hacer cumplir el acuerdo de fusión al precio y los términos acordados”, dijo Scott Bisang, portavoz de Twitter, en un comunicado citado por el mismo medio a principios de junio.
Tales declaraciones dejan ver que si Elon Musk cambia de opinión podría desatarse una batalla en los tribunales. Expertos legales consultados por el medio explican que cuando se firmó el acuerdo, el dueño de SpaceX renunció a su derecho de analizar más a fondo las finanzas de la empresa.
No obstante, otra cláusula contractual le da la capacidad de retractarse en caso de un evento significativo que cambie fundamentalmente el negocio. Aunque los especialistas citados señalan que los bots son solo “una excusa” y que un tribunal “no lo encontraría persuasivo”. Por lo cual, podrían intentar obligarlo a cerrar la transacción por la vía legal.
Aún si el empresario logra salir del trato, tendría que pagar 1,000 millones de dólares como compensación según el acuerdo. Una cantidad que quizá no sería suficiente para reparar los daños que enfrenta ahora la plataforma creada por Jack Dorsey.
Desde que Elon Musk anunció el acuerdo de compra, Twitter se ha debilitado como empresa. Además del desplome en sus acciones y la incertidumbre de los inversionistas, se ha anticipado una renuncia masiva de trabajadores. En este escenario, es difícil que la compañía pueda recuperarse y regresar al estado en que estaba antes de todo este caos.
