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Cómo garantizar una verdadera inclusión de la comunidad LGBTTTIQ+ en las empresas

Promover la Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) mediante acciones educativas es todavía una asignatura pendiente en buena parte para las empresas a nivel nacional.

El 28.1% de los trabajadores de esta población afirmó haber vivido algún trato desigual.
El 28.1% de los trabajadores de esta población afirmó haber vivido algún trato desigual. © Cortesía SoftServe México

De acuerdo con un reciente posicionamiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), emitido en mayo del 2023 con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia y la Transfobia, una de las exigencias más importantes en la agenda mundial de derechos humanos tiene que ver con enfrentar la exclusión histórica que ha vivido la población LGBTTTIQ+ (integrada por personas lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transgéneros, transexuales, intersexuales y queer).

Esta comunidad representa aproximadamente cinco millones de habitantes de 15 años o más en México, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Planteado de otra forma, en nuestro país una de cada 20 personas que rebasan dicha edad se autoidentifica como LGBTTTIQ+, y el 50% de ellas se concentra en nueve entidades federativas, siendo las cinco primeras el Estado de México, Ciudad de México, Veracruz, Jalisco y Nuevo León.

Inclusión para todas las personas diferentes

En un mundo en el que trabajamos por el progreso social, es primordial partir de la premisa de que todas las personas somos diferentes, y que eso nunca debería limitar el acceso a nuestros derechos u oportunidades. Como dice el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, de la ONU): “Nada que amenace los derechos de las personas y las comunidades puede considerarse progreso”.

Luchar contra la desigualdad y los prejuicios culturales que a menudo se traducen en discriminación, así como incentivar la sensibilización sobre la Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), es actualmente un reto global. Por ello, el gobierno, las empresas y la sociedad en conjunto, debemos fomentar la adopción de políticas y prácticas de inclusión, impulsando con ello el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, en particular el número 10: Reducción de las Desigualdades.

La responsabilidad para el sector privado con relación a la diversidad sexual, la ha dejado muy clara la ONU, indicando que las compañías “también tienen la responsabilidad de abordar los daños interseccionales padecidos por las personas, incluidas las de identidades no binarias, y a tener en cuenta la justicia social como parte de sus responsabilidades en virtud de los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos”.

Tres formas de hacer realidad la inclusión en las organizaciones privadas

Asumiendo nuestro papel y responsabilidad como empresas, desde mi experiencia en SoftServe, compañía global de TI líder en desarrollo de software y consultoría, comparto algunas de las estrategias que hemos implementado con enfoque en DEI, esperando que sean un punto de partida para la reflexión y aprendizaje mutuo:

1. Política y un Consejo en Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI)

La Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI), es un tema de creciente importancia no sólo para las personas que forman parte de una compañía, equipo directivo y clientes; también es un aspecto que cada vez más analizan las y los inversionistas para tomar decisiones. Sí, es un asunto de negocios.

Para crear una cultura que abrace la inclusión, es necesaria una mirada interseccional. Esto implica no sólo entender y respetar nuestras diferencias, sino generar a su vez los espacios correctos para que las personas puedan crecer y desarrollarse sin importar su identidad sexual o expresión de género, si viven con alguna incapacidad, si se trata de personas jóvenes o adultos mayores, o aspectos como el color de su piel o la universidad en la que estudiaron.

Quizá han escuchado la famosa frase “lo que no se mide, no se puede mejorar” del físico William Thomson Kelvin. Coincido. Una manera de garantizar un ambiente de trabajo incluyente y de bienestar, es formar cuadros de mando analíticos que den seguimiento a los avances de la empresa en la materia. En el caso de SoftServe, realizamos una encuesta de satisfacción semestral donde medimos el clima laboral de las y los asociados, ayudándonos a identificar nuestras áreas de oportunidad para implementar nuevas acciones y cumplir así con los objetivos de DEI y bienestar que tiene la compañía.

2. “Un gran poder, conlleva una gran responsabilidad”

Retomo esta frase enunciada por el tío de Peter Parker en Spiderman para ejemplificar el rol que las y los líderes tenemos cuando se trata de DEI. No basta con visibilizar y sensibilizar sobre las brechas que enfrentamos; como líderes, podemos tomar acción para promover la inclusión en nuestros equipos, capacitarnos para entender y erradicar nuestros sesgos, o incluso impulsar a otras personas líderes a aprender sobre el tema.

El compromiso del equipo de liderazgo es fundamental para promover y dar seguimiento a las prácticas en DEI. Vale la pena aclarar que todas las personas, independientemente de nuestro papel, podemos -y deberíamos- promover la DEI a partir de la empatía y de la búsqueda de un bien común.

3. Colaboración por la inclusión

No es un camino fácil. Lograr una cultura donde se cuide y se viva la DEI requiere tiempo, inversión y esfuerzo. Hay empresas que después de años de trabajo cuentan con excelentes prácticas, así como existen otras que apenas comienzan el camino. El valor está en dar el primer paso. La buena noticia es que podemos acompañarnos en el camino.

Acciones que se pueden tomar por las empresas

En el caso de SoftServe, desde nuestro primer año de operación en México hemos mapeado e impulsado colaboraciones estratégicas para acompañarnos en este propósito. Desde abril de 2023 por ejemplo, nos unimos a Labor Positiva (#WorkingPositively), iniciativa lanzada en 2019 por IBM y SAP junto con ONUSIDA y ONG locales para eliminar toda forma de estigmatización y discriminación hacia personas que viven con VIH, un tema de salud pública que nos compete como sociedad.

Por otro lado, recientemente nos unimos también a la red de Pride Connection, organismo proveedor de información, espacios y capacitación sobre diversidad e inclusión laboral para personas de la comunidad LGBTTTIQ+ que laboran en empresas de México. Nos faltan más pasos, pero dar los primeros de ellos de la mano de personas expertas, así como empresas aliadas, es de gran aporte.

Llevar a cabo acciones como las enlistadas, sólo puede traer consecuencias positivas. Al final, si bien la intención es humanista y progresista, los resultados trascienden lo social y se reflejan en mayor rentabilidad y un mejor ambiente laboral.

Así que partamos del bien común o del caso de negocios, lo que nos haga más sentido, pero hagámoslo. Sólo así lograremos construir una sociedad donde todas las personas tengamos acceso a nuestros derechos, una sociedad donde nuestra empatía tenga mayor peso que nuestras diferencias.

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autor Comprometida con la inclusión y diversidad desde la interseccionalidad.