



PORTO ALEGRE, BRASIL. La startup chilena Atacama Biomaterials lanza una ofensiva global contra el plástico. Nacida entre el MIT, en Boston, Massachusetts, Estados Unidos y Santiago, Chile la empresa fundada en 2019 está revolucionando la industria del packaging con tecnología de punta, materiales biodegradables y una visión radical: eliminar el plástico tradicional de la cadena de suministros.
Con 5 millones de dólares levantados, la startup apunta a producir 30,000 toneladas mensuales de empaques sustentables y personalizados, sin huella de plástico. Actualmente trabaja siete pilotos con marcas en Estados Unidos y Chile. Además, resultó ganadora global de la cuarta edición de Startup Competition South Summit Brazil 2025, un evento coorganizado por IE University y el Gobierno de Río Grande del Sur, Brasil.
“Estamos desarrollando materiales carbono-cero usando robótica, inteligencia artificial y economía circular”, afirmó José Antonio González Rojas, COO Latam y parte del equipo fundador de la compañía, durante su pitch.
La urgencia detrás del proyecto no es menor. Cada año ingerimos más de 50,000 partículas de microplástico, alertó el emprendedor al recordar que la contaminación plástica no solo afecta océanos como el Great Pacific Garbage Patch, sino también el desierto de Atacama, donde toneladas de residuos plásticos se acumulan sin control.
La propuesta de Atacama Biomaterials tiene base científica sólida. Durante más de una década, su CEO Paloma González Rojas, doctora y postdoctorada en el MIT, investigó ingeniería molecular generativa, lo que derivó en la creación de MarieCurie, una plataforma de machine learning que rediseña materiales en tiempo récord, adaptándolos a los requerimientos específicos de cada cliente.
“Nuestro sistema permite reformular materiales rápidamente, aprovechando materias primas disponibles a nivel regional”, explicó José Antonio COO Latam y parte del equipo fundador de Atacama Biomaterials.
Woodpack, es el producto estrella que encapsula esa tecnología. Se trata de una película flexible a base de un biomaterial con aplicaciones validadas en diversos mercados. Es 100% reciclable como papel, compostable en casa e industrialmente. Sus costos y propiedades mecánicas son similares al polietileno de baja densidad (LDPE), pero con una huella de carbono mucho menor.
El Woodpack no solo es 100% biobasado, sino que utiliza un proceso de polimerización a baja temperatura, diferente de la síntesis química intensiva en energía empleada por otros “plásticos compostables” como el PLA. Apenas utiliza el 11% de la energía que requieren los plásticos tradicionales para su fabricación. Además, “Se degrada en dos meses en vertedero y en tres semanas si lo compostas en casa”, explicó José Antonio.
El proyecto ya atrajo el interés de grandes actores. Cuenta con siete pilotos en marcha y 20 compañías en su pipeline comercial. Atacama Biomaterials colabora actualmente con marcas como McCormick, Mars, Coca-Cola y foodtechs en EE. UU. y Chile. En cuanto a foco, apuntan a empaques de alimentos secos (como café y frutos secos), y ya exploran el mercado de logística en frío con productos congelados como pizzas y hamburguesas.
Su ventaja competitiva, dicen, es la personalización total del empaque. “Nuestra propuesta de valor es crear soluciones a medida. Si necesitan un packaging para hamburguesas congeladas, nuestra IA nos entrega una formulación específica para eso”, detalló José Antonio.
En una industria cuyo gasto global en empaques alcanza 1,01 billones de dólares anuales (Smithers 2024), la oportunidad de disrupción es gigantesca. A nivel de empaques sostenibles, el mismo reporte proyecta que ese segmento alcanzará 470,000 millones de dólares en 2027, creciendo a una tasa anual de 5.1%.
Atacama Biomaterials ya levantó 5 millones de dólares en inversión. Con ese capital, está instalando dos fábricas, una en Boston y otra en Santiago. El objetivo: producir 30,000 toneladas mensuales antes de que termine el año y alcanzar el punto de equilibrio financiero en 2025. Además, ya cuentan con certificaciones globales de compostabilidad, reciclabilidad y la exigente ISO 14000 para empaques de alimentos.
“La escala a la que las industrias usan packaging es inmensa. Estamos mitigando su impacto ambiental”, resumió José Antonio. El equipo de 20 personas, que incluye expertos en IA, robótica, operaciones y sostenibilidad, busca consolidar un nuevo estándar: empaques sin plásticos, hechos a medida, sin sacrificar rendimiento ni costo. “No es un sueño, es una realidad”, concluyó el emprendedor; “y está siendo construida por un equipo increíble”.