



El 15.1% de la población mexicana es indígena, y solo el 4% emprende un negocio propio. Esto de acuerdo a la Asociación de Emprendedores de México (ASEM), y a propósito del Día Internacional de los Pueblos Indígenas (9 de agosto). Aquí una muestra de startups con alma indígena que sobresalen por fusionar tecnología y tradición.
De cada 100 emprendedores y emprendedoras en México, sólo 4 son indígenas.
ASEM
El talento de los emprendedores y emprendedoras indígenas es asombroso. Su trabajo se caracteriza por una perfección y precisión que sorprende en diversas áreas, no solo en la industria textil, sino también en la alfarería, la cestería, el tallado en madera, la joyería, la herbolaria, la gastronomía, la agricultura sostenible, la hospitalidad, etcétera.
Pero, ¿cuáles son los retos para emprender como indígena en México? Y lo más importante: ¿Qué se puede hacer para corregir este problema de que solo el 4% de los emprendedores y emprendedoras en México son de pueblos indígenas?
Algunos creen que mucha población indígena no sabe que tienen la opción de emprender un negocio propio. Pues en las comunidades, desde pequeños, les asignan un rol a veces familiar o simplemente social.
Otros creen que, además de los problemas de emprender para cualquier mexicano (créditos, profesionalización de productos, servicios y procesos, temas fiscales, etcétera), los emprendedores y emprendedoras indígenas enfrentan el desconocimiento de la economía formal y modelos de negocio.
Muchos emprendedores indígenas poseen conocimientos ancestrales y habilidades técnicas excepcionales, pero no están familiarizados con los procesos de gestión empresarial, contabilidad, marketing o comercio electrónico, que son vitales para escalar un negocio en el mercado moderno.
Además, si quieres ayudarlos, es muy difícil que te dejen entrar a su comunidad. Puede llevar años ganarse su confianza.
En América Latina crecen iniciativas que integran tradiciones ancestrales con soluciones tecnológicas: startups con alma indígena. Emprendimientos que combinan técnicas indígenas y tecnología con propósito, rescatando su identidad y fortaleciendo sus comunidades, mientras generan nuevos modelos de negocio.
Aquí, una muestra de startups con alma indígena que sobresalen por fusionar tradición y tecnología.
Rutopía es una empresa social y plataforma digital que conecta a viajeros con comunidades indígenas y rurales para ofrecer experiencias de turismo de impacto. Nació en 2017 cuando Sebastián Muñoz y Emiliano Iturriaga decidieron colaborar con la población indígena para hacer realidad el viaje de tus sueños a diferentes partes de la República.
Para Rutopía la tecnología ha sido el puente para promover el turismo y mostrar al mundo la riqueza cultural y natural de las comunidades. Esto permite a los anfitriones indígenas llegar a un público global sin intermediarios.
En 2019 Rutopía recibió el reconocimiento más prestigioso en emprendimiento social: El Premio Hult, otorgado por las Naciones Unidas y entregado personalmente por Bill Clinton.
Es una mezcalería que surgió para promover la cultura del mezcal tradicional. Colabora con mezcaleros de diferentes regiones del país que producen su mezcal tal como heredaron el proceso de sus antecesores: maestros mezcaleros, taberneros, palenqueros, vinateros o fabriqueros de hasta ocho generaciones.
Conejo en la Luna nace cuando los hermanos Sánchez pensaron que era buena idea promover el mezcal, bebida por la cual compartían el gusto. Así que, decidieron abrir su primera mezcalería y restaurante en Teotihuacán, Estado de México en el año 2017.
Para la comercialización de sus productos, Conejo en la Luna no se limita a sus mezcalerías físicas. Ha incursionado en el comercio electrónico, vendiendo su mezcal en su propia tienda online, en plataformas como Amazon y en el e-commerce de Liverpool, lo que les permite llegar a consumidores en todo el país (y potencialmente más allá) sin la limitación de una ubicación física.
Es una marca de arte textil con dimensión social. Colabora con diferentes artesanos de comunidades indígenas del estado de Chiapas. Su misión es conservar la técnica maya ancestral con base en el telar de cintura. Que sus bordados a mano sigan viviendo entre nosotros y al mismo tiempo sean valorados.
Corazón Chiapaneco utiliza activamente las redes sociales (como Facebook e Instagram) para contar la historia detrás de cada prenda y de cada artesana. A través de imágenes y videos, no solo exhiben sus productos, sino que también educan a sus seguidores sobre el proceso de creación y la importancia cultural de los textiles. Esto genera una conexión emocional con los consumidores y les da visibilidad a nivel nacional e internacional.
La marca utiliza herramientas tecnológicas para coordinar su colaboración con las artesanas que viven en diferentes comunidades de Chiapas. La comunicación digital y los sistemas de logística son esenciales para gestionar los pedidos, la producción y la distribución de sus productos de manera eficiente, asegurando que las piezas lleguen a su destino en buen estado y en tiempo.
Ambiente Mexicano es un e-commerce de regalos corporativos con artesanías mexicanas. En un principio la idea de Norma Hernández era vender al público en general. Sin embargo, fueron las empresas las que comenzaron a interesarse. Así fue como esta emprendedora comenzó a diseñar junto con los artesanos lo que le pedían las compañías.
Esta tienda online ya tiene más de 10 años en el mercado. En un inicio Norma empezó a trabajar con artesanos del Estado de México y Nayarit pues de ahí son originarias sus abuelas. Lo que hizo esta emprendedora fue comenzar a platicar su idea a los artesanos. Hoy trabaja con más de 40 familias de artesanos en toda la República.
La emprendedora comenzó a armar su catálogo y su e-commerce con cero inversión. Utilizó una plataforma y herramientas gratuitas para armar su propia tienda online lo mejor que se podía, hasta que pudo migrar a una plataforma dedicada tal cual al comercio electrónico. Hoy, Ambiente Mexicano es una startup con alma indígena.
Al sur de la Ciudad de México, en el lago de Xochimilco se encuentra Arca Tierra, un lugar que ofrece experiencias de turismo rural y gastronómico. Entre ellas: menú elaborado por chefs que comienzan a repuntar. Paseo en trajinera para ver el sol al amanecer y desayuno de antojitos mexicanos hechos con maíz azul criollo.
Arca Tierra también vende canastas a familias y restaurantes (por suscripción semanal o quincenal) con productos agroecológicos y orgánicos de su propia red de agricultores. Además, cuenta con centros de distribución para que tú mismo puedas pasar por tus comestibles.
El modelo de suscripción y comercio electrónico que utiliza Arca Tierra ha sido su estrategia de distribución que elimina la necesidad de intermediarios, asegurando que los agricultores reciban un pago justo y que los consumidores tengan productos frescos y de temporada.