



He de aceptarlo: no soy gran fanática de la naturaleza. Me declaro una persona de ciudad, acostumbrada al ruido y al ritmo de vida veloz. Sin embargo, un día (después de varios conflictos y estrés en el trabajo), decidí hacer una pausa y adentrarme en un paraje boscoso. Mi única compañía eran los árboles y la hierba; sólo escuchaba el sonido del viento y el de los pájaros. Afortunadamente, en este lugar mi celular no tenía señal (no todo México es territorio Telcel), lo que me forzó a enfocarme en el aquí y ahora.
Todo el día somos bombardeados por múltiples mensajes y sonidos. Tenemos las agendas completamente saturadas y nuestras miradas inmersas en las pantallas. De acuerdo con Daniel Levitin, neurocientífico de la McGill University y autor de The Organized Mind (La mente organizada), si eres una de esas personas que nunca se toma un descanso al día, debes desconectarte y alejarte al menos una semana de esta hiperestimulación.
Pocos emprendedores pueden desconectarse al cien del trabajo, por lo que una breve escapada a un entorno natural puede ser su mejor alternativa. Te decimos por qué:
¿Cuándo fue la última vez que te diste unos minutos para imaginar cómo quieres que sean tu vida y tu negocio? Seguramente tiene unos cuantos ayeres. Date la oportunidad de volver a soñar; observa la magia que ocurre a tu alrededor y deja que se procesen tus emociones y sentimientos. Este ejercicio puede darte soluciones creativas que jamás imaginaste, así como descubrir cuáles son las emociones que te dominan en la actualidad y qué puedes hacer para modificarlas o aprovecharlas.
Podría parecer irónico, pero lo más probable es que entre cientos de pendientes, citas y estrés, tengas una terrible falta de comunicación con tu propio ser. Si te alejas e insertas en la naturaleza, aunque sea por unas cuantas horas, lograrás reiniciar esa conexión. Permítete apagar tu acelerado cerebro y dejarte llevar. En estos momentos es cuando te darás cuenta qué es lo que quieres para tu futuro y cómo puedes conseguirlo.
¿Te sientes desgastado? ¿Las ideas nada más no te fluyen? ¡Es momento de tener una dosis de aire fresco! Busca un paraje que te dé una sensación de calma y tranquilidad. Respira profundo (inhala con la nariz y exhala por la boca) y acuéstate en la hierba durante unos instantes. Notarás que al regresar a la oficina tendrás una nueva actitud: se te facilitará encontrar grandes ideas y te sentirás con muchas más ganas de hacer el trabajo.
Como cualquier músculo, el cerebro se agota y, poco a poco, empieza a reaccionar deficientemente. Hacer este tipo de pausas le permitirá descansar y reiniciarse. Asimismo, cuando cambias tu entorno de contaminación por uno de aire limpio y relajación , tu mismo cuerpo y cerebro se sienten más sanos y funcionan correctamente.
El ritmo de las ciudades nos hace sentir constantemente ansiosos e impacientes. Estamos acostumbrados a que todo se nos dé en el momento que queremos y de la forma que deseamos. Sin embargo, la naturaleza no obedece a este tipo de insistencia; tiene su propio ritmo y es perfecto. El cambiar, aunque sea momentáneamente, tu chip te ayudará a ser más paciente y a entender a los demás. Recuerda que trabajar más no es ser más productivo; así que esta estrategia puede servirte para trabajar de manera más inteligente.