



El término Mobbing pasa de ser una moda: se ha enquistado en muchas organizaciones y se trata de uno de los temas más preocupantes por los que atraviesan todo tipo de empresas, sin importar el sector ni su tamaño.
“Mobbing” se refiere al acoso laboral, moral o psicológico en el marco del trabajo, mediante el que una persona o un grupo tienen acciones violentas de forma sistemática -al menos una vez por semana- durante un tiempo prolongado de más de seis meses, dirigidas hacia alguien o un sector de la empresa. Incluso puede darse un tipo de maltrato psicológico muy específico como lo es el gaslighting en tu trabajo, aquí te decimos qué es y cómo ponerle un alto.
Esta forma, una consecuencia del estrés laboral extremo, se genera la mayoría de las veces por causas que no tienen que ver con el desempeño o rendimiento, sino por la forma de vincularse.
Por ejemplo, seguro que conoces el caso de alguien a quien se le asignan por tiempo prolongado tareas muy inferiores a su capacidad, o muy superiores -por lo que no sabrá cumplirlas-.
Otras veces, son los altos mandos quienes actúan con impunidad y autoritarismo, despreciando a la persona trabajadora, sometiéndola a habladurías a sus espaldas, minimizando sus logros y aptitudes frente al resto, o teniendo expresiones que son una afrenta, como gritos, insultos, atropellos y hostigamiento de distinto tipo.
El mobbing no distingue y afecta a personas de todo género y edad, tengan o no un puesto directivo, o seas la flamante incorporación o tengas trayectoria en la compañía.
Para poder entender mejor este fenómeno, se lo ha categorizado en tres movimientos:
Hay muchos signos del maltrato cotidiano dentro de las organizaciones, desde ignorar a una persona, hasta levantar la voz repetidamente, golpes en el escritorio, cortar una llamada telefónica presa de la ira reiterada y someter al banquillo de los acusados a alguien o a un sector cuando se piensa que se han convertido en los malos de la película, debido a la interpretación de su forma de proceder o de los resultados que obtienen.
La mayoría de las veces, con culturas verticalistas y que no fomentan el liderazgo colaborativo, estas actitudes producen un desgaste en la fuerza laboral, hasta llegar a consumirla. O bien terminan con exceso de estrés, que puede llevar al síndrome de Burnout (del quemado), ausentismo reiterado, y con desgano y apatía haciendo lo mínimo indispensable.
Como una breve guía para ejemplificar un tema complejo y sensible, aquí tienes esta lista de signos de mobbing laboral que quizás jamás habrías pensado que pueden encuadrarse así, ya que muchos de ellos se dan en lo cotidiano:
Ante una situación de mobbing, es importante que la víctima pueda encontrar un espacio donde expresarse, tanto personal como profesionalmente, y también recibir asesoramiento profesional en primer lugar de psicólogos o psiquiatras, y, llegado el caso, de abogados.
Además, para frenar el mobbing y poder sobrellevarlo hasta que decida qué hacer, es importante que la víctima tome en cuenta algunas acciones, entre ellas:
También el verbalizarlo le permitirá obtener nuevas miradas sobre el asunto, a la vez que recibe contención profesional. Lo peor que puede hacerse es querer transitarlo y resolverlo en soledad.