



La paternidad es una etapa transformadora y llena de desafíos. A menudo, los papás se centran tanto en proteger a sus hijos que se olvidan de autocuidado, lo que puede tener consecuencias negativas tanto para ellos como para sus familias.
La investigación de Derek M. Griffith y Elizabeth C. Stewart de la Georgetown University y Vanderbilt University ha descubierto que los padres pueden ver la salud no en términos de ir al médico o comer verduras, sino de cómo mantienen un trabajo, cubren los gastos de su familia, protegen y enseñan a sus hijos y pertenecen a una comunidad o red social.
Dicho de otra manera, diversos estudios sugieren que los hombres a menudo prefieren ser un buen padre a estar sano.
Priorizan ser buenos proveedores y cuidadores por encima de su propia salud física y mental. Esta tendencia puede llevar a problemas de salud a largo plazo que afectan su capacidad para ser el tipo de padres que desean ser.
Muchos padres ven sus cuerpos como herramientas para realizar un trabajo, y a menudo no prestan atención a su salud hasta que los problemas se interponen en su capacidad para trabajar, tener relaciones sexuales o cumplir con otras responsabilidades importantes. Esta actitud puede llevar a descuidar la salud física y mental, resultando en condiciones crónicas y comportamientos de riesgo como el consumo excesivo de alcohol y drogas.
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Aunque los roles de género han evolucionado, muchos hombres todavía se definen a sí mismos y son definidos por otros en función de su capacidad para mantener un empleo y cuidar de sus responsabilidades familiares. Según remarca The Conversation, esta presión puede llevar a los padres a trabajar más horas y dormir menos, sacrificando su tiempo libre y sus hobbies, lo que a la larga afecta su salud.
Las familias, especialmente las mujeres en la vida de los hombres, juegan un papel crucial en fomentar hábitos saludables en los padres. Las esposas y parejas a menudo proporcionan apoyo emocional, consejos y facilitan que los hombres vayan al médico y adopten comportamientos saludables. Es vital que las familias ayuden a los padres a encontrar tiempo para cuidar de sí mismos, ya que su bienestar es fundamental para el bienestar de toda la familia.
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Es esencial que los padres reconozcan la importancia de cuidar su salud tanto como cuidan de sus hijos. Al hacerlo, no solo mejoran su calidad de vida, sino que también se convierten en mejores modelos a seguir para sus hijos y pueden disfrutar de una relación más saludable y feliz con su familia.