En la era digital en la que vivimos, la tecnología se ha convertido en una herramienta indispensable en el mundo de los Recursos Humanos. Las empresas confían cada vez más en la automatización y la inteligencia artificial para filtrar currículums, realizar entrevistas iniciales y analizar datos para encontrar al candidato ideal, innovaciones que han simplificado y agilizado el proceso de selección, pero ¿qué sucede con el elemento humano en este panorama tecnológico?
Es innegable que la tecnología ha revolucionado la forma en que las empresas reclutan talento. La inteligencia artificial puede analizar grandes volúmenes de datos y encontrar patrones que los humanos podrían pasar por alto; los chatbots pueden proporcionar respuestas rápidas a preguntas frecuentes de los candidatos, mejorando así la experiencia del usuario. Sin embargo, es importante que las organizaciones no olviden el valor del toque humano en sus procesos.
Esto porque el reclutamiento no solo se trata de encontrar competencias técnicas o experiencia laboral relevante, sino también de evaluar la compatibilidad con la cultura organizacional, la ética laboral y las habilidades interpersonales, cualidades que no se pueden medir a través de algoritmos y software de inteligencia artificial, porque los candidatos son seres humanos con emociones, valores y experiencias únicas que no pueden reducirse a datos cuantificables. Aquí es aquí donde entra en juego el concepto de employer branding con enfoque humano.
Este concepto se refiere a la imagen que proyecta una empresa como marca empleadora y va más allá de ofrecer salarios competitivos y beneficios o compensaciones atractivas. Se trata de crear una cultura organizacional sólida, un ambiente de trabajo positivo y oportunidades de desarrollo y crecimiento profesional. Es fundamental que las organizaciones sean conscientes de su reputación como empleadores y se esfuercen por construir relaciones significativas con los candidatos desde el inicio del proceso de selección.
La tecnología ayuda a las empresas a llegar a más candidatos, pero son las interacciones humanas las que establecen conexiones reales. Un proceso de reclutamiento impersonal puede provocar la pérdida de candidatos, incluso a aquellos con las habilidades técnicas adecuadas; las entrevistas cara a cara, las conversaciones genuinas y el trato personalizado son elementos esenciales para construir una relación sólida con los futuros empleados.
Además, el enfoque humano en la atracción de talento no termina con la firma del contrato, porque las empresas deben seguir invirtiendo en el desarrollo personal y profesional de sus colaboradores, mostrando empatía y comprensión hacia sus necesidades individuales, lo que hace que los trabajadores se sientan valorados, resultando en equipos de trabajo más leales, productivos y que, a la larga, contribuyan con el éxito de la organización.
Si bien la tecnología es una herramienta invaluable en los proceso de reclutamiento y selección de personal, no puede sustituir la importancia del toque humano. Las organizaciones deben encontrar un equilibrio entre la automatización y la interacción personal para atraer, retener y desarrollar el mejor talento. El employer branding con enfoque humano no solo mejora la experiencia de los candidatos, sino que también construye equipos fuertes y comprometidos, aspectos fundamentales para el crecimiento de cualquier empresa.
Por Sergio Porragas / Director de Operaciones (COO) de OCCMundial
