La primera impresión es crucial en una entrevista de trabajo. Hablar de uno mismo, tanto personal como profesionalmente, puede ser todo un reto. “Romper el hielo” puede marcar la diferencia entre ser seleccionado o no, e incluso abrir oportunidades para el futuro. Los reclutadores no sólo evalúan la experiencia laboral, sino también la actitud, la personalidad y la presencia. No es necesario cambiar de personalidad ni fingir ser otra persona, se trata de ser uno mismo, pero comportándose de acuerdo con el contexto, en este caso, siendo profesional y acorde con el puesto al que se opta.
Por eso, te compartimos datos y recomendaciones para abordar las preguntas clave de la entrevista.
De acuerdo con un estudio realizado por Indeed en enero de 2024 a más de 300 tomadores de decisiones en México, esta pregunta (¿Cuáles son tus fortalezas y debilidades?) es la más importante: cinco de cada diez reclutadores (50%) respondieron que era la pregunta principal para la que los candidatos deben estar preparados.
Para definir tus fortalezas, piensa en tus principales habilidades como tus “superpoderes”, algo que te destaca y te facilita. Por ejemplo, ser experto en herramientas digitales o ser proactivo. Puedes respaldar estas afirmaciones con logros profesionales, capacitaciones y opiniones de colegas. No temas destacar tus puntos fuertes y ejemplificarlos con logros concretos. Que un candidato conozca sus aspectos positivos es una buena señal para los reclutadores: la encuesta mostró que para el 47% de los reclutadores, que un candidato pueda responder a la pregunta “¿Por qué deberíamos contratarte a ti y no a otros candidatos?” también es crucial.
Respecto a las debilidades, el truco está en compartirlas como áreas de oportunidad que pueden ser mejorables.
Una respuesta como: “se me dificulta asignar tareas, sin embargo, he aprendido a delegar actividades según las fortalezas de mi equipo” es una buena salida.
Las situaciones difíciles y cómo un candidato las ha superado dan información muy valiosa a los reclutadores. Según la encuesta, el 27% deseará saber cómo un candidato maneja el estrés y la presión laboral (¿Cómo manejas el estrés y la presión?), y el 22% incluso considera preguntar “¿Puedes describir una situación difícil y cómo la superaste?”
Otras preguntas importantes fueron: ¿Por qué terminaste tu relación profesional anterior? (32%) y ¿Por qué quieres trabajar aquí? (49%). Todas ellas son para determinar los motivos del cambio.
Cuando se habla del pasado laboral, es esencial mantener una actitud profesional y honesta, centrándose en el crecimiento profesional. Evita hablar negativamente sobre empleos anteriores y, en su lugar, destaca tu desarrollo profesional.
Esta pregunta puede llevar a otra muy importante sobre tu futuro: “¿Dónde te ves dentro de cinco años?”, que es considerada como la pregunta más importante para el 20% de los encuestados.
Responder esta pregunta no es fácil, ya que implica equilibrar el compromiso con la empresa y el deseo de crecimiento profesional. Idealmente, tu respuesta debería demostrar compromiso, ambición y alineación con los objetivos de la empresa, sin descartar tu propio crecimiento.
Por ejemplo, podrías decir: “Tengo compromiso con mi desarrollo profesional y me entusiasma crecer junto con esta empresa a medida que alcanzamos nuestros objetivos a largo plazo”.
Recuerda que la actitud también es importante, los reclutadores estudian muchos aspectos en un solo encuentro, por ejemplo, la puntualidad (44%), la vestimenta o imagen (49%), precisión en las respuestas (29%), entre otros. Todo ello suma o resta puntos al momento de decidir entre uno o más candidatos, pues el cómo se desarrolla la entrevista (29%), es importante.
Si la entrevista de trabajo es presencial, llega al lugar con 10 minutos de anticipación. Si es remota, encuentra un lugar tranquilo y con buen ancho de banda de internet, y conéctate al menos 5 minutos antes de tu hora asignada para resolver cualquier tema de configuración en tu computadora o tablet.
En ambos casos, debes relajarte y repasar tus respuestas. Pon tu teléfono en silencio para evitar distracciones durante la conversación.
Sonríe de forma natural y evita gestos excesivos con tus manos o rostro. Al responder, enfócate en detalles cuantificables y evita dudar. Da respuestas concisas pero sustanciosas.
Al final de la entrevista de trabajo, si te preguntan si tienes alguna duda, aprovecha para indagar sobre el ambiente laboral, los valores de la empresa, las actividades del rol o el proceso de selección. Esto demostrará tu interés y disposición para continuar en el proceso. Aunque no es una respuesta tan usual, el 12% de los reclutadores probablemente te preguntará “¿Tienes alguna pregunta que quieras hacernos?”.
Los reclutadores buscan más que solo experiencia profesional; desean conocer al candidato de una forma integral. Hablar de uno mismo revela conocimientos, seguridad y valores, siendo el primer filtro para determinar si el perfil es adecuado en todos los aspectos.
