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22-10-2024, 8:01:42 AM

Girl Boss: De ícono feminista a herramienta de marketing ¿Qué salió mal?

El movimiento fue señalado por promover una visión del éxito sesgada, que implicaba una adaptación de las mujeres a las estructuras de poder existentes.

Sophia Amoruso, creadora del movimiento "Girl Boss".
Sophia Amoruso, creadora del movimiento "Girl Boss". © Depositphotos.com

En el 2014, la exitosa emprendedora de la moda Sophia Amoruso hizo popular un término que llegó a convertirse en un fenómeno social: Girl Boss. El concepto encapsula la idea de mujeres jóvenes que rompen los esquemas en el mundo de los negocios y alcanzan el éxito con una mezcla de audacia, determinación y estilo.

Con su libro, titulado “Girl Boss”, donde relataba la formación de su imperio de ropa vintage, nacido en 2006, se convirtió en best seller. Amoruso triunfó al abrir una tienda online en eBay llamada Nasty Gal, nombre inspirado en la cantante de funk Betty Davis. Este negocio alcanzaría una valoración de 100 millones de dólares y haría a Amoruso ser reconocida por la revista Forbes como una de las 60 millonarias hechas por sí mismas.

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El escrito tuvo tanto éxito que, en 2017 Netflix lo adaptó en una serie homónima, llevando su historia a una audiencia aún mayor. La joven emprendedora se convirtió en la personificación del “Girl Boss” para una generación de mujeres que buscaban hacerse un espacio en un mundo dominado por hombres.

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Girl Boss: Del empoderamiento femenino al escrutinio social

La narrativa era simple: con suficiente trabajo duro y carisma, cualquier mujer podía llegar a la cima. Y, en una cultura obsesionada con la imagen del éxito, llena de dinero y lujos, esta idea resonó fuertemente.

Con el paso del tiempo y la evolución de los movimientos feministas, el término “Girl Boss” no tardó en enfrentar el escrutinio. Con la apertura de las conversaciones sobre la intersección entre género, clase y raza, comenzaron a surgir críticas sobre si realmente era posible alcanzar el éxito siguiendo ese modelo.

El concepto de “Girl Boss” se centraba en mujeres blancas, jóvenes y delgadas, lo cual perpetúa estereotipos de éxito que, aunque disruptivos, seguían siendo superficiales. Una de las detractoras, entre muchas otras voces, fue la periodista Amanda Mull de The Atlantic. Ella resaltó en el 2020- en plena pandemia, donde todo fue revalorado- cómo el término se había desdibujado.

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“En lugar de desmantelar el poder que los hombres habían ejercido durante mucho tiempo en Estados Unidos, las mujeres profesionales podrían simplemente tomarlo por sí mismas en la oficina”, señaló en The Girlboss Has Left the Building.

Feminismo y capitalismo bajo la lupa

De este modo, el concepto de “Girl Boss” fue criticado por convertirse en una herramienta de marketing que glorificaba a las mujeres poderosas en el ámbito empresarial, pero que no tenían un cuestionamiento de clases. El “feminismo corporativo” comenzó a ser visto por algunos como una versión edulcorada del feminismo, diseñada para ser fácilmente digerible y comercializable en un sistema capitalista.

La frase "Girl Boss" se hizo popular em mercancía | Imagen: Depositphotos.com
La frase “Girl Boss” se hizo popular em mercancía | Imagen: Depositphotos.com

El movimiento fue señalado por promover una visión del éxito sesgada, que implicaba una adaptación de las mujeres a las estructuras de poder existentes. La reevaluación de “Girl Boss” se dio en el contexto de un mayor análisis del capitalismo por la crisis mundial por el COVID-19. Esto llamó a la reflexión sobre qué significa realmente el empoderamiento y cuál es nuestro verdadero valor como personas y sociedad.

¿Es el éxito empresarial sinónimo de empoderamiento real?

Tras el azotón mundial, se hizo cada vez más evidente que el éxito individual no equivale necesariamente a un cambio sistémico.  En lugar de desafiar las estructuras de poder, muchas “Girl Bosses” han sido vistas como participantes activas en un sistema que sigue siendo desigual.

Lo anterior ya que el éxito empresarial no se mide únicamente con logros individuales, sino también por la capacidad de crear espacios más equitativos para la sociedad en general. En el ecosistema emprendedor de hispanoamérica, donde las realidades socioeconómicas y culturales son muy diversas, este debate es especialmente relevante.

El mito de la Girl Boss

El término “Girl Boss” puede resonar con algunas emprendedoras. Sin embargo, puede ser un recordatorio para otras de los límites de ese progreso en un mundo aún marcado por profundas desigualdades.

Lo anterior no significa que el concepto de “Girl Boss” esté completamente desacreditado. Para muchas aún es una fuente de inspiración y un modelo a seguir.  Sin embargo, los señalamientos reconocen que ese modelo no es universal y que el camino hacia el empoderamiento femenino es mucho más complejo y diverso de lo que sugiere.

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autor Con interés por descubrir el mundo y retratar sus diferentes realidades a través de la palabra.