Se ha demostrado que es lo mismo una y otra vez: en los primeros meses de cada año la gente tiende a buscar formas de cambiar sus vidas. A medida que nos aventuramos en un nuevo año con nuevas resoluciones establecidas, nuestras carreras tienden a ser un área común en la que nos gustaría ver mejoras.
Si estás buscando un cambio significativo en su carrera profesional, es importante contar con las herramientas que le ayudarán a llegar donde quieres estar. En la situación actual, en la que las empresas están empezando a adoptar un enfoque basado en las competencias, es natural que la búsqueda de un nuevo empleo comience con la creación de una cartera de competencias, también conocida como “portafolio de competencias”, “perfil de competencias” o “pasaporte de competencias”. Pero, ¿qué es una cartera de competencias? ¿Y cuáles son las mejores maneras de crearla y sacarle el máximo partido?
Una cartera de competencias es un sistema de portafolio digital que recopila y muestra las habilidades, capacidades, experiencias y logros de un individuo. Se puede utilizar como una representación integral de las competencias de cada uno (profesionales y personales), lo que permite a las personas gestionar sus recorridos de aprendizaje completos de principio a fin y, al mismo tiempo, monitorear su progreso.
En general, es una poderosa herramienta para el desarrollo personal y profesional, que ayuda a las personas a comunicar eficazmente su valor, construir su marca profesional y alcanzar sus objetivos profesionales, algo crucial a la hora de buscar un nuevo empleo o incluso de solicitar oportunidades de promoción profesional.
Un portafolio de este tipo es también una gran baza para exhibir habilidades y diferenciarse de otros candidatos, demostrando sus cualidades, experiencias y logros únicos. La creación de una cartera de competencias también anima a las personas a reflexionar sobre sus logros y reconocer sus capacidades, lo que aumenta la confianza en sí mismas y el conocimiento de sí mismas. También puede ayudar a las personas a identificar áreas de mejora y a establecer objetivos de progreso profesional.
En el contexto de una Organización Basada en Competencias, en la que las habilidades y competencias se valoran mucho y forman parte integral del éxito, disponer de una cartera de competencias adquiere aún más importancia, ya que puede ser útil para alinear objetivos, apoyar iniciativas de gestión del talento y fomentar una cultura de aprendizaje y colaboración en una empresa. Según Deloitte, el 85% de los ejecutivos de RR.HH. afirman que están planificando o considerando rediseñar la forma en que se organiza el trabajo para que las competencias puedan transferirse de forma flexible a través del trabajo en los próximos años.
¿Pero cómo empezar? La cuestión es que probablemente ya tengas un portafolio de habilidades (o los componentes básicos para ello), incluso si no te das cuenta. Sólo necesitas aprender dónde buscar.
Una cartera de competencias puede incluir varios tipos de artefactos, como información de su CV, muestras de trabajo, certificaciones y cualificaciones acumuladas a lo largo de los años, e incluso cartas de recomendación que recibiste en el pasado de jefes o mentores. Haz una lista de las habilidades clave que quieres mostrar en su cartera: pueden ser habilidades técnicas, habilidades interpersonales, competencias específicas del sector o una combinación de todas ellas. Piense en las competencias más valoradas en el sector o el puesto al que aspira.
Es importante, sin embargo, que no te limites, ya que esta cartera reflejará tu identidad profesional y tu potencial. Piensa en incluir habilidades que normalmente dejarías fuera de un currículum tradicional pero que, al fin y al cabo, son capacidades fundamentales que te hacen ser quien eres.
Mantener una cartera de competencias sirve como valioso registro de sus logros, certificaciones y desarrollo profesional a lo largo del tiempo. Puede servir de referencia durante las evaluaciones de rendimiento y las negociaciones salariales. Mantener una cartera de competencias también anima a las personas a comprometerse con el aprendizaje permanente y el desarrollo de habilidades. Les motiva a buscar nuevas experiencias, oportunidades de formación y retos para mejorar sus conocimientos y seguir siendo competitivos en su campo y más allá. ¿A qué espera?
