Despido tras 18 años de servicio: la historia de una empleada espiada por su empresa en casa
La compañía usó tecnología para espiarla durante el teletrabajo y registró la cantidad exacta de horas que pasaba frente a su computadora.
El caso de la empleada de una aseguradora Suzie Cheikho ha generado un debate sobre la vigilancia en el teletrabajo. Después de casi dos décadas en la misma empresa, fue despedida. Esto porque se descubrió mediante un software de seguimiento de teclado, que su rendimiento no cumplía con las expectativas.
El despido de una empleada que abre el debate sobre la privacidad en el teletrabajo
Suzie Cheikho trabajaba desde hacía 18 años en Insurance Australia Group (IAG), desempeñando tareas relacionadas con la creación de documentos de seguros y cumplimiento de plazos. Sin embargo, en 2022, fue sometida a un estricto control de su rendimiento mientras trabajaba desde casa. La empresa utilizó un software de “keystroke” (seguimiento de teclas) para medir el número de pulsaciones por hora y la cantidad de tiempo activo frente al ordenador. En un periodo de 49 días, según el sitio Il est encore temps, se detectó que Suzie había tenido largos periodos de inactividad, incluyendo más de 117 horas en un solo mes sin actividad registrada.
Para saber más: Kyte Baby: Boicot masivo tras negar home office a mamá de recién nacido prematuro y una pésima disculpa en video
La tecnología y la vigilancia de la empleada en el teletrabajo
El software utilizado por la empresa permitió registrar no solo las horas de actividad de Suzie, sino también cuántas teclas presionaba por minuto. La compañía argumentó que el bajo rendimiento, el incumplimiento de plazos y la ausencia en reuniones justificaban su despido. De hecho, se registraron 44 días en los que no completó una jornada laboral completa, lo que desencadenó la decisión final de la empresa.
Controversias sobre el control del Home Office
El despido de Suzie desató una controversia sobre la ética de la vigilancia remota. Aunque las empresas tienen derecho a supervisar el trabajo de sus empleados, el uso de tecnologías invasivas como el seguimiento de teclado ha generado un debate sobre los límites del control empresarial en el teletrabajo. Suzie argumentó que sus problemas de salud mental y días con baja carga de trabajo influyeron en su rendimiento, pero estas explicaciones no fueron aceptadas por la empresa.
El despido que expone los riesgos de ser controlado a distancia
Suzie llevó su caso a la Comisión de Trabajo Justo en Australia, alegando despido injustificado. Sin embargo, la Comisión falló a favor de la empresa, argumentando que los datos obtenidos por la vigilancia demostraban una falta significativa de productividad. Este caso ha puesto en el centro del debate la creciente dependencia de las empresas en herramientas de control remoto y la posible invasión de la privacidad de los empleados.
Conoce más: Stellantis mandó a sus empleados a un ‘día de home office obligatorio’. Luego despidió a 400 de ellos.
El caso de Suzie Cheikho ilustra los dilemas del teletrabajo y la vigilancia tecnológica. A medida que más empresas adoptan el trabajo remoto, surgen cuestiones sobre la privacidad de los empleados y hasta dónde pueden llegar las compañías para garantizar la productividad.