Crack The Code, la academia tech que le enseña a los niños y niñas a programar para tener un mejor futuro
Esta es Crack The Code, la escuela fundada por una emprendedora colombiana que busca cambiar la vida de los próximos profesionistas. Te contamos cómo funciona y su historia de emprendimiento.
¿Cuántos nos hemos sentido rezagados por el avance brutal que ha tenido la tecnología? Cuando empiezas a aprender un programa, ya sale uno nuevo y así consecutivamente. Entonces ¿qué hubiera pasado si desde pequeños nos hubieran enseñado sobre tecnología? Sería una historia muy diferente. Hoy en día, hay una emprendedora que identificó este vacío en el mercado y la educación para crear Crack The Code, una academia tech especializada en la enseñanza para niños y niñas.
María del Mar Vélez, es originaria de Medellín, Colombia, pero se mudó siendo muy pequeña a Costa Rica. Posteriormente, María estudió Finanzas y Economía en la NYU y formó parte de importantes empresas como JP Morgan. También trabajó un tiempo en Perú, país donde radica hoy en día y el lugar en el que surgió la chispa del emprendimiento.
La emprendedora María del Mar Velez, es la CEO y cofundadora de Crack The Code. La plataforma nació con la firme creencia de que niños y niñas pueden y deben ser partícipes del nuevo lenguaje universal que transformará el mundo: la programación. Además, la academia tech cuenta actualmente con presencia no solo en México, sino a nivel América Latina.
Desde los inicios del proyecto, Vélez notó que, aunque el ecosistema está cambiando y continúa reinventándose hasta alcanzar un entorno completamente digital, existe una gran brecha y poca innovación en Latinoamérica respecto al mundo tech, especialmente con la preparación de los niños y adolescentes del futuro.
Entonces ¿cómo funciona Crack The Code?
En papel suena muy bonito, pero ¿realmente cómo opera la escuela? En entrevista exclusiva para Emprendedor.com, María del Mar Vélez, nos explicó y contó la historia de la academia y cómo enseñan a los niños a programar desde sus casas.
Para empezar, hay que resaltar que Crack The Code cuenta con dos líneas de negocio principales. “La primera es con los papás, ellos van a nuestra web, ven nuestros cursos y matriculan a sus niños. Mientras que el otro es con empresas y fundaciones. Por ejemplo, vamos con digamos Google, Microsoft o 3M y tienen becas o programas de STEM de ciencia para niños, niñas o adolescentes. Allí, ellos nos dicen, queremos que ustedes ejecuten este programa en Perú, Colombia o cualquier otro país”, comenta la emprendedora.
Estos programas aliados con empresas, son los que más emocionan a María, ya que son más masivos y generan un gran impacto, no solo con quienes pueden pagar un curso, sino con poblaciones estudiantiles vulnerables.
“Hoy en día trabajamos 330 niñitos en Colombia, quienes toman nuestro curso dentro del currículo escolar. Ellos se van a graduar con una certificación en programación web avanzado, entonces, es maravilloso tener ese modelo”, ejemplifica la CEO.
“Desde estos dos lados, nos permite estar creciendo e impactando a niños y niñas de todo poder adquisitivo en la región”.
¿Quiénes pueden aprender programación?
Además de los proyectos asociados, Crack the Code enseña programación a niños y niñas de 5 a 18 años, también está segmentado por grupos de edad. Por ejemplo, de 5 a 7 años hay cursos diseñados para ellos, otros para 8 a 11 años, y así consecutivamente. Por ello, es importante que estos se dividan por habilidades y edades.
Según lo relatado por Vélez, los estudiantes y sus padres eligen un horario, por ejemplo, viernes a las 5 de la tarde. Entonces todos los viernes a las 5 de la tarde su hijo va a estar conectado con una niña en Colombia, un niño en Perú y otra más en Centroamérica. Así que, se juntan y toman sus clases semana tras semana. Se trata de lecciones con un profesor conectado en vivo que resuelve preguntas. Además, cada niño tiene una plataforma virtual de enseñanza en donde se puede conectar los fines de semana o cualquier otro día, para seguir aprendiendo y ver grabaciones de material complementario.
Hay distintos cursos:
- Tres meses: generalmente este es un proyecto sobre un videojuego retro, por ejemplo, Mario Bros.
- Nueve meses: durante ese tiempo, que se llama ruta de aprendizaje, y se enfoca en una temática, por ejemplo, desarrollo de tres tipos videojuegos.
El objetivo es que cuando el pequeño se vuelve medio experto, utilice ese conocimiento durante la vida escolar. Es decir, que se dé cuenta cómo la tecnología está impactando en otras industrias, como la música, el arte, el diseño web.
“Queremos que salga de la escuela y diga ‘wow, quiero ser doctor y sé que programar me va a potenciar en mi profesión'”.
Actualmente tienen estudiantes de 22 países hispanos, sin embargo, los principales son Perú, México y Colombia. Por otro lado, como las lecciones son por videollamada, no hay restricción en cuanto a la nacionalidad. María nos comenta que como recomiendan la plataforma, crecen orgánicamente e incluso tienen alumnos que radican en Alemania.
En cuanto a los costos, van desde 30 a 35 dólares al mes (o 2,899 a 1,999 pesos mexicanos) por 5 horas de clases en vivo. No obstante, para la ruta de aprendizaje de nueve meses con cuatro cursos y 36 clases, son 30 dólares al mes (8,299 pesos mexicanos).
¿Por qué es importante que los niños aprendan programación?
De acuerdo con la fundadora y CEO de Crack the Code, “hoy en día hay tanta innovación digital que tenemos que enseñar a los niños a ser estudiantes activos. Es decir, que ellos mismos lean, curen la información y tomen decisiones sobre qué hacer. No como antes, que era solo memorizar. Queremos que ellos sean actores principales en su aprendizaje. Eso justamente es lo que hace la programación, la ciencia y la computación, ellos analizan un problema, lo descomponen y ven cómo lo van a resolver”.
En otras palabras, los niños aprenderán a resolver problemas, identificar las posibles soluciones y hacer el trabajo mental para identificar por qué escogieron una u otra ruta para determinar su resolución.
“La idea es crear y potenciar líderes digitales, que desarrollen estas habilidades que van a hacer transversales para cualquier ámbito de sus vidas”.
María tiene un pensamiento que aterriza la importancia de este tipo de conocimientos para un futuro, tanto académico como laboral. “Un niño que hoy tiene 8 años, va a salir de la escuela en 10 años. ¿Tú sabes que habrá pasado en 10 años en términos de transformación digital?”.
Así que, a los padres de familia se les invita a que impulsen a sus hijos a las nuevas tecnologías. “Lo que no queremos, es que el niño en 10 años, es decir, 2033 este saliendo del colegio diga que no puede aplicar en un trabajo porque no sabe programar. O no puede aplicar a la universidad por la misma razón, porque en las escuelas se van a demorar en implementar este tipo de conocimientos”.
El paso del tiempo no perdona, por ello, Vélez hace énfasis en que la tecnología está para quedarse, así que, se debe usar en nuestro favor y para enseñarles a los niños, cómo utilizarla de manera positiva y productiva.
“Ahora que no es tarde, entre más rápido empiecen a aprender, como el inglés entre más chiquitos, más fácil lo van a adoptar. Esto será natural para ellos y van a sobresalir versus cualquier otra persona que haya sido educada de una manera estandarizada”, dice María.
La historia de Crack the Code
Como buen emprendimiento, esta idea no surgió de la nada y hubo tropiezos, retos y momentos apasionantes. María del Mar Vélez se considera una apasionada de la educación. Luego de llegar a Perú y no tener trabajo, empezó a investigar a qué se podía dedicar. De esta forma, llegó a la idea de Crack The Code, inspirándose en otro modelo de negocios.
“No sé si en México hubo una marca que enseñaba inglés, eran unos libros gigantescos, con unos CD, y que además los vendían más o menos de puerta en puerta. Me acuerdo que mis papás lo compraron, todo el mundo lo tenía. Entonces me pregunté ¿cuál es el curso de inglés del futuro y no el de ahora? Así encontré todo este mundo de la programación del cual yo no sabía nada”, narra la emprendedora.
“En 2017 me metí a clases, empecé a investigar, tomar cursos, y encontré todo este mundo de ciencia de la computación o programación para niños. Me encantó. Además, empecé a ver que en otras partes del mundo, ya estaban más avanzados en esto de la educación”, así nació la academia.
Poco a poco, empezó a formar el modelo de negocio. Incluso hizo como una ‘prueba piloto’ en su casa, invitó a sus sobrinas y amigos, contrató a un profesor y comenzó a explorar y a aprender. Este piloto duró una semana, todos los días de manera intensiva.
“Me convencí de que era una buena idea. Usé mis ahorros de mi trabajo y empezamos a armar una academia física donde iban a venir los niñitos después del colegio y los fines de semana”. De esta forma, la escuela abrió sus puertas en diciembre de 2017 y enero del 2018. Una buena época en Perú, ya que en esas fechas se encuentran en pleno verano.
Sin embargo, poco después le llegó la prueba de fuego: la pandemia. Por esa razón, tuvo que cambiar de rumbo radicalmente, al igual que muchos otros negocios. No obstante, en lugar de ver a la crisis sanitaria como algo negativo, se empeñó en renovarse y verlo como una oportunidad de crecimiento.
“Pasamos a un formato 100% virtual, y obviamente de un momento a otro se abrieron otras áreas de oportunidad para nosotros. Ya no teníamos que crecer con las agencias físicas o academias, sino a través de la tecnología. Cambiamos cómo impartíamos las clases y la estructura de las plataformas”, relata la CEO.
Por otro lado, María también explica que antes de la pandemia los papás estaban muy en contra de aprender en línea y ahora ya lo ven como algo cotidiano. Se dieron cuenta de que sí se aprendía y una hora a la semana, pues no era mucho, además que complementa y potencia lo aprendido en el colegio. “Empezamos a crecer y a estructurar un poco más la empresa. Gracias a eso comenzamos a tener estudiantes de diferentes países”.
Levantar un negocio con poco presupuesto, el otro reto de la emprendedora
Crack The Code fue la primera inversión en Perú de Kaszek, el fondo de VC más importante de la región, que aportó 2.7 MDD a finales de 2021 para impulsar su crecimiento, incluyendo la expansión a México. La empresa, que Vélez fundó en enero de 2018, fue arrancada y se pagó por sí misma hasta esta inversión, con la excepción de una ronda previa a la semilla de 95,000 dólares.
La academia hoy tiene presencia en más de 22 países de habla hispana, ha impactado a más de 6,500 estudiantes y cuenta con la validación de instituciones y marcas como: Microsoft (Microsoft in education Global Training Partner), Lenovo, Samsung, Unity, Innova Schools, Google y Globant. Además, fue seleccionada en 2021 como una de las 100 empresas Edtech más prometedoras de la región.
“Este año el foco es 100% en crecer y en potenciar la experiencia académica que tienen los estudiantes con nosotros”, finaliza María del Mar Velez, la CEO y cofundadora de Crack the Code.