En nuestro país nos enfrentamos a un problema claro: todavía no existen suficientes jóvenes interesados en estudiar carreras STEM.
No cabe duda de que el progreso y la innovación que hemos vivido durante los últimos años se lo debemos al talento de las personas que decidieron centrar sus estudios profesionales en carreras relacionadas con ciencias, tecnología, ingeniería, y matemáticas (o carreras STEM por sus siglas en inglés). No obstante, en nuestro país actualmente nos enfrentamos a un problema claro: todavía no existen suficientes jóvenes interesados en estudiar este tipo de carreras a pesar de sus implicaciones positivas en nuestra sociedad.
Carreras STEM en México
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en México, únicamente el 35% de las personas que alcanzan la educación superior se muestran interesadas por este rubro, lo cual resulta en un déficit de innovación sumamente importante para nuestro país, sobre todo por parte de las nuevas generaciones que pueden aportar su valioso conocimiento para encontrar soluciones creativas a los problemas que enfrentamos en la actualidad. Debido a esta situación, hoy más que nunca, debemos inspirar a los jóvenes sobre los diversos beneficios que puede traer consigo el mundo de las ciencias, y más aún ante un contexto donde la transformación digital y la llamada cuarta revolución industrial (en donde destacan los procesos automatizados y la implementación de tecnología de punta en las industrias) están más cerca que nunca.
Con el objetivo de aumentar el porcentaje de personas interesadas en el maravilloso mundo de las carreras STEM debemos educar a los estudiantes sobre su importancia, empezando desde la educación básica. Esto puede lograrse al invertir en cursos enfocados en el desarrollo de habilidades básicas de programación y “hackatones”, incentivar las competencias de matemáticas, aumentar el número de clases relacionadas con la ciencia (como laboratorios, ciencias naturales, y física, por mencionar algunas), e incluso impartir talleres de robótica en donde los niños puedan diseñar y poner en marcha sus propias máquinas. Por otro lado, el uso de computadoras y tecnología en el aula debe dejar de ser un lujo para las escuelas y convertirse en una verdadera aliada que acompañe a los alumnos en sus clases y puedan aprender cómo sacarles el máximo provecho a sus equipos.
Enfrentar la brecha de género en las ciencias
De igual forma, uno de los retos más importantes que debemos hacerle frente es luchar con la brecha de género que actualmente existe en el mundo STEM. En este aspecto, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), solo 3 de cada 10 profesionistas de ese rubro son mujeres, principalmente porque existe la idea errónea de que estas carreras son únicamente para hombres. En este aspecto, debemos inspirar a las niñas a través de orientaciones vocacionales sobre cómo las mujeres han logrado increíbles cambios en el mundo de la ciencia e invitarlas a formar parte de él para que podamos revertir estas cifras y lograr una verdadera equidad.
Por último, debemos recordar que una de las áreas donde más requerimos de mentes jóvenes es el de la tecnología, sobre todo ante un panorama en el que la transformación digital se encuentra más acelerada que nunca en nuestro país. De hecho, de acuerdo con un informe de la firma global EY, 45% de las empresas mexicanas han aumentado su inversión en desarrollo tecnológico y se prevé que estas cifras continúen en ascenso a lo largo del 2023, por lo que el papel de los jóvenes para llevar a México a nuevos estándares de innovación será clave. El mundo de la ciencia es maravilloso y creo fuertemente en que, si seguimos apoyando la educación STEM en México, podremos llevar a nuestro país a los más altos niveles de innovación gracias al talento de nuestros jóvenes.