Cada vez más mujeres estudian una carrera universitaria, sin embargo, falta impulsar el interés en áreas STEM
Impulsar la participación de las mujeres en STEM es fundamental para construir un futuro más equitativo y sostenible.
Durante los últimos años ha habido un ligero incremento de mujeres trabajando en áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) lo que, de acuerdo con un estudio realizado por la UNESCO, representa un total de 29% a nivel mundial, un número aún muy bajo si pensamos en los esfuerzos que se han realizado para impulsar a las mujeres a estudiar una carrera tech.
A pesar de que las mujeres demuestran constantemente grandes resultados en todas las áreas y son clave para el crecimiento económico de las empresas, la brecha de género sigue siendo una realidad palpable que nos enfrenta a obstáculos significativos en el desarrollo profesional.
Muchas veces el tema está arraigado a estereotipos que se imponen desde la niñez y a falta de modelos a seguir.
¿Por qué faltan mujeres STEM?
La falta de jóvenes interesadas en áreas STEM deriva en un desbalance que no sólo afecta los avances en equidad de género sino que también agranda la brecha en el mundo laboral, limita la diversidad y el aporte de diferentes perspectivas y enfoques, elementos que se han demostrado, son cruciales para la innovación y el progreso. Según cifras del Boston Consulting Group (2017), los equipos con mayor diversidad reportan 19% mayor crecimiento, mientras que las empresas con menos diversidad registran 33% más de resultados negativos.
Un dato que resulta positivo es que en México, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló que el 52.66% de sus estudiantes a nivel licenciatura son mujeres mientras que el 47.34% son hombres, lo que da visibilidad del interés que las mujeres tienen en desarrollar una carrera profesional.
Sin embargo, falta impulsar y fomentar desde edades tempranas el interés en la ciencia y la tecnología, especialmente para las niñas.
Visibilidad para las científicas
Actualmente existen un sinfín de cursos, bootcamps y talleres que pueden despertar el interés de las niñas y jóvenes en estas áreas. No obstante, para lograr un cambio significativo y sostenible, es esencial que estos esfuerzos vayan acompañados de una transformación cultural y educativa más profunda, garantizando que tanto en las aulas como en los hogares se promueva un mensaje claro: las mujeres tienen tanto derecho y capacidad como los hombres para perseguir y sobresalir en cualquier campo profesional, incluidas las carreras STEM.
Además, es crucial que las mujeres en estos campos profesionales sean visibles y reconocidas, sirviendo de modelos a seguir e inspirando a las próximas generaciones. Solo entonces podremos esperar que más niñas, jóvenes y adultas busquen desarrollar habilidades STEM.
En definitiva, la equidad no es solo una cuestión de números, sino de cambiar percepciones y construir un entorno donde las mujeres participen, prosperen y lideren. La tarea es grande, pero el futuro que podemos construir, respetando y valorando la diversidad, es aún más prometedor.