La compañía se enfocará en la fabricación de las consolas más recientes, Xbox Series X y Series S.
Microsoft decidió descontinuar el modelo que se lanzó en el 2013, Xbox One. Técnicamente, dejaron de producirlos poco a poco en preparación para las nuevas consolas Xbox Series X y Series S. Para mediados de 2020 ya no se estaba fabricando ninguna consola del modelo anterior, pero había suficientes almacenadas en las tiendas.
En una entrevista con The Verge, la directora de marketing, Cindy Walker, explicó que tomaron la decisión para poder enfocar todos sus esfuerzos en los nuevos modelos. Ambos son buenas opciones. El Series S es la consola más económica con un disco duro SSD, un almacenamiento de 512 GB y una resolución máxima de 1440p. Por el otro lado, el Series X también tiene un disco duro SSD, pero de 1 TB y puede reproducir gráficos en 4K y hasta 120 cuadros por segundo.
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Una de las mayores competencias de Microsoft decidió tomar la ruta completamente opuesta en estos momentos de crisis. Sony, en lugar de enfocarse en vender sus modelos más recientes, decidió volver a fabricar el PS4. Esta decisión se tomó como consecuencia de la escasez de chips, ya que los que se utilizan en la producción del modelo pasado son más baratos y fáciles de conseguir.
Muchas compañías tecnológicas han tenido problemas para satisfacer la demanda de sus productos, sin embargo, parece que Microsoft no está teniendo ninguno, al menos con el Xbox Series S.
“De hecho, podemos construir más [chips] de la Serie S en el mismo espacio de matriz [de chips] que podemos construir con la Serie X. Esa es una razón clave por la que estamos viendo existencias constantes de Xbox Series S, junto con la decisión de Microsoft de descontinuar silenciosamente la Xbox One S a favor de sus consolas de próxima generación”, dijo Philip Spencer, el vicepresidente ejecutivo de Gaming en Microsoft.