Reprime esos inoportunos nervios que te acechan a la hora de tener un micrófono frente a ti y vuélvete un gran orador.
La mayoría de las personas que hablamos ante un público, frente a un micrófono o a una cámara, experimentamos desde cierto temorcillo hasta pánico escénico .
Jürg Studer en su libro Guía Práctica de la Oratoria , supone que lo que muchos autores llaman miedo escénico, es uno de los mayores temores del ser humano y suele manifestarse en palpitaciones, sonrojo, sudores fríos, garganta seca, agarrotamientos musculares o voz temblorosa.
De acuerdo con la educación que has recibido, tu carácter y circunstancia, los puedes ocultar o reprimir; incluso puedes prescindir de ellos, pero hay algo cierto: los nervios están ahí, acechando inoportunos en formas diversas.
¿De dónde es heredado o aprendido?
En los autores clásicos será muy difícil que encontremos párrafos que traten el asunto del miedo escénico, pero a medida que nos acercamos a nuestros días, hay libros enteros de oratoria, como Puedo verte desnudo , de Ron Hoff, o Cómo hablar en público sin miedo de Barberine D´ornano y María Besson.
El experto en oratoria Alfonso Ortega Carvajal, afirma:
“¿Por qué sentimos tanto miedo a hablar en público? ¿Qué es lo que tememos?
Hay mucho miedo, horror incluso, a la oralidad, a las candilejas. Y la mejor forma de perder el miedo es dejándolo pasar. Ese miedo es también miedo al ridículo: son prejuicios contra nosotros mismos los que nos impiden salir a hablar. Además, hay falta de costumbre: nadie quiere examinarse oralmente”.
En los últimos años, el auge de la programación neurolingüística, el desarrollo de la teoría de las inteligencias múltiples y un sinfín de investigaciones, han señalado que la tensión producida por hablar frente al público es por herencia y aprendizaje .
¿Cómo curarte?
Piensa que en los mapas de ruta te señalan algunos obstáculos. Cuando tengas que hablar, piensa que en ese mapa de ruta un obstáculo son los nervios, inevitables, entonces, ¿qué hacer?
Sigue el método ANORCOVEDEP:
1. Anticípate
Conoce o imagina el sitio donde te vas a presentar. Anticipa mentalmente las circunstancias. Si te van a llamar por teléfono, si tienes que llamar; si te pueden abordar, si tienes que responder preguntas.
2. Organízate
Si has decidido que tu conferencia o discurso, esté apoyado por material, ya sea en papel, en pantalla o audio, organízalo y corrobora que esté disponible, que se ajuste y funcione,
3. Concéntrate
La mente sólo en lo que pasa ahí, en aquello que tienes que decir. No te distraigas, no hagas caso de aquello que te provoca una sobrecarga de emociones.
4. Ventílate
Si estás tensa antes de que te toque, respira, respira y respira: más oxígeno en la sangre; más sangre corriendo a través de los músculos; músculos menos tensos; nervios más liberados.
5. Decídete
No es un asunto de valor, temeridad o timidez, sino de cuánto se quiere expresar para convencer y persuadir, decídelo.
6. Proyéctate
La proyección personal hoy se entiende también como automarketing. Promoverse a uno mismo sin necesariamente decir yo.
Aprovecha las oportunidades, no las nubles con el pretexto del “ponerse nervioso” o del “me impone la gente”. Proyecta tu personalidad y tus cualidades por medio de la expresión ordenada y fluida de tus pensamientos convertidos en palabras.