



La actriz estadounidense Sydney Sweeney, reconocida por su papel en la serie Euphoria, ha generado revuelo al colaborar con la marca Dr. Squatch para lanzar un jabón de edición limitada elaborado con agua de su propia bañera. El producto, denominado Sydney’s Bathwater Bliss, ha provocado una oleada de reacciones en redes sociales, desde entusiasmo hasta críticas por su naturaleza inusual.
Con solo 5,000 unidades disponibles a partir del 6 de junio, el jabón se agotó en segundos tras su lanzamiento, evidenciando el poder de convocatoria de la actriz y la efectividad de estrategias de marketing poco convencionales. Mientras algunos aplauden la originalidad de la campaña, otros cuestionan los límites del branding personal y la cosificación en la industria del entretenimiento.
En octubre de 2024, Sweeney protagonizó una campaña publicitaria para Dr. Squatch, donde aparecía en una bañera promoviendo jabones naturales. La respuesta del público fue inmediata, con numerosos comentarios solicitando su “agua de baño”. Ante esta demanda, la actriz y la marca decidieron capitalizar la atención y crear un producto que materializara la fantasía de los fans.
Sydney’s Bathwater Bliss es un jabón exfoliante de grano medio que combina ingredientes naturales como arena, extracto de corteza de pino y un toque del agua de baño utilizada por Sweeney durante la sesión fotográfica de la campaña anterior. El aroma del jabón evoca notas de pino, abeto Douglas y musgo terroso, buscando ofrecer una experiencia sensorial que remite a la naturaleza y al toque personal de la actriz.
La iniciativa ha polarizado a la audiencia. Mientras algunos usuarios expresaron entusiasmo por la originalidad del producto y su conexión directa con la actriz, otros manifestaron incomodidad, calificando la estrategia como una forma de cosificación y cuestionando los límites del marketing basado en la imagen personal. Comentarios como “¿Qué ha pasado con el feminismo?” y “Esto es algo que haría una chica de OnlyFans” reflejan la diversidad de opiniones generadas.
Ante la controversia, Sweeney ha adoptado una postura relajada y humorística. En declaraciones a medios durante el estreno de su película Echo Valley, la actriz afirmó que la idea del jabón fue suya y que le divierte observar las reacciones del público. “Cuando tus fans empiezan a pedir tu agua de baño, puedes ignorarlo o convertirlo en una barra de jabón”, comentó, destacando su intención de fomentar el uso de productos de cuidado personal naturales entre los hombres.
El jabón se puso a la venta el 6 de junio a través del sitio web de Dr. Squatch, con un precio de 8 dólares por unidad. Las 5,000 barras disponibles se agotaron en cuestión de segundos, y algunos compradores reportaron tiempos de espera de hasta 250 minutos para completar su compra. Poco después, unidades del producto comenzaron a aparecer en plataformas de reventa como eBay, alcanzando precios superiores a los 200 dólares.
La colaboración entre Sweeney y Dr. Squatch se enmarca en una tendencia creciente de celebridades que lanzan productos inusuales para generar atención mediática y conectar con audiencias específicas. La marca, especializada en productos de cuidado personal para hombres, busca diferenciarse en un mercado saturado mediante campañas provocadoras y asociaciones con figuras públicas que desafían las convencio.
El lanzamiento de Sydney’s Bathwater Bliss ha sido comparado con otras iniciativas de celebridades que han comercializado productos íntimos o provocativos, como las velas con aroma vaginal de Gwyneth Paltrow o el incienso de Erykah Badu. Estas estrategias, aunque controvertidas, han demostrado ser efectivas para generar conversación y posicionar marcas en la mente del consumidor.
El caso de Sweeney plantea preguntas sobre los límites del marketing basado en la imagen personal y la sexualización en la industria del entretenimiento. Mientras algunos defienden la autonomía de las celebridades para capitalizar su imagen, otros advierten sobre los riesgos de perpetuar estereotipos y dinámicas de poder problemáticas. El debate continúa abierto, reflejando las tensiones entre innovación comercial y responsabilidad social.