Se prevé que para el verano de 2025 alcancen su máximo punto las explosiones solares y la energía que irradian a la Tierra. ¿Starlink debería preocuparse por eso?
40 de los 49 satélites de SpaceX que se pusieron en órbita desde el pasado 3 de febrero de 2022 para ampliar la red de internet de Starlink, fueron destruidos por la radiación solar, lo que se espera que podría ser nocivo para la tecnología actual y futura, según informa The Newsweek. Es decir, aún las pequeñas tormentas solares podrían traer consecuencias graves para el ámbito astronáutico y económico.
Investigadores chinos y estadounidenses estudiaron este hecho y recogieron sus conclusiones en el artículo Revelando el clima espacial durante el evento de destrucción de satélites Starlink, publicado en la revista Space Weather el pasado 6 de agosto de 2022.
Según dicho estudio, la tormenta solar causó a SpaceX una pérdida económica de varias decenas de millones de dólares. Sin embargo, la pérdida de casi 40 satélites no es grande considerando que tienen otros 3 mil en órbita. Para otras empresas, la pérdida de un solo satélite podría representar una pérdida enorme.
“Debido a la existencia de la atmósfera superior de la Tierra, una gran cantidad de satélites y desechos espaciales que operan entre 100 y 600 km (62 a 373 millas) de altitud se ven significativamente afectados por el clima espacial a través de la resistencia atmosférica”, fue otra de las conclusiones de este estudio.
¿Cómo las tormentas solares destruyeron los satélites de SpaceX?
Una ola de partículas solares energéticas y radiación inundó el planeta debido a una explosión en la superficie del sol. Dichas erupciones solares se conocen como clima espacial y tienen efectos tanto en la atmósfera del planeta como en la tecnología, por ejemplo, la interrupción de la señal de radio, la interferencia de la red eléctrica y la alteración en las señales en las líneas de tren, lo que podría podría causar retrasos o incluso un accidente peligroso.
Cuando las partículas solares llegaron a la Tierra, calentaron la atmósfera, lo que elevó la densidad del aire a 130 millas de donde se enviaron los satélites de SpaceX. La idea era que los satélites usaran propulsores para elevar sus altitudes a las órbitas deseadas. El problema fue que no lograron hacerlo a tiempo, por lo que entre 38 y 40 satélites se hundieron cada vez más conforme avanzaban entre la atmósfera residual que se hizo cada vez más espesa, antes de que se quemaran a miles de millas por hora.
Según SpaceX, lanza deliberadamente los satélites a una altitud muy baja, para que se destruyan rápidamente en la atmósfera en caso de falla y no se conviertan en basura espacial flotante.