Hay un trastorno mental llamado trastorno dismórfico corporal que se caracteriza por la preocupación obsesiva por un defecto físico. Puede ser una imperfección mínima o incluso imaginaria. Sin embargo, la persona puede pasar horas tratando de corregirla. Hoy, principalmente, los millennials y la generación Z sufren, pero de dismorfia del dinero.
La dismorfia del dinero no es trastorno mental como la dismorfia corporal. Sin embargo, es un fenómeno que llama la atención porque afecta sobre todo a los millennials y la generación Z que piensan mucho en dinero para poder comprar lo que anuncian los influencers. Gastan todo lo que tienen en sus tenis preferidos, en un maquillaje caro o en lo que sea que quieran.
Las personas con dismorfia del dinero hasta se endeudan para tener en sus manos lo que está de moda: accesorios de lujo, ropa de diseñador o bebidas costosas por dar algunos ejemplos. Las víctimas son capaces de gastar todo lo que tienen con tal de comprar lo que ven en TikTok, Instagram o redes sociales, aunque se queden en ceros y sin ningún ahorro.
De acuerdo a un estudio realizado por Qualtrics, una plataforma de encuestas, el 43% de la generación Z y el 41% de los millennials en Estados Unidos padecen de dismorfia del dinero. Las personas con este mal sufren estrés, ansiedad, depresión o descontento porque no les alcanza para comprar lo que desean; y una vez que lo tienen les llega la culpa.
El estudio de Qualtrics señala que casi la mitad de los jóvenes encuestados: el 46% de los millennials y el 45% de la generación Z viven obsesionados con la idea de ser ricos.
El que ama el dinero, siempre quiere más; el que ama las riquezas, nunca cree tener bastante. Esto es vana ilusión, porque mientras más se tiene, más se gasta.
Proverbio del rey Salomón
La dismorfia del dinero es la percepción alterada de pensar que se tiene más dinero del que en realidad existe en tu cartera o en tu cuenta bancaria. El estar consumiendo contenido en redes sociales provoca realizar compras innecesarias que promocionan las marcas a través de influencers.
La “dismorfia del dinero” no es un término ampliamente reconocido o definido en la psicología o en la cultura financiera tradicional, como lo son otros conceptos relativos a las finanzas personales o las distorsiones cognitivas relacionadas con la percepción del cuerpo, tal como la dismorfia corporal.
Para combatir la dismorfia del dinero, la autora de la serie Broke Millenial, Erin Lowry, asegura que lo más importante es reconocer que algo está mal; y aceptar que la percepción que se tiene del dinero o las finanzas no es real. Además de esta autorreflexión y reconsideración de las cosas, será muy bueno buscar la ayuda de un profesional financiero.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el diagnóstico de un trastorno mental sucede cuando la persona tiene una alteración considerable del pensamiento, las emociones o el comportamiento. A los trastornos mentales también se le llaman problemas de salud mental. En el caso de la dismorfia del dinero se trata de una alteración en la percepción de las finanzas.
La realidad es que en el 85% de los mexicanos presentan estrés por su situación financiera, de acuerdo con el reporte de Bienestar Financiero 2023 por Invested. El problema es que no hay claridad de objetivos financieros. En el caso de los emprendedores: aumentar las ganancias, alcanzar o mantener la rentabilidad o disminuir los costos de producción.
Los objetivos financieros como ahorrar más, reducir los gastos, liquidar deudas, crear un fondo de emergencia o ahorrar para la jubilación; te mantendrán motivado para lograr lo que te has propuesto. Será difícil que te desvíes de tu meta porque ya tienes una lista de prioridades y no estarás dispuesto a derrochar tu dinero en vanalidades.
Si tienes ingresos estables puedes comprar un carro, un terreno o una vivienda; o remodelar tu casa o departamento. Viajar, estudiar, hacer donaciones a tu organización humanitaria favorita, iniciar o crecer tu negocio. Casarte, planear tener hijos. La recomendación es clasificar cada meta a corto, mediano y largo plazo; y fijar una fecha.
