



¿Cómo tner una buena mentalidad de abundancia? En el mundo de las finanzas personales y empresariales, y ligándolas en este artículo con el desarrollo personal y todo lo que desees construir, desde un emprendimiento hasta tomar un curso, comprar nueva tecnología y acceder a un nuevo nivel de vida, es fundamental entender la diferencia entre términos que a menudo se confunden: precio y valor, caro y costoso, gasto e inversión.
Estas diferencias no son meramente semánticas; encierran filosofías y enfoques distintos sobre cómo gestionamos nuestros recursos.
A su vez, están cargadas de significado emocional subconsciente, apartado de la mente donde se generan los sentimientos que luego, con la mente consciente, ejecutaremos en la realidad con acciones y decisiones.
Además, como el lenguaje interno y externo que utilizamos determina la realidad en la que vivimos, es muy probable que, si no aplicas estas terminologías apropiadamente, puedas estar restringiendo en gran medida tu potencial de éxito y logros.
Para que puedas enfocarte en cómo expandir tu mentalidad a partir de un desarrollo de consciencia más elevado en lo relativo a la abundancia en cualquier aspecto de tu vida, incluyendo el dinero, aquí van estas distinciones:
Empecemos con algo tan cotidiano como la diferencia entre Precio y Valor de cualquier cosa.
Visto de otra manera: el precio es lo que pagas, el valor es lo que recibes como beneficio de eso que pagas. Mientras el precio es cuantitativo (una cifra concreta, es el “cuanto” has pagado), el valor es cualitativo (una experiencia, un resultado, una utilidad: es el “cómo” le das significado a eso que has pagado).
Un ejemplo práctico: Un curso de liderazgo puede tener un precio de $499, aunque el valor percibido y recibido por un profesional que logra un ascenso gracias a las habilidades adquiridas en ese curso es significativamente mayor.
Otro clásico de las percepciones mentales distorsionadas, y que puede disminuir tu potencial de abundancia, es la diferencia entre caro y costoso.
Presta atención, porque es sutil, aunque muy importante:
Un aspecto que puedo añadir en costoso es que proviene del “costo”, que “cuesta”; es decir, que hay que hacer un esfuerzo muy grande para conseguirlo: “Me cuesta mucho”, podrías decir. De allí que la mayoría de la gente sin demasiados recursos, si bien suele aspirar a lo costoso, le huye al mismo tiempo, y ni siquiera pueden plantearse visualizar el valor que podría encerrar proyectado para el futuro.
Veamos este ejemplo: Un reloj de lujo, de esas grandes marcas emblemáticas que todos conocemos, puede ser costoso por su precio elevado en el mercado, y no necesariamente caro para alguien con la capacidad financiera para adquirirlo sin dificultad.
Finalmente, la diferencia entre gasto e inversión es crucial en la gestión financiera y el enfoque de mentalidad de abundancia.
Nuevamente, observemos esta idea como referencia: Comprar ropa para uso diario es un gasto, aunque debas hacerlo; mientras que invertir tus ahorros para multiplicarlos, o un curso de formación profesional que mejorará tu perfil profesional, se convierten en una inversión cuyos resultados los verás en elfuturo.
Como has visto, la comprensión de las diferencias entre precio y valor, caro y costoso, y gasto e inversión son mucho más que una pura lección de semántica financiera.
El precio es un número, pero el valor es una experiencia; lo costoso puede ser relativo, pero lo caro es una percepción; y donde algunos ven un gasto, otros pueden ver una oportunidad de inversión. La clave está en desarrollar la habilidad para evaluar estas diferencias en el contexto de nuestras propias vidas y metas.
En resumen, la mentalidad de abundancia se refiere a la creencia de que hay suficientes recursos y éxitos para compartir con los demás. Es una forma de pensar que contrasta con la mentalidad de escasez, la cual se enfoca en la limitación,
Te invito a reflexionar sobre tus últimas decisiones: ¿Estás gastando o invirtiendo? ¿Estás pagando un precio justo por el valor que recibes? ¿Estás comprando porque es costoso, o porque realmente vale y puedes hacerlo? Estas preguntas pueden ser el principio de un camino hacia una gestión financiera más sabia y un futuro más próspero.