



La Ciudad de México enfrenta lluvias torrenciales sin precedentes en agosto de 2025, poniendo en riesgo a miles de pequeños negocios. ¿Cómo proteger el local de tu empresa ante estas inundaciones repentinas? En esta guía explicativa encontrarás recomendaciones técnicas específicas y medidas preventivas generales enfocadas en Mipymes y Pymes, para minimizar daños, mantener la continuidad operativa y salvaguardar tu patrimonio como emprendedor.
Las precipitaciones de este verano han sido extraordinarias. Tan solo el 10 de agosto una “bomba de agua” rompió récord histórico de lluvia en la CDMX, activando la Alerta Púrpura (nivel máximo de riesgo) y provocando más de cien inundaciones, cierre del aeropuerto capitalino y acumulación de 84 mm de agua en el Zócalo.
Autoridades locales advierten que lo peor de la temporada aún está por venir en agosto y septiembre, por lo que instan a extremar precauciones. El pequeño comercio es el principal afectado por estas lluvias atípicas: más del 80% de los negocios en México son vulnerables a un desastre natural y pocas empresas cuentan con seguros contra inundaciones. De hecho, solo 17% de las Pymes en México tiene algún tipo de cobertura de protección frente a siniestros, a pesar de que fenómenos hidrometeorológicos (huracanes, lluvias, inundaciones) representan el 42% de los daños asegurados en el país.
Para saber más: Cómo proteger tu local de la lluvia, tormentas, vientos y otros desastres naturales
A continuación, detallamos cómo las Mipymes pueden proteger sus locales durante estas lluvias torrenciales, desde la preparación física del inmueble hasta planes de contingencia y soluciones financieras.
La primera línea de defensa de tu negocio ante lluvias intensas es un buen mantenimiento del inmueble. Antes y durante la temporada de lluvias conviene realizar una revisión a fondo del techo, azoteas, canalones y coladeras. Un techo en mal estado puede derivar en goteras e inundaciones interiores; por ello se recomienda inspeccionarlo y reparar filtraciones o grietas a tiempo.
Impermeabiliza el techo periódicamente (al menos dos a tres veces por año) para garantizar que resista las lluvias más fuerte. Asimismo, limpia desagües, canaletas y coladeras de hojas, basura y escombros; mantener despejadas las vías de drenaje evita que el agua se estanque.
Estas acciones de mantenimiento preventivo “blindan” tu local contra las tormentas y pueden marcar la diferencia para no sufrir daños estructurales. Recuerda que actuar a tiempo es clave: mientras más preparado esté tu negocio, menos probabilidad de interrupciones aun cuando las precipitaciones arrecien.
Además del mantenimiento, considera implementar mejoras físicas que reduzcan la entrada de agua al local. Si tu negocio se ubica en zona propensa a encharcamientos, evalúa el riesgo de inundación consultando mapas de riesgo o informes de protección civil locales.
Con base en ello, instala barreras contra agua en puntos vulnerables: por ejemplo, coloca bordes o protecciones en puertas y bajopuentes y ten a la mano costales de arena para apilarlos en accesos durante lluvias extremas (una técnica básica pero efectiva para desviar el agua). También puedes invertir en soluciones más permanentes: muros de contención, compuertas impermeables en entradas, diques portátiles o bordos en zonas de carga.
Otra medida esencial es elevar los sistemas eléctricos y equipos críticos por encima del posible nivel de inundación. Ubica contactos, enchufes, enchufes múltiples, reguladores y switches eléctricos a suficiente altura del piso, o protéjalos con cajas herméticas, para evitar cortocircuitos si el agua entra. En comercios a pie de calle, considera instalar válvulas anti-retorno en drenajes y alcantarillado para que el agua de la red no refluya hacia tu local.
Por último, verifica que el desagüe del techo o azotea esté funcional y, de ser posible, ten preparada una bomba de agua (de achique) para extraer rápidamente acumulaciones en sótanos o cisternas.
Estas defensas físicas, implementadas con anticipación, reducen significativamente la penetración de agua y mantienen tu patrimonio a salvo.
Descubre más: Seguros ante inundaciones en CDMX: lo que necesitas saber esta temporada de lluvias
Los daños materiales por lluvias no solo vienen del agua en sí, sino también de fluctuaciones eléctricas y humedad. Para proteger tus equipos electrónicos (computadoras, cajas registradoras, servidores, impresoras, etc.), utiliza regletas con protección contra picos de voltaje y supresores de sobretensión.
Las tormentas pueden provocar apagones o variaciones en la corriente; desconecta equipos no esenciales durante la tormenta y respalda los esenciales con No-Breaks o UPS. Resguarda la información crítica del negocio: realiza backups frecuentes de datos contables, registros de clientes, inventarios, etc., en la nube o dispositivos almacenados en otro sitio seguro. Para los documentos físicos importantes (títulos de propiedad, facturas, pólizas), utiliza archiveros o contenedores impermeables y en niveles altos, lejos del piso.
Si tu local es una tienda con mercancía, reorganiza tu inventario en temporada de lluvias: coloca los productos más valiosos en repisas elevadas o alejadas de puertas y ventanas para que no se mojen.Incluso cubre con lonas plásticas aquellos bienes sensibles a la humedad. Otra recomendación es desconectar la energía eléctrica cuando haya riesgo inminente de inundación en tu zona –priorizando siempre la seguridad personal– para evitar cortos o daños mayores. Anticipar y proteger tus activos tecnológicos y documentales minimizará pérdidas si el agua llega a entrar, facilitando una recuperación más rápida.
Contar con un plan de contingencia es vital para que tu negocio siga en pie aun cuando las lluvias dificulten las operaciones normales. Define por escrito un Plan de Emergencia para Inundaciones, socialízalo con tu equipo de colaboradores y asígnales roles y responsabilidades claras en caso de desastre. Por ejemplo, determina quién coordinará el cierre seguro de instalaciones, quién estará a cargo de contactar proveedores clave y cómo se evacuaría el local si fuera necesario.
Ten siempre a la mano una lista de números de emergencia (Protección Civil, bomberos, compañía de electricidad, etc.) y los contactos de tu personal, proveedores y clientes importantes. Es muy útil establecer canales de comunicación rápidos: grupos de WhatsApp Business, cadenas telefónicas o correos masivos para informar en tiempo real sobre afectaciones o cambios de horario.
Mantén informados a tus clientes a través de redes sociales o anuncios en tu local si alguna tormenta obliga a cerrar temporalmente o retrasar entregas. La comunicación oportuna genera empatía y confianza –los clientes entenderán la situación si se les avisa a tiempo. Adicionalmente, monitoriza constantemente los avisos meteorológicos y alertas oficiales; establece un sistema interno para recibir alertas tempranas (por ejemplo, seguir cuentas de Conagua, Protección Civil o utilizar aplicaciones del clima).
Si se pronostica una tormenta fuerte en tu zona, activa con anticipación tu protocolo: aseguren el mobiliario, desconecten equipos, resguarden existencias, y si la actividad de tu negocio lo permite, considera opciones como el trabajo remoto o ajustes de horarios para salvaguardar a tu personal. Un plan bien diseñado y probado regularmente (con simulacros y actualizaciones periódicas) te permitirá reaccionar ordenadamente frente a emergencias y retomar operaciones lo antes posible.
Aun con todas las medidas preventivas físicas y operativas, ningún negocio está 100% libre de riesgos ante un fenómeno natural. Por ello, contratar un seguro empresarial puede ser la diferencia entre una recuperación rápida o el cierre definitivo de tu Pyme tras una inundación.
Lamentablemente, la cultura de aseguramiento en México es baja –muchos dueños ven el seguro como un gasto y no como una inversión necesaria–, pero las cifras demuestran su importancia. Existen pólizas específicas para Mipymes que cubren daños por lluvias torrenciales, inundaciones, huracanes y otros fenómenos hidrometeorológicos, además de proteger contra incendios, robos u otros siniestros.
Al contratar un seguro Pyme, revisa que incluya cobertura para daños a inmuebles, mercancías, mobiliario y equipo de tu negocio, así como una cláusula de interrupción de negocio si es posible (que te apoye en caso de tener que suspender operaciones). También verifica los deducibles, coaseguros y exclusiones aplicables –entiende bien qué situaciones sí estarán cubiertas.
Según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), en México hay cerca de 14 millones de Pymes pero solo 17% cuentan con un respaldo asegurador. No esperes a ser parte de la estadística de negocios sin protección: un seguro contra inundaciones puede costar una fracción comparado con las pérdidas potenciales de un desastre. Recuerda que proteger tu negocio no es un gasto, sino una inversión en su continuidad. En palabras de expertos, las lluvias son inevitables pero sus consecuencias no tienen por qué ser catastróficas si estás preparado.