



La contratación de personal puede ser una de las tareas más complicadas tanto para los trabajadores como para los empleadores: la demanda de talento, dependiendo de la industria, muchas veces no hace “match” con la oferta existente. A esto se le suma la compatibilidad que exista entre la cultura organizacional de la empresa y los valores del trabajador, sus objetivos y en general las expectativas que se tienen al buscar un empleo. Y esto se descubre en buena parte en la entrevista de trabajo.
En diferentes ocasiones me han preguntado en qué se fijan los reclutadores a la hora de evaluar perfiles profesionales para cubrir diferentes puestos clave. Es claro que no existe un perfil universal “ganador” que vaya a triunfar en cada entrevista y que aplique para todos los puestos, pero existe una serie de pequeños detalles que hablan mucho del perfil de una persona y, por tanto, marcan una gran diferencia a la hora de ser seleccionado o no para un puesto de trabajo.
Para pasar a la instancia de entrevistas, primero deberás lograr llamar la atención con tu CV. Para ello, lo principal es cuidar al máximo la redacción y la presentación del mismo.
Muchos currículums no contienen la información necesaria y relevante para el puesto para el que se postulan, tienen una mala confección, fechas incongruentes y faltas de ortografía. Puede parecer obvio, pero decenas de aspirantes omiten estas bases sencillas, así que no está de más recordarte de cumplir con lo antes mencionado.
En una entrevista de trabajo no importa sólo lo que decimos, sino también cómo lo decimos. El grado de interés al responder, la manera de reaccionar a una pregunta compleja, el saber escuchar al otro y el lenguaje no verbal, son factores elementales.
Por esto, comparto algunos de consejos para que los tengas en cuenta en tu próxima entrevista:
Es importante demostrar que eres la persona indicada para el puesto y para la compañía. Tanto en habilidades duras como blandas, perfil de la compañía y que exista un interés verdadero de tu parte para sumar a la empresa.
Recuerda siempre escuchar con atención a los reclutadores y transmitir con el cuerpo lo que se dice con palabras. Cuida tu postura y tu atención todo el tiempo para causar la mejor impresión en tus entrevistadores.
Elige bien tus palabras. Si te piden mencionar aspectos negativos de tu personalidad o experiencia, habla de manera positiva y propositiva de ellos. Sé humilde al hablar de tus capacidades y habilidades laborales; recuerda que es muy importante no hablar mal de antiguos empleadores.
Es fundamental tener muy presente la filosofía, la misión y los valores de la empresa. Buscar información sobre la institución antes de la entrevista es una práctica muy recomendada que te permitirá no sólo resultar más atractivo para el puesto, sino conocer a priori el perfil de la compañía y saber si encajas en él antes de cualquier contacto.
Transmitir ilusión por los proyectos en los que se participa siempre está muy bien visto. Muéstrate como una persona predispuesta y con ganas de participar para alcanzar objetivos en conjunto con el equipo.
Demuestra que eres una persona que toma la iniciativa, que emprende acciones y asume la responsabilidad de no dejar que el entorno influya de manera negativa. La autogestión de la carga de trabajo es una de las habilidades más buscadas y atractivas para puestos de alto rendimiento.
Mostrar cercanía y comprensión con el resto de compañeros de trabajo ayuda a crear un clima laboral muy favorable y ameno, sin dudas es una característica más que valorada. Los trabajadores en equipo suelen llegar más lejos en su conjunto e impulsan al resto de sus compañeros a mantener el ritmo.
Para los reclutadores estas instancias son esenciales para evaluar tanto tus capacidades técnicas como tus habilidades blandas. Para ti, es la oportunidad para demostrar tu potencial y convencer al entrevistador de que eres una persona que le aportará valor a su equipo.
Por último, no olvides nunca bajar los brazos. Un “no”, no necesariamente significa que no eres un buen profesional, a veces sólo es cuestión de encontrar la compañía y el puesto indicado. Mantén los ojos abiertos para detectar las oportunidades adecuadas a tu perfil.