Es fácil que un emprendedor se deje llevar por el agobio en un proyecto que estaba lleno de pasión y alegría.
Ser feliz es la aspiración de todos. Sin embargo, este ideal puede verse obstaculizado por diferentes motivos. En el caso de los emprendedores, aspectos como el nivel de ventas, cambios en el mercado o hasta un cliente difícil pueden llevarlo de la felicidad a la frustración en menos de un segundo.
Los problemas que enfrentan los emprendedores son enormes: deben sobresalir en un mundo de alta competitividad, tienen que librar los problemas cotidianos de la administración de una empresa, muchas veces necesitan sortear crisis que no habían contemplado, además de un larguísimo etcétera que podemos agregar.
“Si juntamos todos esos factores que dificultan el emprendimiento, no es de sorprender que sólo el 10% de los emprendedores sean felices. La realidad es que para la mayoría, emprender termina siendo casi que un calvario”, explica José Sevilla, director de innovación de Happpy.
Las curvas de aprendizaje de un negocio pueden ser complejas y, por ello, es fácil que un emprendedor se deje llevar por dinámicas de agobio y agotamiento en un proyecto que muy probablemente, en un inicio, estaba lleno de pasión, ilusión y alegría. Tomando lo anterior en consideración, vale la pena preguntar por qué la mayoría de los emprendedores no son felices. Y qué pueden hacer para revertir esa situación.
Un producto innovador no es suficiente
Todo proyecto empresarial comienza con una idea. Pero ese producto o servicio debe probarse en el mercado y estar sostenido por una gestión empresarial adecuada para llegar a buen puerto. Cuando el anterior no es el caso, la frustración puede hacerse presente entre los emprendedores.
“El término que usamos es Happpiness, pues habla de la felicidad (happy) en conjunto con la operación de un negocio (business). Eso se traduce en hacer lo que quieras, cuando quieras, con quieras, mientras ganas todo lo que quieras. Implica ser chingón sin chingarse a los demás y dejar huella sin pisar a nadie. Entender que la compañía que un emprendedor creó tiene el potencial de ser un espacio para el desarrollo de una persona, con una fuerte concentración en la alegría que eso causa”, apunta Sevilla.
Para llevar un negocio a punto de disfrute y felicidad para el emprendedor, es necesario que el producto ofrecido esté bien acompañado por habilidades y conocimientos fundamentales para sobresalir en un mercado: las ventas, la negociación, la captación de clientes leales, así como construir una narrativa alrededor de la marca que impacte y entusiasme a consumidores.
Las claves para tener emprenddores felices
De acuerdo con el director de innovación de Happpy, para que un emprendedor sea feliz en el largo plazo se deben conjuntar cuatro elementos principales:
- Una pasión desmedida por lo que se hace y que, por lo mismo, le otorgue sentido y significado a su vida más allá del dinero que puede obtener.
- Construir una comunidad sólida de buylivers, gente que esté encantada y enamorada con su empresa.
- Buscar que su producto solucione un problema por completo, si no, constantemente estará preocupado por perder clientes o ventas.
- Un negocio que deje utilidades suficientes para crecer y reinvertir.
Para que un negocio pase de ser un tormento y se convierta en una fuente de felicidad es fundamental que los emprendedores articulen marcos de estabilidad y fortaleza para su negocio. Un primer paso puede ser combinar pasión, interés genuino por los clientes, ofrecer algo que contribuya a su comunidad y buscar rentabilidad holgada.