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26-09-2022, 3:12:51 PM

¿Me quedo o me voy? 4 razones para estar en un trabajo

Si estás pensando en renunciar, debes considerar las siguientes razones para quedarte en tu trabajo. Si no las encuentras, es hora de volar.

© Depositphotps.com

Felipe es un tipo alegre y muy movido. Me buscó por la tarde para preguntarme si debía o no tomar una oportunidad de trabajo que le estaban ofreciendo. “No sé si es mi trabajo ideal”, me dijo, “pero no sé qué hacer”.

Si situación es similar a la de Aurora, una mujer casada y con hijos que, aunque se encuentra feliz y agradecida con su trabajo, no sabe si debe buscar otro espacio o perseguir nuevas oportunidades. Al final, cada mes decide que, por ahora, mejor no moverle.

Entre tanto, otros varios millones de personas se encuentran en un trabajo que no les encanta, que no les alcanza y que deben aguantar “porque no hay de otra”. Su síntoma principal: odian los lunes y la vida se les va en escaparse cuando pueden.

4 preguntas para saber si debes estar en un trabajo

Tanto si eres empleado o como si eres emprendedor, hay 4 preguntas que resolverán tus dudas. Señoras y señores: con ustedes, las cuatro razones para aceptar (o continuar) con un trabajo:

Así que es momento de hacerte estas preguntas.

1. ¿Me está pagando muy bien?

Quien te diga que el dinero “no importa”, quizás se encuentre engañado. El dinero no es, en efecto LO MÁS importante, pero sí importa, y mucho. Tu proyecto de vida requiere de finanzas sanas, y no es malo, ni inmoral, ni cínico ni absurdo buscar un espacio que te permita cubrir las necesidades de tu familia y, además, ahorrar para invertir y sentar las bases de un negocio o un patrimonio.

Cambiar de trabajo o buscar oportunidades no es una falta de lealtad, ni una traición a la empresa en donde trabajas. Las buenas empresas permiten crecer a sus empleados dentro de la organización, y les abren las puertas -sin resentimientos- cuando encuentran un ecosistema en donde puedan desarrollarse. Si tu empresa ve tu crecimiento como traición… es mejor ir buscando otra.

Si estás contento con tu trabajo, pero simplemente no alcanza, busca alternativas o negocios laterales que puedan convertirse en proyectos principales. Si tu trabajo te hace feliz y te paga bien, entonces has encontrado un tesoro: cuídalo, respétalo, da el 100% y agradece una oportunidad que muy pocas personas logran atrapar.

Ahora, mucha atención aquí: el tomar un trabajo solamente por el dinero entraña un problema que tarde o temprano se manifestará: el del aburrimiento y el hartazgo. Dan Ariely en su libro Payoff, explica cómo, en contra de lo que pudiéramos pensar, el dinero es un pobre motivador de largo plazo. Las personas necesitamos propósito, sentido e ilusión para trabajar duro y con alegría.

La elección por dinero, por tanto, siempre debe tener un horizonte temporal: no es una apuesta real para un proyecto de vida sano. Toma nota de las siguientes preguntas, por ejemplo:

2. ¿Voy a aprender mucho?

Dependiendo del momento en que te encuentres en tu vida, el aprendizaje debe ser uno de los principales motores en cualquier elección profesional. Un año de trabajo en un negocio que te interesa (por ejemplo, lavando platos en un restaurante o sacando copias en un despacho) puede resultar mucho más útil que tomar más cursos o especializaciones.

Harv Ecker, por ejemplo, en su libro La mente millonaria, narra cómo, antes de lanzar el emporio de centros de fitness que eventualmente lo hizo millonario, solicitó trabajo con un sueldo mínimo en una cadena de gimnasios. Allí pudo ver cómo funcionaba el negocio, los clientes y sus necesidades; rutinas de trabajo y la importancia del servicio. Cuando finalmente inició su empresa, contaba con un capital mental que valía millones.

Hemos hablado antes de la importancia de ser estratégico y de trabajar, incluso, gratis, cuando realmente hay algo más valioso en la mesa. El aprendizaje es uno de los capitales más rentables del universo profesional y no puedes, ni debes, menospreciarlo. Eso sí: cuando sientas que ya no estás aprendiendo, sigue avanzando.

3. ¿Me acerca a donde quiero estar?

Es imposible llegar a algún lugar si no sabes a dónde quieres ir. En la definición de tu proyecto de vida, esta es una de las preguntas más centrales. La mayoría de las personas no sabe a dónde quiere ir; simplemente está reaccionando o tomando la opción más cercana o apetecible.

Siempre digo que es como querer llegar a China sin mapa, y buscando sólo la gasolinera más cercana. Es peor que un mal plan: es la ausencia total de un plan.

Así que pregúntate: ¿en dónde quiero estar en 10, 20, 30 años? ¿Cuál es mi sueño profundo, lo que me mueve? ¿Cómo me imagino a mis 65? ¿Qué voy a estar haciendo? ¿Con quién? ¿En dónde?

Admito que la vida tiene sorpresas y que es importante la flexibilidad y la apertura. Esto no es lo mismo que caminar sin rumbo ni sentido. No es lo mismo ser versátil que estar perdido.

Digamos, por ejemplo, que el sueño de Felipe es dedicarse a reparar autos clásicos, tener una familia y vivir en Argentina. Esa isla imaginaria se llama A DÓNDE QUIERO IR. Entre tanto, hoy mismo Felipe trabaja en una fábrica de pelotas, en México y está soltero. Va derechito a la isla que se llama A DÓNDE VOY.

  • A la isla A DÓNDE VOY se llega por inercia.
  • A la isla A DÓNDE QUIERO IR se llega por proyecto.

¿Qué puedes hacer? Entre estas dos islas, la distancia es mucha, pero el esfuerzo para cambiar de rumbo no es mucho.

HOY sólo tienes que girar tu timón unos pocos grados. Apenas será notable: una llamada, una reunión, un curso. Algo. HOY no tienes que quemar velas. HOY no tienes que saltar al vacío. HOY no tienes que destruir nada. Sólo un pequeño paso, un pequeño cambio. No cuesta mucho. Y cambia todo.

Lo más difícil (y lo más importante) es decidir a dónde quieres ir. Eso se llama proyecto de vida, eso se llama libertad; y es uno de tus parámetros más importantes al decidir.

En el caso de Felipe, cualquier trabajo o proyecto que lo ayude a girar su timón hacia esa isla será un paso adelante, aunque la ganancia inmediata sea menor o invisible. Quizás puede aceptar un trabajo en Argentina (aunque no sea de autos), o dedicar seriamente tiempo a buscar una familia; o buscar un trabajo que tenga que ver con autos (aunque sea en México).

Los trabajos que nos colocan, acercan o posicionan con respecto del lugar al que queremos llegar son excelentes trabajos.

Los trabajos que nos conectan con la industria o con personas claves para nuestro futuro son buenas opciones. ¡No trates de correr antes de caminar! Las personas que quieren recoger frutos antes que sembrar semillas, pronto se encuentran sin frutos y sin semillas.

4. ¿Es una necesidad temporal?

Escucha bien: no existe indignidad en trabajar duro para sacar adelante a tu familia, a tus hijos, o para salir de una situación compleja.

  • Si necesitas trabajar por las noches para pagar una deuda que te agobia: hazlo.
  • Si necesitas trabajar los sábados para comprar la medicina de tu madre: hazlo.
  • Si no encuentras trabajo más que en una pizzería, o pintando paredes, o barriendo la calle: hazlo.

Hazlo, y hazlo con orgullo. No te quedes sentado, esperando “el trabajo ideal”, si no muévete: el movimiento tiene propiedades mágicas que activan tu creatividad y las conexiones inesperadas.

Las personas que triunfan son aquellas que hacen incluso el trabajo más sencillo con excelencia, con alegría y agradeciendo lo que hay (en vez de llorar por lo que no hay). Para las personas que trabajan duro y aprenden constantemente, las puertas del futuro están abiertas.

No significa esto que tengas que quedarte siempre allí: un trabajo necesario y temporal te dará la tranquilidad y la paz para despertar tu cerebro y abrir los ojos a mejores y más grandes oportunidades. Los que se creen “demasiado buenos” para voltear hamburguesas, limpiar autos o recoger basura nunca entenderán la dignidad intrínseca del trabajo y el valor del esfuerzo.


¡Adelante! Sueña en grande y comienza a caminar. Trabaja duro y, en el camino, no te olvides de ayudar a los demás.

Carrera renuncia
autor Dircom en Universidad Panamericana Aguascalientes. Oratoria, comunicación estratégica, storytelling. Creador de @Dibujomentarios. Socio en DiezLetras Comunicación. Autor de la saga de El Delegado Francés y algunos otros títulos, como Todos Hablan, Pocos Conectan y Como Pez en el Agua. Abogado y Doctorando en Comunicación. Sigue su podcast "Todos Hablan, Pocos Conectan" en Spotify y consigue sus libros en Amazon.