Casi todo el mundo sueña con renunciar al trabajo para buscar un nuevo puesto que haga crecer su sueldo en otra compañía o para empezar una startup que los haga ganar muchísimo dinero, o incluso para retirarse jóvenes y tener tiempo para viajar.
Pero si tu fantasía es proclamar de manera triunfante “¡Renuncié!” En la próxima reunión con tus amigos, debes tener una estrategia de salida. Para planear la mejor ruta hacia un nuevo inicio, considera estos factores para asegurarte de que estás listo para renunciar a tu trabajo.
1. Tienes un plan posterior a tu renuncia
Es fácil decir que quieres renunciar a tu trabajo, pero, a menos que tengas un fideicomiso o tus papás estén dispuestos a seguirte manteniendo, es básico que tengas algún tipo de plan para cuando renuncies.
Si quieres ser tu propio jefe, eso implica que necesitas tener un plan de negocios formal. Si quieres irte de viaje, tiene lógica que tengas un itinerario en mente. Y si quieres tomarte un tiempo para disfrutar a tus hijos, entonces tal vez quieras tener un trabajo como freelance para mantener tus habilidades a tono y tu CV listo para cuando quieras volver a la fuerza laboral. No importa cuál sea tu sueño, necesitas pensar un poco en las cuestiones financieras antes de hacer realidad tu sueño de renunciar.
2. Entiendes la letra pequeña en tu contrato laboral
Revisa tu contrato actual, ¿cuáles son las condiciones para tu renuncia? ¿Necesitas avisar con cierto tiempo de anticipación? ¿Se detallan temas de seguridad que necesites tener en mente? ¿Tu contrato incluye alguna cláusula de competencia que pueda evitar que te muevas o otra empresa o que te prohiba iniciar tu propio negocio en la misma industria?
Aunque esos acuerdos de competencia antes se limitaban a contractos ejecutivos, según el New York Times un gran número de reclutadores los están haciendo válidos para equilibrar la escala de salarios. Violar uno de estos acuerdos puede llevarte a enfrentar una demanda, así que bien vale la pena leer las letras pequeñas de tu contrato antes de renunciar.
3. Tienes preparada tu renuncia y tu CV
Aunque tengas muchísimas ganas de gritar “¡Renuncio!” y de salir de ahí lo más rápido posible, la mejor forma de irte es haciéndolo en buenos términos. Hay contratos laborales que no te exigen un aviso previo a tu partida, pero la recomendación profesional es que siempre le avises a tu jefe por lo menos con dos semanas de anticipación y que tengas una carta de renuncia por escrito.
Dependiendo de las circunstancias, tu jefe puede pedirte que te quedes un poco más de tiempo o todo lo contrario, pedirte que recojas tus cosas y te vayas a casa. En caso de que te pidan que te vayas ese mismo día, tiene mucho sentido tener un CV listo antes de que todo se precipite. Incluso si estás planeando viajar o tomarte un descanso por cualquier razón, no hace daño tener una versión actualizada de tu CV, confeccionada para resaltar talentos específicos o experiencia en alguna rama.
4. Conoces los detalles de tu último sueldo
Otro factor que pudiera dictar cómo debes renunciar son las leyes concernientes a tu último cheque. En Estados Unidos, algunos estados exigen que las empresas te den una compensación sobre tu próximo sueldo. Otros están de acuerdo con suspender los pagos el día que te vas. En México tienes derecho a tu sueldo hasta el último día que trabajas más la prima vacacional y lo correspondiente a tu aguinaldo por el periodo trabajado, así como a las utilidades (en caso de haberlas en tu empresa).
Investiga cuánto dinero vas a cobrar en ese último cheque.
5. Has ahorrado dinero para aventuras a futuro
Para la gente que tiene aspiraciones empresariales es muy importante conocer los costos de una startup y tener suficiente dinero ahorrado para cubrirlos antes de renunciar a tu trabajo.
Según el último reporte de Global Entrepreneurship Monitor, en Estados Unidos, los fundadores necesitan un promedio de $175 mil dólares para lanzar un negocio, y tienen que poner hasta 57 por ciento de ese capital ellos mismos. Pero los costos de las startups pueden variar considerablemente dependiendo de varios factores, entre ellos la ubicación y la industria. Por ejemplo, poner una tienda de materiales de construcción o un restaurante suele requerir de una inversión inicial mayor que operar un negocio desde casa.
6. Puedes viajar
De manera similar, si vas a renunciar a tu trabajo para irte de viaje, esto implicará cierta planificación financiera, incluso si piensas irte de mochilazo. Hay muchos recursos y herramientas digitales que pueden ayudarte a organizar tu presupuesto. Por ejemplo, si no vas estar atado a un horario de trabajo semanal puedes visitar los lugares más turísticos entre semana y viajar en temporada baja para ahorrar mucho dinero.
7. Tu deuda es manejable
Deberle al banco o a cualquier otra entidad nunca es buena idea, pero menos si vas a renunciar a tu trabajo. Si tienes una deuda grande date el tiempo de analizar tus gastos y tus ingresos antes de renunciar. ¿Hay algún gasto innecesario que puedas cortar para ayudarte a reducir tu deuda? ¿Hay forma de ganar más dinero para pagar tus deudas más rápido?
Por ejemplo, si quieres ser un emprendedor debes poder hacer un espacio en tu casa libre de tiradero para poner tu oficina mientras empiezas a vender cosas usadas en eBay o Craigslist. O puedes empezar a dedicarle tiempo a tu empresa después de tu trabajo regular para empezar a construir una base de clientes y ganar algo de dinero extra para pagar las deudas antes de renunciar. Si tu sueño es dejar tu trabajo y viajar durante largos periodos de tiempo, considera rentar tu casa o departamento en servicios como Airbnb.
8. Tienes resueltos tus problemas con el buró de crédito
Mientras vas pagando tus deudas date el tiempo de revisar tu estatus en el buró de crédito y has lo que sea posible para mejorar tu situación. En Mé
xico puedes solicitar una copia de tu cuenta en el buró de crédito de manera gratuita, una vez al año. Revísala y asegúrate de que todos tus datos sean correctos y que no haya errores con las deudas que ahí aparecen. Pelea cualquier situación que no sea correcta con la institución que corresponda.
Esta información puede afectar tu capacidad para solicitar préstamos, y los intereses pueden ser tan altos que no logres abrir tu empresa o no puedas conseguir un nuevo trabajo. Así que si hay algo en buró de crédito que no se vea bien, debes intentar corregirlo antes de entregar esa carta de renuncia. Pagar tus cuentas a tiempo y mantener un buen nivel crediticio son dos buenos cimientos sobre los que puedes empezar a construir.
9. Conoces tus gastos mensuales
Antes de renunciar a tu sueldo por quincenas debes saber exactamente cuánto gastas cada mes. Los gastos fijos incluyen las cuentas de servicios, hipotecas, pagos, seguros y cualquier otra responsabilidad financiera que enfrentes cada mes. Aunque puedes reducir de cierta forma estos gastos, la realidad es que nunca van a desaparecer. Después de todo siempre necesitarás un lugar dónde vivir cuando renuncies, y puede que a tus amigos no les encante la idea de tenerte en sus sillones a largo plazo.
Aunque hay ciertos gastos variables (como el súper) nunca dejan de ser del todo dispensables, pero puedes reducirlos un poco si gastas menos en las tiendas. También puedes eliminar algunos gastos extra como el gimnasio o las suscripciones a servicios como Amazon Prime.
10. Has analizado los costos de vida que tu empresa actual cubre
Siempre es importante estudiar el otro lado de la moneda. ¿Cuánto ganas al mes exactamente? Puede parecer una pregunta simple, pero puede que tu empresa esté cubriendo muchas más cosas aparte de tu sueldo. Por ejemplo, puede que haya una parte de tu salario que se vaya a tu plan de retiro o a un seguro médico.
Investiga qué significa cada uno de los puntos de tu sueldo y considera cómo vas a manejar todos esos costos cuando renuncies.
11. Tienes suficientes ahorros
Si estás dejando tu trabajo actual para buscar una nueva profesión de manera inmediata o para ir por ese trabajo soñado que siempre has querido en otra ciudad, con que tengas de tres a seis meses de gastos cubiertos (es decir, ahorrados) te da el suficiente margen para lograrlo. Pero si estás renunciando a tu trabajo para viajar o para lanzar tu propio negocio, lo ideal es que ahorres mucho más dinero por cualquier cosa…
12. Tienes asegurada otra fuente de ingresos
Si te estás preguntando cómo renunciar a tu trabajo sin tener que vivir con el cinturón demasiado apretado, el planner financiero certificado Phil Dyer, CEO de Ayer Financial Advisory, recomienda buscar otras fuentes de ingresos.
Puede que estés listo para dejar de ser esclavo de tu sueldo si logras que tus ingresos anuales estén garantizados desde otras fuentes como pensiones, rentas, inversiones, ganancias, etc., para cubrir tus gastos, dice Dyer, quien se especializa en ayudar a clientes a lograr la independencia financiera. O puede que ya estés listo para retirarte, o para renunciar buscando un sabático a largo plazo, una vez que tus ingresos anuales estén invertidos y las ganancias que obtengas de ahí cubran lo que estabas ganando con tu sueldo fijo.
“La advertencia que me gustaría añadir es que si te retiras antes de tiempo entonces tienes que tener un seguro médico que cubra tus gastos” dice Dyer. “Este es uno de los mayores retos para las personas que quieren retirarse jóvenes”.
¿Qué te parecen estas recomendaciones? ¿Has querido renunciar a tu trabajo recientemente? Si estás en ese proceso pero aún no te decides, te compartimos una serie de 9 señales de que (tal vez) debes renunciar al trabajo y 8 libros para saber si debes renunciar al trabajo y emprender.
Además, es importante que consideres que tras una renuncia hay una serie de formalidades establecidas por la ley que debes considerar, por eso te compartimos finiquito y liquidación, ¿cuáles son las diferencias y cómo se calculan?