Richeese son baguettes rellenas de fondue, un emprendimiento que nació hace un año y surge por la pasión de Ricardo Sabio por la gastronomía. Él es productor de queso y ahora también hace charcutería. Su inquietud por emprender lo ha llevado a abrir restaurantes con la intención de fomentar la cultura del queso en México de una manera práctica y divertida.
Hace siete años Ricardo junto con su tío y primos decidieron producir queso de oveja y fue todo un reto porque en México no existían las ovejas de raza East Friesian y tuvieron que traer embriones congelados. Buscaron fondos de Sagarpa (Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural) para armar la quesería y empezaron a ganar premios a nivel mundial.
El queso artesanal Casa Piedra ha sido ganador del World Cheese Awards por cuatro años consecutivos. Ricardo también se asoció con unas bodegas vinícolas en España y empezó a importar vino con sus propias etiquetas. Este producto lo vendía a tiendas y restaurantes que cerraron por la pandemia de COVID-19, y no le pagaron.
“No tenía nada que hacer ni vender, y me puse a leer y a ver YouTube. Entonces, se me ocurrió hacer charcutería que es elaborar salami, jamón, tocino, etc. Mi esposa me quería correr de la casa porque parecía carnicería. Teniendo queso, vino y charcutería dije: Me voy a aventar a abrir un pequeño restaurantito”, comenta Ricardo.
El primer emprendimiento de Ricardo Sabio resultó una historia de terror. Le fue muy mal. Hoy con sus baguettes de masa madre ha tenido un éxito impresionante. Tan sólo en los primeros seis meses logró vender casi $10 millones con una utilidad del 35%. -Es un negocio bastante noble-afirma.
Richeese es el primer fondue to go en México hecho con el queso artesanal Casa de Piedra. Este emprendimiento surgió en la Condesa en la Ciudad de México en un espacio muy reducido de 20 metros cuadrados y con las ganancias Ricardo ya abrió la nueva sucursal en Polanco, que es tres veces más grande. También está por abrir su tercera unidad en el Pedregal.
Un día un cliente le dijo a Ricardo: “Yo soy de la producción de Shark Tank, ¿te gustaría participar?”. A este emprendedor ya lo habían invitado con Casa de Piedra. Pero con ese proyecto no quiso entrar porque es un producto muy artesanal y de mucho valor que no le permite crecer exponencialmente porque sólo pueden producir cierta cantidad. Aunque ya tienen su producción vendida por adelantado todo el año.
“El mayor reto fue que traje medios de comunicación, influencers y líderes de opinión, y subieron vídeos a redes para ayudarme a hacer promoción y se volvió viral. Estaba atendiendo a 23,000 personas por mes y era una locura. Tenía filas de toda la cuadra y la gente esperaba hasta dos horas para probar estas baguettes rellenas de fondue”.
El boom de Richeese era muy complicado para Ricardo Sabio porque cuando él empezó con su negocio con tal de ahorrar espacio y dinero tenía una estufa que no era de uso industrial y una freidora chiquita que no pudieron soportar la demanda. Así que, conforme iba creciendo tuvo que cambiar todo el equipo y también contrató una consultoría empresarial.
“Richeese es un concepto muy práctico y rico que puede estar en una esquina transitada de Roma o de cualquier país. Me lo imagino en las salas de cines, en Fórmula 1, en conciertos o hasta en las after party de una boda, que tengas tus baguettes rellenas de fondue calientito en vez de chilaquiles”.
A este emprendedor le gustaría crecer en sucursales propias a lo largo del mundo cuando logre replicar los procesos y dominarlos. En un futuro quiere vender franquicias. Para él las personas exitosas son resilientes y tienen pasión porque hacen lo que les gusta. “Aunque te vaya mal, aguantas y sigues para adelante. Las relaciones públicas también ayudan muchísimo”.
Ricardo Sabio continuó siendo resiliente y llegó a un punto donde su mentalidad cambió. Antes no le gustaban los números y ahora le emocionan. Todo el día está pensando en su negocio y trabajando para mejorarlo. “Es muy cool, la verdad”, asegura. Hace poco tiempo le daba pavor pagar un local de $20 mil, y, de repente ya habla de rentas de $300. Ya ha perdido el miedo y es parte de ese nuevo chip de ser emprendedor.
“Muchos ven a Richeese, baguettes rellenas de fondue, como caso de éxito. Pero no. La verdad es que yo no siento que estoy del otro lado. Al contrario, cada vez me preocupo más por el negocio y veo de que forma te atrapa. A seguirle dando y trabajando”. El trato con los tiburones Ale Ríos, Marisa Lazo y Marcus Dantus quedó en $1.5 millones por el 12% de la compañía.
