La inflación sigue al alza. El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) lo confirma: 8.15% durante la segunda quincena de julio, una de las cifras más altas desde el 2001. El panorama es desafiante para los micronegocios que deben ajustarse el cinturón tras la constante caída en sus ventas y los elevados costos que implica surtirse con sus proveedores.
¿Es momento de encender las alertas ante una elevada inflación y una probable recesión económica?
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) estima que más del 60% de artículos de la canasta básica registran aumentos por encima de las predicciones que tenía el Banco de México, que eran del 4 por ciento.
Este fenómeno afecta principalmente a los micronegocios, no sólo en lo que respecta a sus cadenas productivas, sino también por el alza de los precios en los productos que ofrecen y en los servicios que utilizan en el día a día. Durante esta temporada, los bienes y servicios son más costosos. Esto implica que los micronegocios deben ajustar sus finanzas para reducir pérdidas y poder ofrecer precios competitivos a sus clientes.
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) estima que la inflación se agudiza más en micronegocios. El alza de precios en alimentos ha sido constante en los últimos meses con incrementos promedio de un 16.76%. Esto obliga a los pequeños empresarios a subir precios o cambiar la oferta de productos a granel para evitar desabastos.
Según el INEGI, las micro, pequeñas y medianas empresas representan el 99.8% de los negocios del país, sin embargo, pocos tienen acceso a un crédito o financiamiento para enfrentar adversidades. De acuerdo con la Radiografía del Emprendimiento en México 2021, más del 35% de las empresas que cerraron sus puertas fue por falta de liquidez.
Aunque la disminución de las ventas puede afectar la rentabilidad de los negocios, un buen diagnóstico de la situación para implementar estrategias adecuadas evitará que la inflación te ponga en riesgo.
Ante este panorama, te recomiendo algunas acciones para que los micronegocios puedan enfrentar de mejor forma la adversidad.
Durante este proceso de inflación, los bancos endurecen sus políticas de préstamo y elevan sus tasas de interés. Esto resulta inviable para los micronegocios, ya que no reúnen los perfiles para acceder a estas herramientas.
En México, más del 90% de estos negocios utilizaron recursos propios como fuentes de capital durante sus primeros tres años de existencia. Es fundamental que elaboren un presupuesto que les permita cumplir con sus obligaciones financieras inmediatas sin mermar la operación.
El financiamiento puede ser un recurso clave ante la inflación, la clave está en destinar ese presupuesto para temas prioritarios como la compra de insumos.
Los micronegocios viven en un ciclo en el que necesitan vender para comprar inventario, el cual deben vender y así sucesivamente. Cuando algo falla en este ciclo (por ejemplo, una baja en las ventas) se limitan sus posibilidades de operar con normalidad o de mejorar la proyección del negocio. Un crédito estratégico que les permita comprar inventario es un gran aliado.
Aunque en estos momentos la prioridad es la liquidez, invertir en tecnología puede generar beneficios en el largo plazo como reducir costos o eficientar algunos procesos.
