El mundo ha perdido a una de sus más fervientes defensoras de los derechos animales y modelo, Elena Larrea. Su partida, ocurrida el 20 de marzo de 2024, ha dejado un vacío en el corazón de quienes la conocían y admiraban.
Larrea no solo destacó por su belleza exterior, manifestada a través de su trabajo como modelo, sino también por su inquebrantable compromiso con la causa animal, especialmente a través de su proyecto Cuacolandia.
Elena Larrea fundó Cuacolandia, un santuario dedicado a ofrecer un hogar seguro y amoroso a caballos, mulas y burros que sufrieron abusos. Ubicado en Atlixco, Puebla, este refugio se convirtió en un modelo de compasión, brindando atención médica, alimento y, sobre todo, la libertad que estos seres habían perdido.
A través de Cuacolandia, Larrea salvó a más de 300 equinos, demostrando que la bondad puede generar cambios significativos.
Larrea financió Cuacolandia de una manera poco convencional pero tremendamente efectiva: a través de sus ingresos obtenidos en la plataforma OnlyFans. Este método no solo proporcionó los recursos necesarios para el mantenimiento del refugio sino que también rompió estereotipos, enfrentándose a críticas y prejuicios con valentía y determinación.
A sus 30 años de edad, Elena dejó un legado impresionante. Su amor por los caballos no se limitó a palabras; lo tradujo en acciones concretas, salvando vidas y ofreciendo un futuro mejor a animales que habían perdido toda esperanza. Elena denunció la explotación y trabajó incansablemente para proporcionar un refugio seguro a los animales necesitados, colaborando con autoridades y comunidades para ampliar su impacto.
Larrea falleció debido a complicaciones de una trombosis, presuntamente derivada de una cirugía estética a la que se sometió semanas antes de su muerte. Este trágico desenlace ha conmocionado a su familia, amigos y seguidores, quienes la recuerdan como una mujer excepcional cuya vida estuvo marcada por el altruismo y la lucha constante por los derechos de los animales.
