Descubre qué acciones puedes poner en marcha en tu empresa o negocio para crear espacios de trabajo más equitativos para las mujeres.
La vida laboral de las mujeres sigue marcada por la desigualdad. Aunque las empresas muestran interés y compromiso para hacer los ajustes necesarios y erradicar esta situación, el camino por recorrer para lograr mayor equidad laboral aún es largo. Así lo demuestra un reporte elaborado por la consultora McKinsey.
El informe Women in workplace se elabora a partir de encuestas realizadas a mujeres trabajadoras de Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, su realidad no dista mucho de la que enfrentan las mexicanas que colaboran para una empresa, quienes también deben lidiar con situaciones como microagresiones, brechas salariales, pocas oportunidades de crecimiento y más.
De hecho, la más reciente edición del estudio Mujeres en las Empresas, del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señala que, aunque el 43% de la plantilla laboral de las empresas que se encuentran listadas en las bolsas de valores está conformado por mujeres, solo un 13% de ellas ocupan posiciones directivas relevantes. ¿Cómo crear mayor equidad laboral?
Retos de la mujer en las empresas
Entre los principales obstáculos que encuentran las mujeres dentro de las empresas, la firma global de consultoría detectó lo siguiente:
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Se mantiene la creencia de que los hombres anhelan más una promoción laboral o aspiran a puestos directivos con más frecuencia que las mujeres. Esta idea es errónea pues ellas, especialmente las generaciones más jóvenes, tienen la mira puesta en seguir creciendo dentro de una empresa. Un 80% de las encuestadas aseguró que quiere ascender al siguiente nivel, es decir, un incremento del 10% frente a lo reportado en 2019.
Peldaño roto
Hasta hace no mucho, se hablaba del término “techo de cristal”. La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim) lo define como: el “conjunto de normas no escritas al interior de las organizaciones que dificulta a las mujeres tener acceso a los puestos de alta dirección”. Este hecho era el principal obstáculo para el desarrollo profesional de las trabajadoras, no obstante, esa perspectiva se ha transformado.
Ahora se habla del “peldaño roto” como el inicio de la gran problemática. Se refiere a todos esos pequeños escalones (visibilidad, oportunidades, etiquetas, etc.) que las mujeres no pueden subir para llegar o siquiera aspirar a las posiciones directivas.
Microagresiones
Un reciente estudio elaborado por Deloitte muestra que el 44% de las mujeres que sufrió microagresiones en el lugar de trabajo las reportó con su empleador. Este tipo de comportamientos también catalogados como no inclusivos, que incluyen degradación, desprecio, comentarios perjudiciales, etc. tienen repercusiones importantes como estrés, falta de iniciativa o pérdida de motivación, un fuerte componente en contra de la equidad laboral.
Flexibilidad
La flexibilidad laboral es un tema es relevante para gran parte de la fuerza laboral de una empresa. Sin embargo, por las mismas cuestiones de desigualdad que enfrentamos en las que una mujer destina 54.3 horas semanales a las tareas del hogar o cuidado de algún miembro de la familia frente a las 30.2 de los hombres según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022, es para el sexo femenino que esta “prestación” es fundamental.
Acciones para crear espacios de trabajo más equitativos
Para combatir este panorama y hacer del lugar de trabajo un espacio equitativo en el que haya las mismas oportunidades no importando criterios como sexo, identidad de género, raza y más, McKinsey recomienda:
- Utilizar los datos disponibles producto de encuestas sobre experiencia de los empleados o niveles de representatividad, para así poder hacer los ajustes necesarios de manera todas las personas que laboran en una empresa tengan “piso parejo”.
- Capacitar adecuadamente a los gerentes para que sepan guiar y gestionar correctamente a sus equipos (incluyendo temas relacionados con perspectiva de género) para caminar con éxito sobre los caminos de la flexibilidad laboral y la igualdad.
- Hacer frente a las microagresiones a través de políticas, programas de sensibilización y prevención, empoderar a denunciar este tipo de comportamientos y tomar las medidas necesarias para erradicarlos.
- Adaptar el trabajo flexible en los lugares de trabajo, adaptándose a las necesidades de la fuerza laboral, pero siendo muy claros sobre los alcances y expectativas.
- Detectar y arreglar esos peldaños rotos en cada empresa.
Los avances hacia la equidad laboral existen, pero también es claro que aún hay trabajo por hacer para que las mujeres no solo tengan una vida laboral segura sino con oportunidades para llevar su carrera hacia donde quieran llegar, sin tener que enfrentar obstáculos por un tema de género.