Ella es la anfitriona y guía de los extranjeros en México
Con un servicio a la medida, ExpatPoint facilita la estancia de los altos ejecutivos extranjeros en México. Sus clientes son corporativos y multinacionales.
Diana Díaz es economista de profesión y a sus 28 años tuvo la oportunidad de estudiar una maestría en Londres. Ahí se dio cuenta de que México es un país abierto a la inversión extranjera directa , pero que le falta trabajar en el tema de la atención personal a los extranjeros que se instalan en el país.
“Los negocios llegaban a México, las compañías se instalaban, pero la gente parecía no estar muy a gusto pues se escuchaba de temas de corrupción, burocracia y de que los mexicanos eran flojos, entre otras cosas”, recuerda.
Aunque a su regreso a México Diana tenía un trabajo como subdirectora en HSBC, en el que recibió reconocimiento al ser cabeza de un equipo de 30 personas que obtuvieron logros a nivel regional, siempre tuvo la inquietud de hacer algo más.
“Siempre he creído que el emprendedor es como Alicia en el País de las Maravillas cuando le van creciendo los brazos y piernas. Hay un momento en el que ya no cabes y ahí me sentía así”, comenta. Fue cuando en 2010 renunció al banco y decidió que iba a retomar esa idea que había rondado por su cabeza; crear una empresa que ofreciera un cross-cultural training y acompañamiento para los extranjeros antes de salir de su país: ExpatPoint .
“Renuncié al banco, compré la revista Entrepreneur y el libro Haz tu plan de negocios en 7 pasos y me dispuse a emprender”, cuenta Diana. Tras un mes de investigación, se dio cuenta de que el servicio que planeaba ofrecer ya existía no sólo en el país, sino en el mundo.
“Lo que yo quería hacer se llamaba relocation . Ya existía y había mucha competencia. Lo que pasaba es que era un oligopolio en el que el pastel ya estaba repartido y se vendían cuentas a nivel global y se subcontrataban a nivel local. Me vino casi una depresión”, comenta.
Pero como a los porteros, no hay emprendedor sin suerte. Y coincidió que a Diana le ofrecieron dar la clase de Global Governance y Competitividad en el Tecnológico de Monterrey. Se trataba del diseño de la ventaja competitiva y al volver a estudiar a los grandes maestros decidió aplicar esas lecciones a su empresa.
“Me dije no voy a competir contra los oligopolios, sino que voy a hacer un concierge altamente diferenciado para las marcas”, recuerda. Así surgió ExpatPoint, la compañía de servicios de relocation para ejecutivos extranjeros cuya misión es transformar el mercado de servicios de movilidad con una atención de excelencia y experiencias a la medida”, para que los expatriados puedan disfrutar su estadía en el país al máximo.
Sus primeros clientes fueron Oxiteno, ABB y BMW, quienes los comenzaron a recomendar. Luego siguieron Mont Blanc, Louis Vouitton, EY, entre otros. Hoy, con ocho años de operaciones trabaja con grandes corporativos y multinacionales de los sectores automotriz, farmacéutico, financiero y de energía y cuentan con oficinas en Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, San Luis Potosí y Querétaro.
El secreto fue hacer un front end muy amigable basado en cuatro valores: puntualidad, transparencia, confianza y seguridad (los valores que más se critican a México y los mexicanos, según la emprendedora); y un back end con un área de operaciones totalmente medibles, con KPIs y status reports , que se vuelven letales pues la empresa habla el mismo idioma con los alemanes, japoneses y anglosajones.
“Soy cosy (agradable, acogedora) como lo es el mexicano, pero hablo en el mismo idioma de eficiencia, que es mi ventaja competitiva”, dice Diana.
Lecciones aprendidas
El camino no ha sido fácil, reconoce Diana. Una de las grandes lecciones es la de invertir en marketing desde el inicio. Durante cinco años la empresa llevo el nombre de Meetpoint, lo que le trajo confusión con sus clientes, que pensaban que hacían matches romátios y no de negocios. “En cuanto tuvimos un poco de dinero contratamos a una consultoría que nos hizo un fashion emergency y nos cambió el nombre y hasta la mascota”, recuerda.
Sin embargo, un gran acierto, dice la emprendedora, es el invertir en su gente y hacer que cada talento brille. “Mi equipo es mi máximo orgullo y ventaja competitiva”, sostiene la emprendedora al aclarar que sus colaboradores son como una gran familia que trabaja por gusto y creencia propia. “En siete años no he tenido una sola queja de que alguien va tarde. Ellos crean el vínculo de confianza con los clientes y tienen la playera bien puesta”, afirma.
Diana dice que su empresa vende felicidad y para lograrla primero sus colaboradores, que a la fecha son 43, deben ser felices. Por ello, en la organización trabajan mucho la parte humana. “Mis colaboradores tienen vacaciones ilimitadas y un esquema de compensación híbrido basado en la retroalimentación que hacen los clientes de su trabajo, pero les encanta estar aquí y todo marcha perfecto pues ellos están bien en el ámbito personal”, comenta.
ExpatPoint realiza trámites, permisos, servicios de reubicación y tours de orientación.
Adelantarse a la crisis
Pero para que siempre todo marche como un engrane perfecto, Diana acostumbra hacer planeaciones constantes. “Soy muy positiva en mi trabajo, pero como economista planeo ante el peor escenario”, afirma. Por eso, el año pasado, cuando Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos se adelantó a la crisis.
“Vi la sombra caer sobre nosotros pues estábamos trabajando en San Luis Potosí donde Ford canceló su plan por 1,600 millones de dólares. También porque estábamos trabajando con Kadel, que iba a remodelar la embajada americana en Ciudad de México y cancelaron el proyecto”, recuerda.
Pero lejos de paralizarse, la propuesta fue reinventarse a tiempo. “Comencé a mirar a nuevos mercados (el 35% de sus ingresos provenían de cuentas de Estados Unidos) y ver que los alemanes y asiáticos vieron a México como el país de las oportunidades. Nos salimos de nuestra zona de confort y empezamos a incluir talento que entendiera a esos clientes”, explica.
Además, ampliaron la línea de servicios de ExpatPoint, para sorprender y llevar a un nuevo nivel la experiencia de los clientes actuales. Esto no sólo les permitió aumentar sus ingresos por cuenta, sino también que sus clientes recurrentes los recomendaran con otras empresas.
“Hoy nuestra cartera está más diversificada, gracias a los servicios que prestamos a compañías de Europa y Asia, principalmente de países como Alemania, Rusia, España, Malasia y China”, dice Diana. Los resultados han superado ampliamente las expectativas. En junio pasado, la compañía ya había igualado la facturación de 2016 y terminó el año con un crecimiento del 125%.
Los planes para 2018 son fortalecer su más reciente servicio: soft landing para compañías. Diana advierte, “como emprendedores, debemos estar en un estado de alerta permanente antes las crisis. Mi fórmula es no paralizarme, adelantarme a posibles escenarios y reinventarme a tiempo.”