¿Conoces el poder de la intención? Estamos inmersos en la cultura del multitasking y eso no has ha llevado a no honrar cada momento y espacio de nuestras vidas, tanto personales como profesionales.
¿Cuántas veces no te ha pasado que llegas -media hora tarde- a tu oficina recién bañada/o con el desayuno en la mano y rápidamente prendes tu computadora? Enseguida tomas tu agenda, abres tu correo y te das cuenta de que tienes un sinfín de pendientes. Sin embargo, te permites meterte a Instagram o Facebook un par de minutos mientras contestas uno que otro correo electrónico.
Esto es cada vez más común, si no es que ya sea la norma en casi todas las empresas y negocios.
Me toca constantemente ver que muy poca gente le da la importancia al momento y espacio en sus vidas profesionales y por esa razón, para esta ocasión, quisiera enfocarme en esta nota en la intención.
Esta es una palabra que nos habla acerca de los propósitos o la voluntad de realizar algo. Una palabra que ha ganado popularidad en prácticas como el mindfulness y en el mundo espiritual. Sin embargo, quiero demostrarte que también se puede vivir en el trabajo. ¿Cómo? Enfatizando que la intención es básicamente preparar y prepararte para cada momento en un negocio.
La idea central de esta nota es identificar que el momento de preparación, tanto para una junta como para el inicio de un proyecto, es tan importante como el momento de la creación y la ejecución misma.
Así de sencillo. Esto lo vemos muy claro en las juntas de trabajo, sobre todo porque nos ayuda a llegar con las ideas y metas bien claras.
Si quieres tener juntas efectivas, hay que intencionarlas. No hay de otra. Podrías llegar y decir: “Está junta se trata de _ y le vamos a dedicar tanto tiempo” y se acabó. Eso nos limita a que no hablemos de otra cosa en la junta y que, si hay otro tema a tratar, se le dé su propio espacio y su propia intención en otro momento.
Estamos inmersos en la cultura del multitasking, en la que se premia tener mil y una pestañas abiertas en Internet. Pero ojo, el multitask solo hace que el tiempo no rinda, porque si estoy haciendo 400 cosas a la vez y no estoy intencionadamente ejecutando cada cosa, todo se vuelve de chile, mole y pozole y acabamos invirtiendo cuatro horas en cosas que nos hubieran tomado tan solo media hora.
Y, por ende, no acabas drenado Porque si nos sentáramos a hacer intencionadamente cada función, cada junta, cada rol, podríamos crear mucho más y te puede asegurar que terminarías el día laboral con muchísima energía.
Hay una técnica que te invita a vivir tu agenda en bloques para que dividas tu vida en tres: tu área personal, tu área profesional y tu área de relaciones o social.
En vez de que simplemente tengas citas en tu agenda, más bien la divides en bloques de tres o cuatro horas. Entonces tienes todo ese tiempo para hacer las cosas intencionadamente y de manera más eficaz.
Por ejemplo, tres horas para nutrir tu área personal: meditar, hacer ejercicio, bañarte, etc. Luego llega lo profesional: trabajar y sacar todos esos pendientes en tan solo cuatro horas intencionadas donde no estás viendo el celular ni distrayéndote en redes sociales. Le estás dando toda tu energía a tu trabajo y por esa razón de verdad en cuatro horas puedes sacar lo que haciendo 400 cosas a la vez sacas en ocho o diez.
Intención, en cuestiones de mindset, es energía en acción. Por lo que más funciona al intencionar tu vida es que limitas a que otras energías entren en acción.
Para que te quede más claro vamos a identificar la intención en algo social: pasar tiempo con tus hijos. Limitas intencionadamente esa energía para comer o ayudarles a hacer la tarea y por eso no estás contestando mensajes del trabajo mientras estás con ellos.
Recuerda: la intención que le pongo a lo que hago con mi tiempo va a limitar a que entre otra energía a ese tiempo.
Imagina que estás frente a dos pendientes, ¿cuál es más importante? Lo que yo siempre aconsejo es que veas prioridades lógicas. Sin embargo, también me baso mucho en el honor. Aunque suene súper cursi, recordemos rendirle honor a las cosas. El honor de estar en el trabajo. El honor de que me están pagando por lo que estoy haciendo. Si lo ves todo desde la perspectiva del honor, esas cuatro horas son de trabajo y merecen todo tu enfoque y atención.
Y ojo, debes de honrar todos los momentos de tu vida. Absolutamente todos, como, por ejemplo, arreglarte. Retomando lo que dije al principio de esta nota, de la gente que llega recién bañada a la oficina.
¿Qué te hubiera costado levantarte 10 minutos antes para maquillarte como se debe? Honra ese momento tan sagrado de cuidado personal, como honra tu espacio de trabajo, como honras a tus hijos, etc.
Cuando le damos la importancia a los momentos, siempre es más fácil respetarlos.
