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30-11-2022, 9:12:31 AM

El mexicano que hace sus propios guantes de portero y juega contra Adidas y Nike

Enrique Díaz vendía calzado, pero su vida cambió de forma inesperada con una idea que tuvo después de hacer un encargo. Hoy, su marca de guantes de portero compite contra grandes marcas en el mercado.

© Cortesía Buffon

“Yo trabajaba vendiendo calzado que llevaba de León a San Luis Potosí, entonces un día me pidieron que le llevara unos guantes de portero a Adrián Martínez, que entonces jugaba en el San Luis de Primera División, porque la fábrica con la que yo hacía negocios lo patrocinaba a él, y pues los guantes me engancharon”, recuerda Enrique Díaz.

“Como yo conocía algo de procesos de fabricación, vi una oportunidad de poder crear un artículo con una calidad mejor a esos guantes que iba a usar un portero profesional; después fue algo que anduve pensando como seis meses antes de animarme a solicitarle un préstamo a mi papá y empezar con el negocio”.

Le empresa que fundó Enrique es Buffon, que fabrica y vende toda la gama de guantes de portero, desde básicos hasta profesionales, que han sido especialmente bien recibidos en el futbol amateur y sudamericano. “Tenemos guantes para niños de 4 años hasta adultos de 2 metros”, describe el empresario nacido en San Luis Potosí, pero ahora radicado en León. Hoy, sus guantes se venden en todo México y en Estados Unidos, Honduras, Guatemala, Costa Rica, Perú, Bolivia, Chile, Argentina y Ecuador.

Guantes de portero: un inicio con ‘gol de vestidor’

Enrique tiene 50 años e inició con Buffon en 2007, cuando tenía 37. “Los 3 primeros años fueron de tratar de vender una marca desconocida y además estábamos sin capital. Empecé con un préstamo de 70,000 pesos de mi papá y varios de otras personas, además de que mi suegro me apoyó para completar las nóminas hasta que me dijo ‘ahí te van unos 100,000 para que tengas capital porque de otra forma me vas a seguir molestando cada semana’”, platica. Cuando inicia un partido de futbol y el rival anota un gol en los primeros segundos o minutos del juego, se dice que es un “gol de vestidor”, y Enrique tuvo un par de ellos.

En sus primeros años, tuvo que enfrentar retos como la crisis económica de 2008 y la crisis de la influenza H1N1 de 2009. “Tuve la suerte de que en ese entonces todavía no entraban a México tanto producto (guantes de portero) de importación, teníamos que competir con la marca que ha estado aquí toda la vida, pero todavía no competíamos con las grandes marcas; ahorita sí ya competimos con ellas, pero ya estamos más afianzados en el mercado”.

Cuando empezó con Buffon no sabía mucho del negocio de guantes de portero, pero como había sido jefe de producción de una fábrica de calzado, conocía de temas como proveedores y materiales, además de que tenía relación con fabricantes. “Cuando yo me presenté como independiente con ellos, me apoyaron desde el principio, incluso con créditos sin garantías”, asegura.

“Entré a un ramo muy peleado del cual yo conocía muy poco. Sabía la forma de hacerlo a medias, pero no conocía ni la forma de distribuirlo, ni los márgenes que manejaba”, indica.

Atajar el mercado

Curiosamente, el deporte favorito de Enrique no es el futbol. “Yo soy un basquetbolista haciendo guantes de futbolista. Bendito sea Dios que ‘vivir de la patada’ sí deja en México, porque está muy arraigado el tema del futbol y estamos aprovechando que el mexicano sea futbolero”, subraya.

De guantes de portero tampoco sabía mucho, pero empezó a diseñar y fabricar prototipos. “Me tardé como un año desde que surgió la idea hasta que me aceptaron un guante (para maquilarlo en la fábrica) que dijeran que era digno de venderse”. Aprendió entonces a saber detalles como hasta dónde deben ir los dedos dentro del guante y qué materiales usar.

Además, los guantes de portero son un accesorio que suele gastarse y debe ser reemplazado aproximadamente cada 10 partidos. “Un producto de gama alta nuestro ronda entre los 650 y 750 pesos, mientras que uno de Nike o Adidas ronda entre los 2,000 y 3,000 pesos; entonces, en el precio sí hay una diferencia muy grande que juega a nuestro favor”, asegura.

Con el paso del tiempo, la marca Buffon fue abriéndose paso más allá de los guantes, debido a que el portero es el único jugador en la cancha que requiere de otro equipamiento, lo cual ayudó a abrir más líneas de negocio: “Yo veía al portero y decía ‘pues no tiene pantalón’ o ‘no tiene suéter”, apunta. Así surgió la oportunidad de fabricar ropa, además de productos como mochilas, calcetas, espinilleras, rodilleras y coderas.

Cortesía

Un negocio canchero

Sin embargo, el producto que sirve de punta de lanza para Buffon es el guante de portero. “Somos competitivos en la relación calidad y precio. Quizá aún estamos un paso abajo de las marcas grandes, pero como tenemos muy buena calidad el precio sí marca una diferencia. Un guante de gama alta de las grandes marcas es como tres veces más caro que el nuestro, y por eso podemos competir con ellos”, explica Enrique.

El emprendedor asegura que el diseño es lo primero que vende, por lo que siempre se mantienen al día en lo que esté de moda; mientras que lo segundo en lo que se fija el consumidor es la técnica que se utiliza en su fabricación, rubro en el que también siempre están actualizados. “Como es un negocio que sigue en crecimiento, el grueso de nuestra inversión ha sido en cambio de instalaciones o en máquinas para hacer nuevos productos”, apunta.

En cuanto a promoción, ha aprovechado que su producto se vende muy bien en Sudamérica. “Allá, los equipos además de jugar en la liga local, juegan Libertadores y Copa Sudamericana, por lo que tenemos una exposición mayor que a lo mejor un portero de Liga MX , así que tenemos jugadores que usan nuestros guantes en Primera División de Bolivia y Perú; en la división de ascenso de Chile; y en la Liga Femenil de Costa Rica, Chile y Perú. La portera de la selección de Perú trae nuestros guantes, además del portero de la Selección de Bolivia”, enumera. “De hecho, mis guantes debutaron en una Copa América en un partido Bolivia contra México”.

Su producto se distribuye en varios canales en cada país, además de que cuenta con su propia tienda en línea. De esta forma, Enrique es hoy todo un “canchero” del negocio de los guantes de portero.

El guardameta italiano que inspiro el nombre

Gianluigi Buffon es un legendario portero italiano, campeón del mundo en 2010 y figura del Club Juventus ; sin embargo, el nombre de esta marca no se refiere a él… o bueno, sí, en parte. “Intenté registrar el nombre de ‘Henry’ porque me llamo Enrique, pero estaba ocupado; así que cuando estaba en el Instituto Mexicanos de Propiedad Industrial (IMPI) me puse a repasar algunos nombres, entre ellos varios de portero, como Ochoa, Campos, Marín… y de repente salió Buffon. Nos sonó bien, estaba libre y lo registramos”, afirma.

Sin embargo, la intención de Enrique nunca ha sido usar la imagen del portero que defendió la portería de la Selección de Italia en cinco Mundiales, por lo que el nombre es solamente un pretexto para nombrar su producto.

Enrique es un mexicano que es pretendido en el extranjero, o bueno, sus productos de Buffon; sin embargo, tuvo que asesorarse para saber cómo era jugar en las canchas afuera de México. Así, tras una simple búsqueda en internet, encontró a la empresa de mensajería Fedex que, desde hace ocho años, le brinda asesoría sobre comercio internacional, área en la que él no tenía experiencia.

“Ellos me dieron la asesoría que necesitaba para poder darle a un cliente datos como el costo o explicarle cómo le iba a llegar el guante a su país, porque eran cosas que yo no sabía”, indica. “Si tú no estás relacionado con el comercio exterior, sí hay muchos trámites que desconoces totalmente. Yo estudié Ingeniería Industrial, por lo que en los guantes estoy aplicando mi carrera, pero de comercio internacional no ves ni una sola materia en tus clases”, afirma.

Buffon es uno de los emprendimientos mexicanos que se ha beneficiado del FedEx Tour, una iniciativa que ofrece esa compañía para apoyar el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas del país. Ese proyecto brinda talleres y seminarios especializados enfocados en simplificar el complejo proceso de exportación y así ayudar a las PyMEs a llegar a mercados internacionales, aprender de experiencias de otros y conocer los desafíos y opciones para llevar sus productos al mundo.

Perder el miedo a jugar en ‘Primera’

Enrique cuenta que una vez le dijeron que alguien mayor de 30 años no podía debutar en las canchas del emprendimiento; sin embargo, él lo hizo casi a los 40 (curiosamente, a una edad similar a la que se retiran los grandes porteros). “Yo pienso que la edad no es condicionante, obviamente mientras más pronto empieces mejor, y mientras menos compromisos tengas antes de empezar, también mejor”, recomienda.

“Primero hay que perder el miedo a temas como endrogarte o a cómo le vas hacer, y es mejor pensar en que si le echas ganas vas a salir adelante”, recomienda. “Y cuando ya logras consolidar tu negocio, empiezas a ser un factor importante para la gente que trabaja para ti y la idea es que la riqueza se distribuya de una manera equitativa, que le pagues a tus empleados de tal manera que ellos también puedan sentir un crecimiento diferente al que pudieran tener en su trabajo anterior”. Ahora, Buffon está buscando entrar a nuevos mercados, como el de los colegios, donde el futbol es una actividad muy popular.

Es así como Enrique, quien en 37 años no se había puesto unos guantes de portero, hoy es una de las personas en México que entiende mejor a los jugadores que ocupan esa agridulce y muchas veces incomprendida posición salvaguardando los tres palos.

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