



La búsqueda de trabajo puede ser un proceso complejo y frustrante que muchas personas están retratando en redes sociales. Varios usuarios han implementado su “diario de un desempleado” en plataformas como TikTok, ahí, narran su día a día, las presiones económicas, los sube y baja emocionales, las experiencias con reclutadores y todo lo que se vive en este tipo de situaciones.
Esto, además de un desahogo, se ha convertido en una forma de visibilizar su perfil y conseguir oportunidades, en algunos casos de trabajo y en otros de asesorías o cursos. Esta estrategia es también un arma de doble filo, pues cualquier cosa que se exponga o diga en estas plataformas digitales puede llegar a oídos de los reclutadores y convertirse en una barrera para ser contratado.
Para la mayoría de las personas el quedarse sin trabajo representa un fuerte golpe anímico y económico. Y es que al no tener empleo no solo se pierde la fuente de ingresos sino, para algunos, también implica el dejar de hacer lo que les apasionaba.
Las condiciones económicas o incluso la misma necesidad de mantenerse activos, obliga a las personas a no perder tiempo e iniciar la búsqueda de su siguiente empleo. Con suerte, encontrar una nueva oportunidad es sencillo, pero en otros, esto puede demorar meses o hasta años.
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En plena era digital, algunas personas están recurriendo a las redes sociales para narrar su proceso. A través de sus perfiles cuentan a manera de ‘diario de un desempleado’ cómo viven el quedarse sin trabajo, sus preocupaciones para poder mantenerse al día con los gastos y pagos, entrevistas que llegan a tener, la frustración de no obtener respuestas positivas, la desesperación cuando el dinero comienza a agotarse…
Estos testimonios incluyen todo tipo de experiencias, desde quienes necesitan con urgencia una nueva oportunidad, hasta quienes por su contexto lo toman con calma y hasta como un descanso. Humor o preocupación son parte de lo que se encuentra en esta tendencia.
Hay para quienes hacer esta dinámica les sirve como una manera de mantener la mente ocupada y lidiar con situaciones como la ansiedad. Para otros, esto es una manera de visibilizar su perfil e incrementar las probabilidades de encontrar a su siguiente empleador.
Muchas personas que atraviesan o en algún momento pasaron por las filas del desempleo, comparten recomendaciones para sobrellevar este proceso. Palabras de aliento o desahogo, son también las reacciones que suelen llegar a recibir.
En algunos casos, estas personas sin empleo reciben ayudas a través de cursos o capacitaciones, así como asesorías para mejorar su CV o sus entrevistas.
Ciertos usuarios utilizan sus redes sociales como una plataforma para sensibilizar a los reclutadores y ser más empáticos con los candidatos. Solicitan el normalizar la retroalimentación o el informar los estatus de los procesos para no generar falsas ilusiones o expectativas.
Aunque recurrir a esta estrategia puede permitir que el perfil laboral llegue a la persona correcta e incluso encontrar trabajo gracias a ello, también puede jugar en contra. Y es que lo que se mencione, tanto puede traer oportunidades como convertirse en una barrera.
Según ManpowerGroup, el 44% de los reclutadores revisa perfiles sociales como Facebook o Instagram para asegurarse que el candidato se adapte a la cultura laboral de la empresa. De ahí que el ‘diario de un desempleado’ debe ser utilizado estratégicamente y con cautela.
Las redes sociales ya son una forma de construir una marca personal, por lo que esta actividad puede contribuir al posicionamiento, para bien o mal, de un profesional.