



Con la rápida incorporación de la Generación Z a los puestos directivos, está surgiendo la próxima generación de líderes. Este cambio redefinirá el liderazgo en los próximos años, por lo que es esencial observar de cerca cómo sus nuevas perspectivas y mentalidad digital, dan forma al futuro del trabajo. La pregunta es: ¿qué necesita desarrollar este grupo para desempeñar esas funciones?
Según un estudio realizado en enero por Indeed, el 80% de los encuestados que pertenecen a la Generación Z sienten que van por buen camino para alcanzar sus metas profesionales. Al animar a los jóvenes a ocupar puestos de liderazgo y eliminar prejuicios, ayuda a liberar su entusiasmo y sacar lo mejor de ellos mismos a través de las habilidades que ya poseen.
Otro aspecto destacado es que el 76% está de acuerdo con el hecho de que sus trabajos son una parte importante de su identidad. Además, se comprometen con el trabajo presencial al pensar que es necesario para el crecimiento profesional (78%).
Los jóvenes buscan cada vez más un sentido de pertenencia y una alineación entre sus aspiraciones personales y profesionales.
LAS PLÁTICAS CON LOS LÍDERES YEMPRENDEDORES DE AMÉRICA
Si bien valoran el bienestar, también reconocen la importancia de las funciones que les permiten perfeccionar sus competencias actuales y adquirir otras nuevas. Este crecimiento contribuye a su satisfacción general en el trabajo y a su desarrollo profesional.
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Como el liderazgo está incluido en este crecimiento profesional, te comparto algunas herramientas y habilidades que pueden ayudar a la Generación Z a alcanzar puestos directivos, así como las cualidades que pueden aprovechar, adquirir o reforzar para estar preparados cuando llegue el momento:
En un entorno profesional cada vez más dinámico, reforzar la capacidad de expresar ideas con claridad y eficacia será esencial para que estos jóvenes puedan mostrar sus aptitudes con éxito
El estrés es uno de los mayores retos a los que se enfrentan los empleados hoy en día. Es importante hacer pausas activas durante la jornada laboral para volver a centrarse en el trabajo y adquirir nuevos conocimientos, así como tener una buena organización semanal de las tareas y compartir sus retos con los compañeros para encontrar mejores soluciones.
Una de las cualidades que la Generación Z puede aportar al lugar de trabajo es la falta de miedo a hablar con sinceridad. Esto es importante para crear un equipo en el que prevalezca la comunicación asertiva, logrando mejores resultados, teniendo más espacio para el diálogo y construyendo relaciones más sólidas.
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La capacidad de identificar, comprender y gestionar las emociones, implica habilidades como la autoconciencia, el reconocimiento de las expresiones de los demás y la regulación de los propios sentimientos. Tener una inteligencia emocional elevada ayuda a mejorar la comunicación, la colaboración y la capacidad de liderazgo, por lo que es crucial tanto en el ámbito personal como en el profesional.
Esta es una gran habilidad para la Generación Z que no debe subestimarse. Conectar con personas que comparten espacios sociales, profesionales o virtuales comunes puede ayudar a construir relaciones duraderas e intercambiar consejos profesionales, información valiosa, recursos, oportunidades o apoyo.
En una época en la que lo que prima es la inmediatez, tener esta habilidad puede marcar la diferencia. Planificar y tomar decisiones con una visión a largo plazo es muy valorado en un entorno laboral.
Centrarse en objetivos concretos, tener en cuenta los plazos, los riesgos y las oportunidades incluye una gran capacidad de análisis.
Cuando la Generación Z desarrolla una sólida combinación de habilidades interpersonales y estratégicas, se convierte en un activo muy valioso para cualquier organización.
Su capacidad para fomentar la colaboración y crear equipos comprometidos y con visión de futuro impulsa a las empresas hacia una mayor innovación y resistencia.
Al aportar nuevas perspectivas y una buena disposición para adaptarse, mejoran la agilidad organizativa, lo que les convierte en actores clave a la hora de afrontar los retos de un panorama empresarial en rápida evolución.