Sentir latidos anormales en tu pecho es un síntoma del síndrome de corazón roto. Estas arritmias se pueden deber a un estrés emocional como una ruptura amorosa o la muerte de un ser querido. Por eso, es importante realizarse un electrocardiograma para saber si tu ritmo cardíaco es de preocuparse o no.
Al síndrome de corazón roto también se le conoce como “miocardiopatía inducida por estrés” o “miocardiopatía de Tako-Tsubo”. El corazón de la persona afectada es incapaz de bombear sangre en los volúmenes adecuados. También experimenta niveles altos de adrenalina, lo que aumenta la frecuencia cardíaca.
El corazón puede “romperse” por un suceso muy estresante como la muerte inesperada de un ser querido, diagnóstico médico aterrador, divorcio, traición, rechazo romántico o desastres naturales.
Fundación Española del Corazón
Si presentas estos latidos rápidos y seguidos también es recomendable realizarse una angiografía coronaria para ver los vasos sanguíneos del corazón y saber si hay obstrucciones no solo por un reciente estrés emocional severo, sino físico. También es clave una analítica con enzimas cardíacas y un ecocardiograma.
El corazón roto se confunde a menudo con un infarto de miocardio que sucede cuando una arteria se bloquea casi o totalmente debido a la acumulación de grasa. Lo que no pasa con la miocardiopatía de Tako-Tsubo pues las arterias coronarias no están obstruidas. Esto de acuerdo a la Fundación Española del Corazón.
El síndrome de corazón roto se descubrió por primera vez en Japón a inicios de la década de los 90 cuando identificaron pacientes, sobre todo mujeres, de media edad, que después de un intenso grado de estrés, presentaban un cuadro clínico similar al de un infarto de miocardio (dolor de pecho y falta de aire).
El 85% de los casos con el ‘corazón roto” son mujeres con estrés emocional o físico, causando una liberación excesiva de adrenalina.
La buena noticia es que el ‘corazón roto’ se quita en la mayoría de las personas en días, semanas o máximo un mes. Es raro caer de nuevo en lo mismo por estrés, ansiedad, tristeza o depresión.
El corazón duele. Literal. Al final, todo pasa. Y, quizás, el aprendizaje haya sido no sufrir de más y ser más fuerte. Porque pones en riesgo tu salud física, emocional y mental. Pero si justo estás experimentando arritmias o un dolor persistente en el pecho, busca ayuda para descartar problemas graves.
Este es el mejor consejo de la psicóloga, Elizabeth Clapés, autora de “Tú no eres el problema”, “Hasta que te caigas bien” y “Querida yo”.
El cuerpo habla. Si no lo escuchas, grita. Él intenta decirte que algo no va bien. Quizás un trabajo te está afectando o estás relacionándote con alguien que te hace daño.
Pero es importante entender que el ‘corazón roto’ puede provocar problemas cardíacos. Por eso es importante realizarse estudios médicos para saber si hay un cambio significativo en el ritmo y en la forma en que el corazón bombea la sangre. Hay que estar atento sobre todo al dolor de pecho, al ritmo cardíaco irregular y a la respiración entrecortada.
De acuerdo a los expertos, el síndrome de corazón roto hace que una parte del corazón se agrande temporalmente. Por consiguiente, este órgano no bombea bien. Afortunadamente, el resto del corazón funciona como de costumbre, aunque se contrae con más fuerza.
Parte del corazón afectado adquiere una forma similar a una trampa para pulpos. Por eso, se le llama al síndrome de corazón roto ‘miocardiopatía de Tako-Tsubo’.
La depresión y el “síndrome del corazón roto” pueden tener un impacto significativo en el desempeño y bienestar en el trabajo. Estos efectos pueden manifestarse de diversas maneras, afectando tanto la salud mental como física de los empleados. Reconocer y abordar el impacto de la depresión y el síndrome del corazón roto en el trabajo es crucial para mantener un ambiente laboral saludable y productivo.
Para fortalecer un corazón debilitado y mejorar la salud cardiovascular, es necesario adoptar un enfoque integral que incluya cambios en la dieta, el ejercicio y otros hábitos de vida. Considera que cualquier dolor continuo en el pecho podría provocar un ataque cardíaco. Ten presente que el cuerpo habla, hazle caso.
