



La emblemática cadena mexicana Bisquets Obregón cumple ocho décadas de historia, sabor y conexión emocional con sus clientes. Para celebrarlo, lanza una campaña de 80 días llena de nostalgia, pan recién horneado y muchas historias compartidas.
Desde 1945, Bisquets Obregón ha sido testigo de romances, desayunos familiares y tertulias inolvidables. Hoy, con 106 unidades y más de 3 mil empleados, conmemora sus 80 años como el rincón favorito de millones de mexicanos.
Todo comenzó el 29 de septiembre de 1945 en una pequeña cafetería llamada “La Perla de Oriente”, ubicada en Álvaro Obregón #60, en la colonia Roma. Don Miguel Ángel, fundador de la marca, creó una experiencia de sabor con pan horneado al momento, café mexicano y ambiente hogareño.
De esa esquina en la Ciudad de México surgió una de las franquicias más queridas del país, que hoy forma parte de la memoria colectiva de los mexicanos.
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Bisquets Obregón no solo ha conquistado los paladares, también los corazones. Actualmente, la cadena sirve mensualmente:
Además, el 65% de sus clientes son recurrentes, lo que evidencia el fuerte vínculo emocional que existe con la marca.
A lo largo de 80 años, la cadena ha evolucionado sin perder su esencia. En 1995 lanzó su primera franquicia en Cancún, y en 2013 creó el concepto “Pan y Café Bisquets Obregón”, enfocado en públicos jóvenes con un formato más ágil.
Hoy suma 106 unidades en todo el país, más de 3,000 empleos directos y miles de anécdotas que se escriben diariamente entre cafés, bisquets y sonrisas.
Para saber más: Los Bisquets Obregón: De café de barrio a cadena nacional
Del 22 de julio al 29 de septiembre (Día del Bisquet), se llevará a cabo una campaña de 80 días de celebraciones, que incluye un micrositio conmemorativo donde los comensales podrán compartir sus recuerdos y conocer más de esta historia entrañable.
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Bisquets Obregón ha sido parte del crecimiento de generaciones enteras. En cada mesa, en cada café servido, hay un pedacito de historia mexicana. Y en su 80 aniversario, la marca reafirma su misión: seguir siendo el lugar donde el sabor y los recuerdos se hornean todos los días.