Un fin de semana lleno de mucho trabajo le impidió a Rodrigo preparar sus lunches para el lunes, por lo que ese día decidió ir a la tienda de conveniencia más cercana por un alimento rápido y sencillo. Sin embargo, la fila para pagar estaba larga y ya había gastado 20 minutos de los 40 que tenía para comer.
Rodrigo hastiado y enojado espero “pacientemente” a que el primer cliente pagara los servicios de su casa, el segundo hiciera un depósito, el tercero una recarga telefónica y así sucesivamente las ocho personas que tenía adelante hicieran lo que necesitaban.
Cuando tuvo tiempo de regresar a comer su sándwich ya no le quedaban más que cinco minutos para hacerlo, por lo que decidió seguir con su trabajo en la oficina mientras se tomaba un café para calmar el hambre.
El problema de Rodrigo es uno de los que quiere resolver Barabox, una empresa que ofrece una máquina expendedora de comida caliente, traída a México por cuatro socios y amigos originarios de Tampico, Tamaulipas y que ahora residen en Monterrey, Nuevo León.
“[A las máquinas] las conocimos en Holanda, son europeas, las fabrican en Dinamarca y las comercializa una empresa en España de la que somos partners para la distribución en México”, explica Luis González cofundador de Barabox.
La idea de los emprendedores fue “tropicalizar” los artefactos, es decir, estrenarlas pero con recetas y productos 100% mexicanos, además de ofrecer comida recién hecha a un precio accesible y de forma muy rápida.
“[En Europa] las vimos operando con un concepto de comida muy barata, básicamente con un euro [20.18 pesos mexicanos aproximadamente] te podías comprar una hamburguesa, un hot dog o unas croquetas… Llegas, compras y en cuestión de siete segundos tienes tu comida recién hecha y a un precio muy barato”, comenta González.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), México es el país que dedica menos tiempo por día a actividades como comer y beber, el cual se traduce en una hora con seis minutos.
La competencia directa de Barabox sería el hot dog de la tienda de autoservicio o la rebanada de pizza de algún puesto de comida de la esquina “que no sabes cuánto tiempo lleva ahí”, según explican los emprendedores.
Te estarás preguntando, pero ¿Qué ocurre detrás de estos aparatos? ¿Cómo sé que la comida no lleva días ahí? ¿Cómo lo hacen sin meseros?
Cuando un cliente llega al local se encuentra con varias máquinas expendedoras que tienen ocho casillas en cada una de ellas, las cuáles muestran las opciones de comida, que pueden ser tacos, burritos y otros, escoges tu opción favorita e insertas los billetes, monedas o utilizas tus tarjetas de crédito o débito. Una vez que realices el pago podrás abrir la casilla de lo que escogiste para tomar tu comida.
“El proceso tarda entre siete y diez segundos. Pagas y te libera, es decir, se quita el locked de la máquina para que puedas abrir una casilla y tomar tu comida. Solamente puedes abrir una casilla y al momento de hacerlo se bloquean las demás. Tu comida viene en un plato con los aderezos, salsas y las servilletas correspondientes”, explica González.
Del otro lado de los aparatos está la cocina y por supuesto las personas que se encargan de colocar la comida recién hecha dentro de las dispensadoras.
Es importante mencionar que las máquinas cuentan con un control de temperatura y de tiempos de frescura, es decir, el platillo no puede estar más de cierto tiempo dentro de ellas, esto para garantizar que sí esté recién hecho y caliente.
“Con el objetivo de garantizar que esté fresco y recién hecho la máquina se bloquea completamente para la venta si no se vende o no sacas el platillo en el tiempo estipulado. Durante este momento nadie lo puede comprar hasta que este plato se saque de la máquina por atrás por la cocina y se deseche”, expresa el emprendedor.
Actualmente, solo se encuentran en Monterrey Nuevo León, pero el objetivo de Luis y sus socios es convertir a Barabox en una franquicia.
Además, son los distribuidores oficiales de este tipo de máquinas en México, cualidad que utilizaron para lograr la inversión de Marisa Lazo y Alejandra Ríos en Shark Tank México que se transmite todos los viernes a las 9:30 PM por Canal Sony.
Los amigos que iniciaron en 2018 a desarrollar todo el concepto estrenaron su primera tienda en plena pandemia, lo cual no estuvo nada fácil y los hizo navegar en aguas completamente ajenas a su idea de negocio como lo eran los servicios de delivery o entregas de comida, pero que los mantuvieron a flote.
Finalmente, llegaron al tanque pidiendo 800 mil pesos por el 40% de su empresa y aunque en un principio parecía que no conseguirían a ningún tiburón, Alejandra Ríos y Marisa Lazo dieron un paso al frente y apostaron por ellos.
Lo que sigue para estos emprendedores es escuchar los consejos de estás dos tiburonas, así como poder comercializar de manera más amplia las máquinas para que otros con Barabox o con el producto que quieran puedan vender comida en las expendedoras.
