



Uno de los principales objetivos de crear un negocio está relacionado con la generación de riqueza: para el entorno, para la sociedad y para el dueño de negocio.
La generación de riqueza está relacionada con el dinero y su correcto manejo. Muchos emprendedores inician su negocio como operadores o técnicos y nunca profundizan en el manejo del dinero. Eso hace que sus negocios permanezcan pequeños o no sobrevivan a lo largo del tiempo.
Muchas personas piensan que lo único que necesitan para emprender es una buena idea. Lamentablemente no es así, las buenas ideas abundan por todas partes y están destinadas a morir, si no tienes una mentalidad emprendedora.
Crear un nuevo negocio requiere de trabajo duro, de alta tolerancia a la frustración, de estar dispuesto a continuar cuando parece que todo está perdido, de implementación, implementación y más implementación. Pero sobre todo, requiere de una obsesión por alcanzar tus sueños, más que una obsesión por generar dinero.
Si buscas el dinero disminuirán tus probabilidades de éxito, (porque al inicio no lo tendrás). Si buscas transformar la vida de las personas y hacer un cambio en el planeta el dinero llegará como consecuencia.
Así que, ¿tienes o no una mentalidad emprendedora?
La mayoría de las personas que inician un negocio se obsesionan con su marca y su producto, este es uno de los errores más comunes que veo en los emprendedores. Tu marca y tu producto no valen nada, a menos demuestren que son capaces de generar dinero.
Si cumples estos tres puntos, podríamos decir que tu negocio es viable. Si te das cuenta que no lo es, puedes ajustar tu modelo de negocio siempre y cuando valides que alguien está dispuesto a comprar lo que tú ofreces.
Uno de los errores que se cometen cuando inician su negocio es que compran y gastan de más. Buscan la mejor computadora, las mejores oficinas, el mejor carro o utilizan su dinero en cosas que no están directamente relacionadas con la generación de ventas.
Un principio que maneja Carlos Slim que te recomiendo ampliamente se llama Austeridad Absoluta. Cuando compres algo asegúrate que está directamente relacionado con la generación de ventas.
Si necesitas una computadora pregúntate que computadora cumple con tus necesidades básicas (no cual cumple con las necesidades de tu ego). Y pregúntate también ¿si compro una computadora más cara esto hará que incrementen mis ventas?
El flujo de efectivo es la gasolina que mueve los negocios. Muchos negocios que son sumamente rentables (es decir, que generan utilidad), mueren porque el emprendedor o dueño de negocio no supo manejar su flujo de efectivo.
Existen tres palancas que te recomiendo para manejar bien tu flujo de efectivo:
Una de las tentaciones del emprendedor es gastarse sus ganancias en cuanto llegan. Mi sugerencia es reinviértelas en el mismo negocio. Puedes usarlas para atraer más prospectos con marketing y ventas, o para hacer más eficiente tu operación y disminuir tus costos y gastos.
¿Hasta cuándo debes de reinvertir tus ganancias? Hasta que hayas alcanzado una buena masa crítica y que el negocio pueda operar aun sin ti.
Una de las preguntas que más me hacen es: ¿cuándo es momento adecuado para dejar mi trabajo y dedicarme de lleno a mi negocio?
La respuesta es cuando tu negocio sea capaz de generar suficiente dinero (de manera consistente y constante) para sustituir el sueldo que te genera tu trabajo.
Es importante planear la transición con metas y objetivos claros. De tal manera que digas: enbseis meses el negocio me debe de dejar esta cantidad de dinero. Cuando llegue a esta cantidad de dinero dejaré mi trabajo. Así sabrás en dónde enfocarte y cuándo ocurrirá la transición.
Y sé que muchos emprendedores son kamikazes y están dispuestos a renunciar en este momento.
¿Lo puedes hacer y lograrlo con éxito? Claro que sí. Sin embargo, si quieres evitar o disminuir el impacto del traumatismo ocasionado por el emprendimiento y las crisis emocionales, te recomiendo planear tu transición.
Esta parte es esencial para cualquier emprendedor. Necesitas estar dispuesto a aprender continuamente si quieres ser exitoso. Si no te gusta aprender, tal vez el emprendimiento no sea para ti porque en poco tiempo te volverás obsoleto y el negocio terminará por fracasar.
Ahora, existe un tipo de educación para cada propósito.
La diferencia entre las dos es que la primera te da mucha teoría (y requiere mucho tiempo) y te enseña a manejar el negocio de alguien más y la segunda te enseña principios implementables (en poco el tiempo) y te enseña a manejar tu negocio.
¿Qué es lo primero que te recomiendo aprender? A manejar tu dinero. A manejar tus finanzas personales.
El dinero del negocio es un reflejo de cómo manejas tu dinero. Si aprendes a hacerlo, lograras que tu negocio genere resultados sostenibles.