5 peldaños rotos a reparar para impulsar el desarrollo profesional femenino
Se creía que el principal problema era que una mujer fuera considerada para un puesto directivo, la realidad, es que muchas de ellas ni siquiera tienen la oportunidad de llegar a esas instancias.
Hasta hace algunos años era común escuchar el término “techo de cristal” como uno de los principales problemas que enfrentaban las mujeres en su vida laboral. Hoy también se habla de peldaños rotos, son esos obstáculos que les impeden llegar a puestos directivos. La metáfora del “techo de cristal” hace referencia a los estereotipos o las construcciones culturales que ponen un tope invisible al crecimiento y realización femenina.
El “techo de cristal” existe; sin embargo, el problema es más profundo. Es por eso por lo que en los últimos años surgió el término “peldaño roto”, que hace referencia a todos esos pequeños obstáculos que enfrentan las mujeres, incluso fuera del entorno laboral, pero que tienen un impacto en él.
“La escalera de la igualdad está funcionando, en términos generales, en la enseñanza obligatoria y superior, pero una vez que se inicia el tramo profesional, comienzan los escalones rotos que dificultan que las mujeres sigan ascendiendo hacia la igualdad plena”.
Llorente y Cuenca (LLYC).
Al igual que el “techo de cristal”, estos “peldaños rotos” están cimentados a partir de estereotipos o construcciones culturales por demás erróneas. La diferencia de fondo entre ambos es que el primero se refiere a los problemas que enfrentan las mujeres para ascender a posiciones directivas y no considera todas las trabas para siquiera llegar y ser visibles en esas instancias.
De acuerdo con el reporte Women in Workplace elaborado por LeanIn.Org y McKinsey & Company, por cada 100 hombres que ascienden desde cargos básicos hasta llegar a directivos, sólo 87 mujeres recorren ese mismo camino. Lo anterior se refleja en que mientras el 60% de esos puestos de alto mando son ocupados por hombres, las mujeres únicamente acceden al 40% de ellos.
Tipos de peldaños rotos
Si bien son muchos los peldaños rotos, LLYC señala cinco de los más importantes obstáculos que deben enfrentar las mujeres para subir la escalera de la igualdad en términos laborales:
Ambición
Persiste la falsa creencia que las mujeres no tienen el anhelo de escalar posiciones laborales a diferencia de los hombres quienes, se cree y se anima a que busquen llegar a los más altos cargos.
Factores como la maternidad son uno de los argumentos sobre los que mayormente se busca sustentar esta postura al asegurar que las mujeres no pueden, ni quieren, compaginar ambos mundos.
Trabajo no remunerado
En las mujeres sigue recayendo, en su mayoría, el trabajo no remunerado, es decir, tareas domésticas o el cuidado de algún familiar, así lo demuestra la primera Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (Enasic).
Lo anterior puede derivar en problemas como tener menos tiempo para dedicar a su vida laboral o, incluso, perder oportunidades profesionales.
Sesgos
Hechos como creer que un hombre, por una simple cuestión de género, es quien tiene las capacidades o habilidades que requiere un puesto directivo, forman parte de estos criterios discriminatorios contra las mujeres.
El análisis afirma que inconscientemente se han atribuido a las mujeres características opuestas a lo que significa ser un buen líder y que reducen sus posibilidades de aspirar a posiciones de alto mando.
Salario
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares Estacional (ENIGH E) del INEGI, las mujeres mexicanas percibieron un ingreso corriente promedio trimestral 43.1 % menor que los hombres.
El INEGI habla de una brecha salarial de $14,628 pesos al trimestre, pues en 2022 mientras los hombres tuvieron un ingreso promedio trimestral de $33,964 pesos, el de las mujeres fue lo equivalente a $19,336 pesos.
Visibilidad
En el análisis de LLYC se encontró que hay una escasa visibilidad de las mujeres en el ámbito empresarial, lo cual tiene un impacto en las generaciones más jóvenes quienes carecen de un modelo a seguir que las inspire y motive a desarrollar su potencial.
Los líderes empresariales tienen una gran tarea en sus manos: reparar este y otros “peldaños rotos” en las escaleras de sus organizaciones. De esta manera brindarán a las mujeres las mismas oportunidades de subir estos caminos y llevar sus vidas profesionales al lugar que sus capacidades les permitan.