
Una de las más grandes preocupaciones que enfrenta una mujer que está de licencia por maternidad es, ¿cómo será mi regreso a la oficina? Y es que tras dar a luz, la nueva mamá tiene que lidiar con una serie de importantes cambios a nivel físico, emocional y de hábitos o rutinas, que las empresas deberían considerar para que su reincorporación sea exitosa.
Lactarios, flexibilidad de horario o trabajo remoto son solo algunas de las acciones que se pueden implementar para que el regreso a la vida laboral sea más sencillo.
Uno de los temas aún pendientes en el país es el de la licencia por maternidad. Alrededor de éste hay una discusión sobre si el tiempo otorgado a las mamás es suficiente tanto para su recuperación como para la adaptación al nuevo ritmo de vida.
En el artículo 170 de la Ley Federal del Trabajo (LFT) se establece que las madres trabajadoras tienen derecho a disfrutar “de un descanso de seis semanas anteriores y seis posteriores al parto. A solicitud expresa de la trabajadora, previa autorización escrita del médico de la institución de seguridad social que le corresponda o, en su caso, del servicio de salud que otorgue el patrón, tomando en cuenta la opinión del patrón y la naturaleza del trabajo que desempeñe, se podrá transferir hasta cuatro de las seis semanas de descanso previas al parto para después del mismo”.
Este periodo puede incrementarse dos semanas en el caso de que el bebé presente algún tipo de discapacidad al nacer.
Mientras la ley mexicana dicta 12 semanas, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sugiere tener un mínimo de 14 con la recomendación de extender a 18 semanas de licencia por maternidad para contar con el tiempo necesario para una recuperación adecuada.
Cuando una mujer se convierte en madre, su vida se transforma en todos los sentidos. Estos cambios trascienden lo personal y tienen repercusiones en todos los ámbitos, especialmente en el laboral. Estas son solo algunas de las situaciones que pueden impactar su regreso al trabajo:
La cesárea es una cirugía mayor en la que se cortan siete capas de tejido. Y aunque desde el siguiente día a la operación la mamá debe comenzar a moverse, los expertos estiman que la recuperación total toma entre 4 y 8 semanas. Es entonces que el periodo otorgado por la LFT puede resultar insuficiente tan solo en términos de recuperación física para quienes atraviesan este procedimiento.
Otro de los importantes cambios a afrontar es el periodo de lactancia. Para las mujeres que eligen amamantar, el asistir a una oficina puede complicar considerablemente el proceso. Y no solo por el hecho de que la producción de leche no se detiene y es necesario realizar extracciones constantes, sino por toda la logística que implica recolectar, conservar y trasladar el líquido de vuelta a casa.
En el caso de quienes practican la lactancia materna exclusiva, también hay una presión por crear un banco de leche que pueda satisfacer las necesidades del o la pequeño(a) cuando su mamá está fuera de casa.
A esto, hay que sumar también la falta de sueño producto de los constantes despertares que tienen los recién nacidos. El cansancio extremo en que esto deriva también tiene un impacto en el rendimiento que puedan tener.
En muchos casos, el vínculo y apego con el o la bebé puede hacer muy difícil el tener que separarse por las ocho horas que suele durar una jornada laboral.
Para las empresas, es fundamental crear estrategias que consideren todo este tipo de situaciones y así ayuden a sus colaboradoras a tener un regreso más sencillo. Hay diferentes acciones que se pueden implementar, te compartimos algunas ideas:
Como un extra, si está entre tus posibilidades, contempla algún detalle para la mamá. Esta simple acción le dará una bienvenida más cálida y sin duda lo agradecerá.
La gran mayoría de las mamás que trabajan se enfrentan a este dilema del regreso a la oficina luego de la licencia por maternidad. Como su empleador, hay muchas acciones que puedes implementar para ayudarlas y acompañarlas en este complejo proceso.
