Koné Care es una firma mexicana de cosmética cuya filosofía es lograr una piel radiante sin afectar al planeta.
- Este artículo se publicó originalmente en la revista digital Emprende
La piel es el órgano más grande y visible del cuerpo humano. Se estima que un adulto posee una superficie aproximada de 2 metros cuadrados. Hace seis años, a mediados de 2017, Yamilé Elías Aguirre comenzó a enfocarse en tener una alimentación más saludable para ella y su familia. Entones se dio cuenta de que también era importante ver lo que absorbe nuestra piel.
Al observar la gran cantidad de químicos que vienen en las cremas, champús y maquillajes, comenzó a elaborar sus propios productos para autoconsumo, de manera artesanal.
Era tal su interés por encontrar alternativas limpias a las que había en el mercado “que se obsesionó”.
Entonces encontró lo que realmente era su pasión: la cosmética natural, que transformó más tarde en Koné Care, una marca guanajuatense de skincare que utiliza la biotecnología orgánica para crear formulas únicas y exclusivas, pero respetuosas del planeta. Actualmente vende sus productos en su tienda en línea y es de las pocas marcas mexicanas de belleza que han logrado entrar a piso de venta a El Palacio de Hierro.
Mientras hacía sus investigaciones y tomaba cursos de cosmética, Yamilé, que estudió Gestión Empresarial en Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Irapuato (Itesi), abrió un blog llamado Yo solo natural. Ahí compartía algunas recetas de lo que denominó cosmética orgánica, vegetal y sustentable. Pero reconoce, “eso tampoco estaba bien porque puedes lastimar la piel. Ahí es cuando descubro que a veces uno tiene los tesoros al lado y no los ve”, recuerda.
Y es que su hermano Carlos estudiaba Biotecnología en el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Entonces le platicó su sueño de crear una marca libre de tóxicos y le pidió su apoyo.
“Tú debes saber de todo esto. Pienso que un día vamos a tener un laboratorio”, le dijo.
Fue cuando él comenzó a involucrarse y crear las formulaciones que le contaba su hermana.
“Eran formulaciones muy pensadas”, aclara la emprendedora. Por ejemplo, un serum de vitamina C con los beneficios que de las marcas comerciales, pero elaborado de manera limpia y orgánica. Buscábamos los mejores ingredientes o insumos del mercado para que tuvieran una pureza máxima”, aclara la emprendedora.
Koné Care: Una marca curiosa y aventurera
La marca Koné, que significa hijo en náhuatl, surge cuando Yamilé descubre que está embarazada. Porque este emprendimiento representaba grandeza y un impacto impresionante, que al igual que su bebé, iba a cambiar su vida. “Es nuestra identidad curiosa y aventurera, como una niña”, comenta.
Ella y su hermano comenzaron a vender sus productos vía Facebook, donde explicaban las bondades de sus productos. Posteriormente montaron una página web, a ponerle más diseño a sus serums, sus productos estrella.
“Teníamos una etiqueta muy sencilla, pero estaba segura de que teníamos un gran producto”.
Además de las ventas en línea estaban explorando el esquema de distribución, cuando apareció una publicación de la revista Vogue que recomendaba su serum. Fue algo que los catapultó.
Profesionalizar el emprendimiento
Yamilé reconoce que emprender en la industria cosmética es algo muy competido. Sin embargo, desde el inicio ella sabía que iban a marcar la diferencia, pues estaban creando una empresa de biotecnología, con innovación y donde cada producto llevaba un proceso científico de investigación.
Como muchas emprendedoras, comenzó operaciones en la cocina de casa de su mamá, que adaptó para la producción de jabones. La inversión inicial fue de 3,000 a 5,000 pesos, que era el límite de crédito de su tarjeta. “Era un mes lo que tenía para recuperar la inversión y comprar más insumos”, comenta. Sin embargo, desde el comienzo, tenía el fuerte deseo de establecerse de manera profesional. A los seis meses ya estaba registrando su marca y luego se acercó al parque de innovación Agrobiotec, ubicado en Irapuato, para que le rentaran un espacio.
“Llegamos con un escritorio y empezamos a comprar equipo que le diera forma a un laboratorio. Lo primero que adquirí fue un mortero”, recordó la emprendedora. Fue cuando llegó la publicación de la revista que impusló su crecimiento. Incluso su página web se cayó por el elevado número de visitas”, recordó.
Entonces decidieron aprovechar la oportunidad y tras recibir retroalimentación de un despacho de diseño, optaron por mejorar el envase y el branding para tener una mejor imagen que reflejara la ciencia y biotecnología detrás de cada serum. Fue también cuando se abrieron las puertas de El Palacio de Hierro, que también pedía un producto con un empaque más profesional.
Los dolores del crecimiento de Koné Care
La marca no solo buen bien recibida en la tienda departamental, sino que empezó a crecer en ventas. “Fue una transformación total en los últimos cinco años. De envolver un jabón en plástico, tuvimos que pasar a una transición que tenía que ser totalmente sustentable”, comenta.
La marca se distingue por la honestidad de sus etiquetas y la estabilidad de sus formulaciones.
“Al ser laboratorio hacemos todas las pruebas necesarias antes de lanzarlo”, afirma la emprendedora.
Actualmente Koné Care se vende en siete tiendas de El Palacio de Hierro y están por entrar a una cadena de farmacias de todo el estado Guanajuato, además comercializan sus productos en Amazon México y Estados Unidos; y en su propia tienda en línea. Asimismo, la marca cuenta con todas las certificaciones de Cofepris, FDA, Cruelty Free, V-labe (que los acredita como producto vegano) y como Empresa Socialmente Responsable (ESR). Tienen un programa que impulsa la reinserción social de las mujeres dentro del reclusorio, impartiendo cursos sobre cosmética natural y elaboración de jabones artesanales.
Este crecimiento empresarial los obligó a salir del parque de innovación, que fue como su incubadora de negocios, hacia un nuevo parque industrial localizado en Guanajuato. “
Ha sido uno de los retos más difíciles. Aquí ya estamos solos contra el mundo y el crecer te hace madurar”, reconoce Yamilé.
Koné Care, acaban de lanzar Koné Labs, una nueva línea de negocio en el que desarrollan análisis de calidad para productos cosméticos, ya sea producto terminados o insumos cosméticos, incluso para alimentos, en el que certifican microbiología, toxicidad, entre otros análisis que requiere un producto para ser comercializado de forma consciente y con las certificaciones adecuadas. Adicional, desarrollan productos cosméticos para otras marcas.
La empresa está conformada por 15 personas. Su producción, al ser orgánica, se realiza conforme se mueva el producto. Actualmente generan de 7 mil a 10 mil piezas mensuales. Como planes futuros están el aumentar la producción y ventas e impulsar las líneas de negocio de Koné Labs.