



En el mundo empresarial contemporáneo, la elección de un nombre para tu marca juega un papel vital en su identidad y capacidad para atraer clientes. Cada vez más, los emprendedores recurren a nombres extranjeros para dar un impulso a sus negocios y alcanzar el éxito en un mercado global.
Aunque la práctica no es nueva, ha cobrado fuerza debido a la omnipresencia de las redes sociales y el comercio electrónico. Los emprendedores han notado que un nombre extranjero puede evocar asociaciones positivas en la mente de los consumidores, como sofisticación o calidad.
Un ejemplo destacado de esta estrategia es el caso de la empresa española de moda Zara, fundada en 1975 por Amancio Ortega. El nombre “Zara” no tiene ningún significado en español o inglés, pero suena internacional y moderno. Esto ha contribuido a su éxito mundial en el gran mercado de consumo que representan estas prendas de uso diario.
Otro ejemplo es la marca de automóviles Tesla. Creada por Elon Musk, el nombre evoca la genialidad y la innovación asociadas con el inventor e ingeniero serbio-americano Nikola Tesla. Así, la empresa se ha posicionado como líder en tecnología y sostenibilidad en el rubro de los vehículos eléctricos.
De la misma forma, el nombre “Häagen-Dazs” fue inventado por Reuben y Rose Mattus en 1960, en el Bronx, Nueva York. Aunque suena escandinavo, en realidad no tiene significado. Los Mattus querían que la marca sonara danesa para que la relacionaran con la calidad de la tradición artesanal europea.
Es importante que los emprendedores tengan en mente las posibles implicaciones culturales y lingüísticas del nombre seleccionado para su marca. Lo que suena atractivo en un idioma o cultura puede tener connotaciones negativas o irrelevantes en otro, por lo que es necesario realizar una investigación exhaustiva del mercado y, en caso necesario, tropicalizar el nombre para cada nación.
Al adoptar nombres extranjeros o conceptos internacionales, los emprendedores pueden abrirse paso en el extranjero y superar las barreras culturales y lingüísticas. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que esta estrategia no siempre se traduce en éxito, de hecho puede presentar algunos desafíos. Diversas empresas grandes y reconocidas en el globo, han optado por modificar el nombre de sus marcas, ya sea por aspectos legales, políticos o culturales.
Por ejemplo, la exitosa marca de frituras de PepsiCo, Lay‘s que fue fundada en Estados en 1932, es una de las que más nombres tiene en el mercado mundial. En México, es conocida como Sabritas; en Israel como Tapuchips; en Vietnam es Poca y en Egipto, Chipsy, solo por mencionar algunos de sus nombres, adaptados a las diferentes naciones para tener una identidad más fuerte y propia.
Otro caso interesante es el del diseñador Ralph Lifshitz, que cambió su nombre a Ralph Lauren por varias razones estratégicas y personales. Su apellido original, Lifshitz, era difícil de pronunciar para el mercado estadounidense, por lo que adoptó el famoso nombre, con el que pudo crear una identidad más accesible y fácil de recordar para sus clientes potenciales.
Además, el cambio de nombre le permitió a Ralph Lifshitz distanciarse de sus orígenes y reinventarse a sí mismo como un diseñador de moda aspiracional y sofisticada. Ralph Lauren evoca una imagen de elegancia, lujo y estilo de vida americano, lo que facilitó su posicionamiento como un símbolo de estatus y buen gusto en el mercado de la moda.
En cuanto a la marca de mentas de Reino Unido, conocida como Altoids, la elección de su nombre se hizo con el objetivo de crear una imagen de frescura y salud. La palabra “altitud” sugiere frescura y calidad, mientras que el sufijo “-oids” añade un toque moderno y futurista; sin embargo, ese nombre es inexistente en un diccionario y solo refiere a estos famosos dulces.
Tanto Ralph Lauren como Altoids optaron por nombres inventados con el fin de crear identidades de marca más atractivas y memorables.
De esta forma, buscaron así transmitir ciertos valores y asociaciones que reflejaran la imagen que deseaban proyectar ante sus consumidores.
Por ello, es crucial que el nombre elegido tenga coherencia con la identidad y los valores de la marca, ya que no es suficiente con seleccionar cualquier nombre extranjero que suene interesante; este debe tener un significado o una historia que resuene con los consumidores potenciales y refuerce la propuesta de valor de la marca.
La adopción de nombres o conceptos extranjeros puede ser una estrategia efectiva para impulsar el éxito de una marca en un mercado globalizado.
De hecho, puede ser considerada la piedra angular del branding de la marca, por ello es importante ser cuidadosos en la elección del nombre y asegurar que refleje la identidad y los valores que se pretende profesar en el negocio, así como tener en cuenta las diferencias culturales y lingüísticas.
Con la estrategia adecuada, un nombre extranjero puede abrir puertas y ayudar a alcanzar el éxito empresarial a nivel internacional. Así, es importante recordar que el nombre encierra en su interior 3 elementos clave: Lingüística, simbología y marketing.