



En un contexto donde las empresas deben sortear diversos desafíos para crecer, el coaching empresarial se ha convertido en una herramienta imprescindible para que los líderes puedan alcanzar los objetivos que se plantean, aprovechando al máximo el talento de sus colaboradores.
Esta disciplina, se basa en un principio que consiste en brindar ayuda de manera adecuada para que el dueño de un negocio desarrolle el potencial que le permita expandir la empresa, superando adversidades en el camino.
El coaching es llevar a una persona de un punto A a un punto B, es decir, dirigirlo por el camino correcto para que construya el negocio que desea, tal y como está establecido en sus objetivos a corto, mediano y largo plazo. Es una forma de mejorar la productividad a partir de la debida gestión de la empresa.
Explica que a diferencia de un consultor que ofrece soluciones y brinda consejos, o bien de un mentor que puede transmitir sus experiencias; un coach, además guía, asesora, acompaña y enseña al empresario a encontrar por sí mismo la solución a diversos problemas específicos.
Para mejorar la productividad, el coaching puede ir dirigido a dueños de negocio o equipos de trabajo. Los métodos van desde un programa básico para orientar al empresario hasta un proceso avanzado en donde se institucionaliza a la empresa y se trabaja con los colaboradores para generar un cambio organizacional que contribuya a buenas prácticas con personal más productivo y competitivo.
Un empresario puede tomar coaching tras dos años de operación con su compañía, ya que en esa etapa adquiere una mayor experiencia; además, debe contar con las siguientes características:
El principal mito del coaching empresarial radica en que se trata de una actividad muy similar al coaching ontológico, donde se explora a la propia persona para disolver y superar obstáculos; sin embargo, en las sesiones de coaching empresarial se entrena, hay una disciplina y una práctica; se rinden cuentas, se analizan resultados y se ponen en marcha estrategias.
Otro mito es considerar que los negocios son diferentes por la manera en que están constituidos, el sector al que pertenecen o su región geográfica; sin embargo, todas las empresas sin importar su tamaño tienen una estructura que se puede medir y mejorar, con áreas de operaciones, marketing, finanzas, legal, RH, entre otras. En el coaching empresarial se enseñan principios para mejorar estos aspectos, y los principios no cambian.
En síntesis, el coaching empresarial ayuda a que una compañía venda más, sea más rentable, defina objetivos y determine las acciones más adecuadas para alcanzarlos, contribuye a construir una estructura sólida, formar un equipo de trabajo comprometido y productivo, realizar el cambio generacional en empresas familiares, institucionalizar la empresa, entre otras acciones.