Cuando vas por la carretera en un viaje largo, es casi seguro que te encuentras con docenas de campos con vacas pastando. Hay vacas blancas, cafés y con manchas. Pero para ti, todas son iguales. Son vacas. Nunca las consideras individualmente, sino como parte de su manada, porque son indistinguibles unas de otras ¿No es así?
La semana pasada hablamos de los “TED Commandments” o las diez reglas de TED Talks para realizar presentaciones de gran impacto. Son reglas que aplican a absolutamente todas las Charlas TED, y que puedes comprobar una y otra vez.
Pero no todas las Charlas TED –como las vacas- son iguales ¿o sí? Actualmente existen más de 2,500 charlas TED oficiales, y cerca de 50,000 charlas TEDx, que son parte de eventos independientes. En un océano de ese tamaño, una charla “buena” o “correcta”; una charla que cubra los mínimos y los TED commandments, no será suficiente. ¿Cómo haces para destacar en un océano de presentaciones?
Volviendo al ejemplo de las vacas en la carretera, imagina lo siguiente. ¿Qué pasaría si una de esas vacas; una entre miles, fuera una vaca púrpura? En esta famosa metáfora de Seth Godin podemos explorar el inmenso poder de lo inesperado. Seguramente diríamos “¡Mira! Una vaca púrpura. ¿Por qué es púrpura? ¿Nació así; es un extraterrestre? ¿O alguien la pintó… y por qué?” la vaca púrpura desencadenaría una charla, y luego una discusión, y luego le contaríamos a nuestros amigos… “¡Hoy he visto una vaca púrpura!”
Existen algunas charlas TED que, además de cumplir con los requisitos –ser vacas-, se atrevieron a romper las expectativas y convertirse en vacas púrpuras. No todos somos oradores profesionales, pero todos tenemos algo que decir. Por eso TED no es un buscador de oradores, sino un buscador de historias. Estas cinco TED Talks nos demuestran que para destacar entre un millón de posibilidades, hay que atreverse a salir de lo previsto y a pintarse de púrpura.
Bill Gates –seguramente lo conoces por éxitos como “todo el mundo usa Microsoft ” o “el hombre más rico del mundo”- ha aparecido en TED en distintas ocasiones. En sí mismo no es espectacular. Es un orador decente, pero poco llamativo, y se viste como tu tío Felipe.
Por supuesto, su reputación lo precede. Sin embargo, cuando habla en TED nunca habla de computadoras o sistemas informáticos, sino de su pasión por mejorar el mundo, con programas para reducir la mortandad infantil y el hambre en varias partes del mundo.
En 2009 Bill apareció en una charla hablando de uno de los mayores asesinos en el planeta: el mosquito. Después de describir sus peligros y mostrar la cantidad de gente que las enfermedades transmitidas por mosquitos (como la malaria) causan en el mundo, se acercó a un pequeño recipiente que estaba en el escenario, y abriéndolo, dijo: “Precisamente tengo aquí un montón de mosquitos. Vamos a dejarlos volar por la habitación ¡No hay razón para que solo los pobres tengan esta experiencia!”
El público respondió riendo nerviosamente y reacomodándose en su asiento. Y lo que parecía una charla común se convirtió en uno de los momentos icónicos (y más vistos) en la historia de TED. ¿La razón? Romper las expectativas: nadie creía que un tipo aparentemente común y aburrido como Bill Gates pudiera sorprenderlos. Pero lo hizo.
La plática de Sir Ken Robinson “por qué las escuelas matan la creatividad” mantiene el honor de ser la TED Talk más vista de la historia.
Una vez más, comenzó como otra cualquiera. Un “experto” hablando de un tema aparentemente importante: la creatividad en la educación. Todo esto es parte de lo que uno espera en un evento TED. Pero la vaca púrpura no es púrpura por cumplir las expectativas, sino por romperlas.
De los casi 20 minutos que dura la charla, Ken Robinson dedicó más de la mitad a romper el hielo y plantar cara a las expectativas contando algunas anécdotas no relacionadas con el tema. “Cuando en una reunión me preguntan ¿a qué te dedicas? Y les digo que soy maestro, puedo ver en sus ojos el dolor. ¡Oh, no! ¿Por qué a mí?…”
Esto no es lo que uno espera de uno de los expertos más reconocidos y autor de varios bestsellers. Pero Ken da en el blanco y crea una conexión con el público antes de hablar de su tema, que también rompe algunos paradigmas.
Ya lo sabemos, pero a veces lo olvidamos: es más importante la conexión emocional que la lógica. Empieza por ser púrpura. Luego vende lo que tengas que vender.
TED Talk es en verdad una biblioteca de grandes ideas. Algunos de los hombres más brillantes –como Stephen Hawking- y genios de la comunicación –como Tony Robbins- han pasado por su escenario, y uno se puede perder por horas entre consejos e historias.
A veces uno se encuentra con joyas inesperadas. Es el caso de la charla de Tim Urban, sobre la técnica y los beneficios de procrastinar.
He aquí una sorpresa sobre otra; es un tema absolutamente contra intuitivo. Uno esperaría que los grandes hombres hablaran de los hábitos, las virtudes y el poder.
Luego llega Tim y habla de su experiencia en la universidad y su estilo de procrastinación: dejar todo al último minuto. Además lo hace a través de unos dibujos sencillos, que parecen de un niño de primaria, en medio de una narrativa sencilla y cómica, y vestido de manera informal. La gente está atrapada y envuelta a cada paso… hasta el final que contiene un aprendizaje valioso.
¿Sabes de qué no se habla suficiente? Del yo-yo.
Ni una sola vez, en una reunión o conferencia, ha brincado este tema. Los debates presidenciales suelen ignorarlo también.
Y es una lástima, porque la Charla TED de Black, un joven que abandonó todo lo que tenía por perseguir su pasión de jugar al yo-yo, es deliciosamente inesperada e inesperadamente deliciosa. Porque ¿qué hace un niño con un juguete en medio de un desfile de mentes brillantes?
Lo que hace es esto: romper nuestras expectativas. Primero su historia, luego su brillante demostración (que viaja por el mundo de la mano del Cirque du Soleil) y al final, su conclusión. Una vez más: totalmente inesperado. ¿Quién diría que un yo-yo podía tener tanta sabiduría?
Claro, atreverse a hablar de algo que parece ridículo requiere valentía. Pero puede pagar generosos réditos. Una vaca púrpura que juega al yo-yo.
Y hablando de preguntas que nunca te has hecho ¿sabes qué pasa a las cuatro de la mañana?
Una vez más: partimos de las expectativas. Cuando uno entra a un evento TED lo que espera es recibir algunas charlas llenas de sabiduría y sentido. Una vez que tenemos las expectativas claras, las ponemos de cabeza. Y ¡bum! La vaca morada aparece.
Rives, un extraño poeta 2.0 nos lleva a través de una secuencia de conexiones inesperadas a través de la historia de la hora más extraña de todas: las 4 de la mañana. ¿Qué tienen en común Bill Clinton, el arte abstracto, un cantante suicida y un hospital de Chicago? La charla es entretenida y, en algún sentido, mística: totalmente inesperada, y una de las mejores de todos los tiempos.
No trates de dar “una charla más”. Trata de darles algo inesperado y valioso. Algo de lo que hablen por mucho, mucho tiempo.
Estamos hablando de comunicación y storytelling, en donde cientos de libros con miles de reglas que uno tiene que seguir para hacer una gran presentación, o dar una gran conferencia. Sin embargo, existe una regla que rompe con todas las reglas: la regla de la conexión.
Uno de los errores más comunes para los oradores es creer que “seriedad” significa “aburrimiento”, o que el hecho de que el evento o el público sean importantes nos obliga a ser “serios, respetuosos y protocolarios”. Si bien esto es cierto en algunos casos, en la inmensa mayoría de las ocasiones tu público apreciará conocer tu parte divertida e inesperada. Todo el mundo disfruta ser sorprendido. Si puedes darles eso, los tendrás en tu cancha, preparados para ser parte de tu mundo.
