Cambiar de empleo puede sentirse como un nuevo comienzo. Ya sea porque buscamos mejores condiciones, porque queremos explorar nuevas industrias o simplemente porque necesitamos un cambio. Pero con cada nuevo comienzo, también se resetean algunas cosas. Nuestro número de IMSS cambia de empresa asociada, nuestros ingresos pueden variar y, aunque no lo notemos, nuestro perfil financiero también se modifica. La gran pregunta es: ¿qué pasa con esa información? ¿Y por qué no la estamos usando para abrir nuevas puertas?

En México, solo el 32.7% de la población adulta tiene acceso al crédito formal (ENIF 2024). No es casualidad: muchos de los modelos tradicionales con los que las instituciones financieras evalúan a sus usuarios están limitados a lo que pueden ver en Buró de Crédito, sin considerar la información que realmente refleja la estabilidad e ingresos actuales de una persona. La consecuencia: entre un 20% y un 30% de las solicitudes de crédito se rechazan por falta de historial. Y esto perpetúa un círculo vicioso de exclusión.

Como mujer líder en tecnología financiera y creyente firme en el poder de los datos para habilitar oportunidades, estoy convencida de que ya no podemos seguir midiendo el riesgo con una regla que solo aplica a una parte del mercado. Hoy, el acceso a datos alternativos como los registros laborales del IMSS puede cambiar por completo las reglas del juego.

Datos que cuentan una historia distinta

En Belvo tuvimos hallazgos reveladores: el 50% de los empleos en México duran menos de cuatro meses y el 14% de los empleados cambia de trabajo en los primeros 60 días. Aunque a primera vista esto podría parecer una señal de inestabilidad, lo que en realidad muestra es una constante adaptación del mercado laboral y una población activa que se mueve para mejorar.

El 6% de los empleados tiene cambios significativos en sus ingresos en los primeros dos meses de un nuevo empleo.

Es decir, si alguien mejora su salario tras cambiar de empleo, los modelos tradicionales ni siquiera lo ven. Y si lo ven, es tarde. Pero ¿qué pasa si esa persona hoy podría acceder a una línea de crédito mejor, pero sigue penalizada por una información antigua? La oportunidad está en reconocer que la estabilidad laboral y la capacidad de ingreso no solo se demuestran con años en una misma empresa. Hoy, la trayectoria laboral también se construye con dinamismo y mejora continua.

Las instituciones financieras que integran estos datos en sus procesos de aprobación pueden acceder a una imagen más fiel de la realidad de sus usuarios. El caso de Mercado Pago lo demuestra: al incorporar datos de empleo de Belvo, pudieron ajustar sus líneas de crédito con base en la información del IMSS y aumentaron un 20% el monto asignado en promedio a sus usuarios. Esto no solo significa más acceso, sino también mejores condiciones para quienes antes quedaban fuera.

Crédito para quienes nunca lo tuvieron

Uno de los grandes retos que tenemos como país es cerrar la brecha de acceso al crédito. Porque sin crédito, no hay inversión, no hay emprendimiento y no hay crecimiento. Las micro y pequeñas empresas enfrentan cada día esta realidad: sin garantías físicas ni historial financiero, muchas veces no logran acceder a un préstamo que podría transformar su operación. Lo mismo le pasa a una persona que acaba de conseguir su primer trabajo formal: sin un respaldo visible, queda fuera de los sistemas tradicionales.

La Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI 2023) reveló que el 36.9% de la población adulta vive con un nivel alto de estrés financiero. Más del 48% teme que sus deudas se acumulen. Y el 34% asegura haber experimentado malestares físicos por preocupaciones económicas.

En este contexto, poder acceder a un crédito justo, adaptado a la realidad de cada persona, es también una herramienta de bienestar.

Open finance y el poder de adaptarse

La buena noticia es que ya no es necesario esperar a tener un historial crediticio perfecto para acceder a una mejor oferta. Gracias al open finance y la posibilidad de conectar datos de empleo directamente desde el IMSS, hoy se pueden evaluar ingresos de forma digital, sin necesidad de comprobantes físicos, sin papeleo. Esto no solo acelera el proceso de aprobación, sino que también reduce los rechazos por “no hit” y mejora la equidad en el sistema financiero.

No es casualidad que instituciones como BBVA prevean una desaceleración en el crecimiento del crédito en 2025, justo cuando el país enfrentará una economía más lenta. En este escenario, apostar por nuevos modelos de riesgo basados en datos alternativos no es solo una estrategia de inclusión, es una necesidad de negocio.

Para saber más: El open finance pisa el acelerador en México

Como responsable de una empresa que impulsa la infraestructura de open finance en América Latina, veo todos los días el poder de los datos para cambiar la narrativa de las finanzas personales. Pero también veo lo que falta: una mayor voluntad de incorporar estas nuevas fuentes de información en los procesos de decisión.

No podemos seguir esperando que las personas se adapten al sistema financiero. Es el sistema el que tiene que adaptarse a las personas.

Así que la próxima vez que alguien cambie de empleo, en lugar de empezar de cero en su perfil crediticio, podría ser el momento perfecto para ofrecerle una mejor condición de crédito. Porque su trayectoria laboral ya contó una historia. Solo falta que la escuchen.

Federica Gregorini