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13-11-2018, 9:25:00 PM

Stan Lee, los superhéroes y las debilidades del emprendedor

Él fue el legendario creador de algunos de los personajes más emblemáticos de la cultura pop, entre los que se encuentran Spider-Man y Hulk. ¿Qué podemos aprender de ellos? A amar nuestras debilidades…

© Depositphotos.com

De las muchas frases, historias y lecciones que nos dejó Stan Lee , hay una que me parece particularmente valiosa: “Si Aquiles no hubiera tenido su talón, posiblemente hoy ni siquiera lo conoceríamos”. La frase revela el valor que tienen nuestras debilidades, esos aspectos de nuestro cuerpo o personalidad que nos hacen vulnerables.

Aunque normalmente los llevamos ocultos, todos los tenemos. No hablamos de ellos. Mejor mostramos nuestras fortalezas: alardeamos de aquello que somos capaces de hacer bien, de nuestros dones, de nuestros atributos.

De nuestros superpoderes.

Las debilidades y los defectos permanecen entre las sombras mientras caminamos por los pasillos de las oficinas y corporativos esperando que los demás jamás lleguen a percibirlos. Lo peor es que a veces, nosotros mismos nos negamos a ver nuestros defectos . Hacemos como que no existen y nos obsesionamos por mostrarnos siempre infalibles, indestructibles, como superhéroes.

Pero igual que Aquiles, con esa vulnerabilidad desde el día en que su madre lo sujeto del talón para después sumergirlo en las frías aguas del río Estigia deseando que fuera invencible, así nosotros también tenemos aspectos que nos hacen endebles. Más que rehuir de ellos, hay que reconocerlos, trabajarlos y aceptar que son parte de nuestra personalidad y que contribuyen a hacernos únicos y diferentes.

EL ENCANTO DE LAS DEBILIDADES

En 1954 Stan Lee trabajaba ya como editor en Atlas Comics (empresa que más tarde cambiaría su nombre a Marvel Comics). Luego de haber vivido su época de oro durante la Segunda Guerra Mundial, las historietas pasaban por un mal momento: ese mismo año fue creada en Estados Unidos la Autoridad del Código de Comics que buscaba regular el contenido de este tipo de publicaciones por considerarlas demasiado violentas y un incentivo a la delincuencia juvenil. Atados de manos, los escritores batallaban para crear productos que cautivaran a los jóvenes lectores y la editorial apostaba básicamente por historietas románticas o del viejo oeste.

Cansado de la situación, Stan Lee le confesó a su esposa Joan que estaba a punto de renunciar. Ella le dijo: “Antes de renunciar, ¿por qué no haces una historieta como a ti te gustaría que fueran? Lo peor que podría pasar es que te corran, ¿no? De todos modos, estabas pensando en renunciar…”

El consejo de su mujer coincidió con la aparición de la Liga de la Justicia en la editorial de la competencia (National Comics Publications, que después se convertiría en DC Comics) y con la petición del dueño de Atlas, Martin Goodman, para que pensara en una historieta protagonizada por un grupo de superhéroes.

Stan Lee escribió entonces la primera historia de los Cuatro Fantásticos y otorgó a sus personajes aquello que los haría diferentes: debilidades, complejos, problemas e inseguridades.

Reed Richards era ese científico dotado de gran inteligencia, pero que vivía con un brutal sentimiento de culpa por haberle causado un daño irremediable a sus amigos en esa misión al espacio; Ben Grimm se transformó en un monstruoso y fortísimo ser de roca anaranjada abandonado por su prometida debido a su horripilante aspecto; Johnny era el adolescente con superpoderes, demasiado inmaduro para entenderlos y más ocupado en correr autos y salir con chicas que en defender al mundo de un villano; Sue Storm intentaba mantener al equipo unido y a su matrimonio con Reed vivo, pese a sus dudas.

El cómic fue todo un éxito y Goodman le permitió a Stan Lee seguir experimentando con personajes llenos de fallas. A los Cuatro Fantásticos le siguió Hulk , la historia de ese hombre condenado a convertirse en un monstruo verde con un incontrolable poder de destrucción cada vez que se enojaba. Después Spider-Man , un endeble e inseguro adolescente que adquirió sus poderes al ser mordido por una araña. El joven era bulleado por sus compañeros de clase, tenía que pagar sus estudios trabajando como reportero y además, no sabía cómo acercarse a la niña que le gustaba. Después, con los X-Men , Stan Lee abordó el tema de las minorías a través del rechazo social que las personas con alteraciones genéticas sufrían.

Al igual que los superhéroes de la era de oro de los comics, los personajes de Stan Lee eran fuerte y poderosos, cargados de increíbles habilidades, pero lo que los hacía realmente diferentes y encantadores eran sus defectos, sus problemas y su falibilidad. Eso y la manera en la que se las ingeniaban para, pese a todo, salir adelante…

LA INCREÍBLE HISTORIA

Tanto en la vida como en el emprendimiento nuestro mayor obstáculo seremos siempre nosotros mismos. Nuestras ideas, nuestros miedos y nuestros complejos podrían impedir que alcancemos el potencial que verdaderamente tenemos. En la medida en que aceptemos que, igual que los personajes imaginados por Stan Lee, somo seres falibles, erráticos y débiles, tendremos la posibilidad de superarnos.

Así como nos cautiva la historia de ese adolescente que pierde a su tío a manos de un criminal que él mismo pudo haber detenido y después empieza a usar sus poderes para combatir el crimen, así también podría cautivarnos nuestra propia historia. Esa que narra el camino de seres dispuestos a salir adelante a pesar de la adversidad y las dudas en un entorno complejo en el que la única manera de ganar es trabajar de sol a sol, incansablemente, creyendo en el superpoder que tienen los ideales y los sueños.

Esa historia de superhéroes, de nosotros mismos, de nuestras debilidades transformadas en fortalezas.  Pero, sobre todo: de nuestro emprendimiento.

Cultura pop Stan Lee
autor Escritor sin gluten. Pasa sus días imaginando que en algún momento tendrá tiempo para escribir todas las ideas que rondan por su cabeza. Experto en stoytelling y creación de contenidos.