



¿Tu negocio es víctima del Síndrome del SAPO?
Actualmente, las organizaciones están preocupadas por mantener un ambiente laboral que motive, impulse e inspire a todo el equipo de trabajo; sin embargo, existen conductas de algunos miembros que no son del todo funcionales y que pueden generar una división entre los colaboradores.
Una de ellas, es el síndrome del SAPO, el cual es poco conocido, pero puede tener un gran impacto en las dinámicas y metas de crecimiento de una empresa. Se trata de cuatro actitudes que pueden desestabilizar el clima laboral: Soberbia, Arrogancia, Prepotencia y Obstinación.
Son conductas que muchas veces generan inestabilidad en las empresas, ya que repercuten en la productividad e incluso en el desarrollo profesional y personal del equipo. Es un síndrome que suele presentarse en todos los niveles, desde directivos hasta colaboradores.
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Un colaborador con este síndrome suele convertirse en víctima del autosabotaje. Estas son algunas de las características de quienes lo padecen:
“Si tuviera que reconocer mis fallas lo haría, siempre y cuando las tuviera”, este tipo de respuestas se relacionan con el colaborador que generalmente suele creer que siempre tiene la razón, por lo cual le resulta imposible admitir errores u ofrecer disculpas.
Este comportamiento se destaca por mostrar una actitud en la que suele menospreciar la labor de los demás, debido a que pueden tener un ego elevado y sentirse superiores al resto del equipo. Una constante actitud de este tipo puede provocar división entre el equipo, ya que los demás colaboradores difícilmente sentirán confianza de acercarse a entablar un diálogo.
Se manifiesta cuando un colaborador presume constantemente su poder y trata de sacar ventaja de alguna forma, afectando a todos los integrantes del equipo. Podría decirse que este comportamiento conlleva hacia una actitud arrogante.
La prepotencia puede desencadenar conflictos graves. Quienes padecen el síndrome SAPO suelen manifestar actos de intimidación, arbitrariedad y temor para controlar a los demás.
Este aspecto se relaciona con un cúmulo de las tres actitudes antes mencionadas, ya que la obstinación es el fiel reflejo de alguien inflexible en todo sentido.
Para acabar con este síndrome las empresas pueden: