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La ‘ceguera de taller’: ¿en qué categoría caes? Aprende a identificar tus debilidades

¿Te has dado cuenta de tu 'ceguera de taller'? Descubre qué tipo tienes, cómo puede afectar tu trabajo y aprende a superarla.

¿Eres víctima de la 'ceguera de taller'?
¿Eres víctima de la 'ceguera de taller'? © Depositphotos.com

Llamamos “ceguera de taller” a la automatización mental de nuestros productos, servicios o procesos, tan “desarrollados – realizados – familiarizados” que no nos damos cuenta si pueden mejorarse, sustituirse o -incluso- si nos están poniendo en desventaja contra las nuevas formas de competencia.

Tipos más comunes de “ceguera de taller”

Si algo no está roto, no lo toques

En principio es muy sabio, si ya sabemos que algo funciona, procuramos “mantenerlo” sin darnos tiempo a revisar por qué funciona, qué hacemos bien -y asegurarnos que todo nuestro equipo lo sepa-, cómo podemos replicar ese conocimiento a otras áreas así como capitalizar ese valor en beneficio de una mayor diferenciación respecto a la competencia.

Colectivos y personas

Hablamos de equipos y nos olvidamos de las personas que los conforman. Hablamos de clientes pero se nos olvida diferenciar sus necesidades o intereses. Necesitamos estar tan atentos a los cambios en nuestro clima laboral como en las tendencias en consumo y fidelización de nuestros clientes, tanto actuales como potenciales.

Generalizar una experiencia

Que nos guste algo como founders o dueños de empresa no implica una experiencia colectiva, por eso son necesarios los equipos y la diversidad, para que haya distintos puntos de vista y experiencias sobre nuestros productos y servicios. ¿Estamos siendo claros en nuestra promesa de valor?, ¿no hay lugar a dudas en nuestra comunicación interna y externa?, ¿el proceso es tan intuitivo como creemos? Hacer constantemente estas preguntas y tomar acciones al respecto es lo que nos mantendrá competitivos.

Minimizar las críticas

No hay nada más peligroso que aplicar el: “ojos que no ven…” Cuando una pregunta o crítica se repite mucho, implica una bandera -si no roja, al menos amarilla- que es necesario atender, ya sea clarificando información, ajustando las condiciones en que ofrecemos nuestro producto o servicio, mejorar la atención al cliente o hacer nuestra página más sencilla de navegar. 

Claro que a ninguna marca -y más si es un emprendimiento individual- le gusta escuchar críticas, por eso es importante reiterar que no es un tema personal.

¿Qué te puede ayudar a evitar esta ceguera?

  • Llegada o salida de clientes: Nos quejamos cuando perdemos clientes pero casi nunca nos preguntamos qué le gustó al cliente para preferirnos por sobre las otras opciones.
  • Monitorea la información: ¿Qué datos nos pueden ayudar?, ¿qué y cómo los podemos obtener?, ¿cómo los vamos a usar?
  • Busca aliados: Además de tu equipo cercano, los amigos y tu familia, hay diversas formas de obtener otros puntos de vista: medios de comunicación, revistas especializadas, redes sociales, foros, consultores hasta diversos géneros de libros. Esto te ayudará a abrir tu visión, intercambiar experiencias y fortalecer la escucha activa.

ceguera de taller Productividad