La misión utilitaria de los androides y que facilite la vida humana en los negocios, por ejemplo, ahora se ha visto más completa. Se espera que un robot, en el futuro, sea capaz de proveer afecto a los humanos y generar vínculos. Sí, estamos hablando de las polémicas parejas robot-humano, que haca solo unos años parecían cosa de ficción y ahora son una realidad.
Cuando los androides evolucionen a tal grado que sean entes conscientes o semiconscientes, posiblemente se den los vínculos de pareja entre robots y humanos.
Esta es la propuesta de Jesús Savage Carmona, fundador y titular del Laboratorio de Biorobótica en la Facultad de Ingeniería (FI), quien se especializa en robots móviles y agentes inteligentes.
“Sólo podremos considerar este acercamiento, cuando tengamos y definamos cómo ‘llevar’ esa ‘conciencia’ y qué sitio cerebral se activa para indicar que un ente es ‘consciente’, creo que lo vamos a hacer, no quiero predecir, pero puede llevar 30 años, 100 años, no lo sé”, afirmó.
Aún cuando la expectativa de estos androides sea que a futuro puedan demostrar emociones y entablar relaciones con humanos, esto es artificial, como menciona Savage.
“Es el afecto y la interacción humana, tal vez lo que en verdad se ha estado perdiendo”, menciona Savage Carmona ante la expansión de este tipo de vínculos.
Los “sentimientos” del robot serían simulados, pues en realidad serían respuestas ante un estímulo humano, y serían generadas por la inteligencia artificial.
Tal es el ejemplo de países asiáticos, en específico el caso de Sofía, que aunque ya tiene nacionalidad y pasaporte para viajar, es una autómata controlada por alguien más, no tiene consciencia.
De acuerdo con el experto, los vínculos de las parejas robot-humano son menos raros para las culturas orientales, sobre todo en países como Japón.
Ellos sustentan varias creencias de que los objetos tienen alma. De ahí el auge, hace algunos años, de los denominados Tamagochis o mascotas virtuales.
Otro ejemplo de estas creencias aplicadas a la tecnología son los asistentes virtuales como Siri y Alexa, que llegan a volverse muy importantes para quien los usa.
Algunos casos más de la fascinación por los androides como aparatos hechos por el hombre y capaces de detectar, comprender e interactuar con su entorno están presentes en las obras de Isaac Asimov como Yo Robot.
“Vas a escucharme, George. No quiero ver a mi hija confiada a una máquina, por inteligente que sea. No tiene alma y nadie sabe lo que es capaz de pensar”
Yo Robot, Isaac Asimov
Y remontarse más atrás en la historia del hombre puede llevarnos a las inquietudes de Leonardo Da Vinci respecto a las máquinas, desde el siglo XV.
O bien, a 1921 cuando el escritor checo Karel Capek insertó el término de robot, que hizo público a través de su obra teatral presentada en el Teatro Nacional de Praga.
Savage Carmona espera que en el futuro, los androides y los humanos tengan relaciones simbióticas, en vez de que sustituyan a los humanos, como siempre se había pensado.
En conjunto con otros universitarios, Savage creó a Justina, que es una robot de servicio creada en el laboratorio de Biorobótica de la Facultad de Ingeniería.
Justina ha competido contra otros androides en países asiáticos como China, Japón, Singapur y Turquía. También ha competido en varios países como Holanda, Alemania, Austria y Francia. En tierras latinoamericanas ha estado compitiendo en México y Brasil. Y por último, en Australia.
Por supuesto, su propósito no es formar parte de alguna de las parejas robot-humano que puedan surgir en el futuro.
Con información de Gaceta UNAM.
